Pech y su fría campaña

CHETUMAL, QR.- El candidato de Morena, José Luis Pech se encuentra anclado en la capital del estado. Su campaña pasa desapercibida ante la indiferencia de la gente. Pero el candidato ni sufre ni se acongoja.

Dice que ese estilo de hacer política lo va a capitalizar para su Plan de Gobierno.

Su influencia política se reduce a la publicidad, su campaña no cala. Es limitada y su contacto con los medios se reduce a boletines informativos con señales telegráficas. Como sea hay que interpretar esos mensajes.

Así es su discurso político como un sinsentido, como ha sido la campaña de Morena donde parece sumarse involuntariamente a la colación PRI-PVEM-Panal. José Luis Pech pregona en el desierto de seguidores que él tiene la fórmula política para generar “el cambio que todos quieren”, “que todos queremos”.

Ese pregón se ha convertido en una cantaleta. Día tras día la reitera como ocurrió este domingo en su recorrido por el “Tianguis de Forjadores” de Chetumal donde cada fin de semana más de 300 comerciantes instalan sus puestos en la colonia de los Forjadores.

Desde la avenida Insurgentes y hasta avenida Enrique Barocio Barrios los comerciantes ofrecen la más diversa variedad de artículos. Ahí el doctor Pech escuchó las quejas de los comerciantes; los abusos de que son víctimas por parte de los supervisores, la inseguridad, la falta de orden en la instalación de los locales y la falta de atención de las autoridades para resolver esta situación, considerando además la fuente de empleos que esto significa, siendo en muchos casos la única forma de ganarse la vida honradamente.

El candidato de Morena no ofreció una respuesta concreta a la demanda de los comerciantes, en cambio les hizo llegar sus compromisos y su plan de gobierno, solicitándoles su apoyo y confianza de que las cosas serán diferentes y se llevarán a cabo con transparencia y honestidad, “una vez que gane las elecciones”.

Es más fácil ganarse la lotería que llegar a la gubernatura, comentaron más de uno de los comerciantes que no sabían si reír y llorar. (Fuente: Luces del Siglo)

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