newsHaydee García
En pleno centro de nuestra hermosa capital, abunda el ambulantaje que practican a quienes se les denomina comunmente como “Las chapitas” o “Marías”, mujeres en su mayoría menores de edad cubiertas de rebozos con su vestimenta típica de Chiapas, una de sus tiendas u bodegas se encuentra en plena avenida Obregón a un lado de conocido negocio de pollos asados cercano al área de bancos, más específico Avenida Álvaro Obregón entre Juárez y Héroes, donde todas las tardes acarrean enormes bolsas de ropa que guardan en lo que aparenta ser una casa abandona, sin embargo, están instaladas como un negocio informal.
Cabe señalar que en el ámbito rural las niñas son más vulnerables a la trata de personas, son engañadas y llevadas a la ciudad para trabajo, abuso sexual y explotación, ¿Quizá el trabajo en la calle en menores de edad indígena es normal?. Cuando entablas una conversación con éstas mujeres son muy específicas “la mercancía no es de nosotras, la ropa no es a mano, los bordados son a máquina”, entonces surgen las preguntas: ¿Para quién trabajan?, ¿Quién les renta esa casa-bodega, ¿Dónde está el presidente municipal Luis Torres Llanes?, ¿Ya sabrá el director de Reglamento y Vía Pública, Daniel Gaspar Gutiérrez Alcocer de la lista que todos los empleados de fiscalización manejan, ¿Cuánto ingresa a la Secretaría General a cargó de Roger Armando Peraza Tamayo?, ¿Acaso se llevan un porcentaje de las ganancias?.
A todo esto nos surgen más interrogantes, ¿por qué el Ayuntamiento de Othón P. Blanco es el único donde Fiscalización o la Dirección de Reglamento y Vía Pública depende de la Secretaría General y no de Tesorería?, si ésta es un fuerte ingreso que entra a las arcas municipales la cual debería regular el comercio formal e informal de manera transparente. ¿En Othón P. Blanco los vendedores ambulantes pagan cuotas para no ser “molestados” por personal de Fiscalización y no se conozca la serie de delitos que se están cometiendo?, ¿Dónde está el Dif de Othón P. Blanco, por los menores que son explotados?.
Estimados lectores, no sólo estamos hablando de una terrible corrupción, sino de trata de mujeres, explotación laboral, niños que trabajan con obra de mano barata, infantes que provienen de familias rurales empobrecidas que deben emplear a cada miembro para sobrevivir; otros incluso trabajan en condiciones funestas de explotación sistemática en “talleres del sudor” y fábricas, que han llegado a pleno centro de la ciudad desde hace ya muchos meses, ¿y el presidente municipal Luis Torres Llanes que hace?.
No puedo decir quiénes son los más perjudicados, porque no tengo la respuesta, pero si puedo decir que los comerciantes formalmente establecidos en Chetumal quienes pagan impuestos, tramitan en tiempo y forma su predial, uso de suelo, pago de basura y protección civil, obtienen su licencia de funcionamiento y con esto evitan la visita de los Inspectores Fiscales quienes al menos en este municipio son los encargados de regular el comercio formal e informal al mismo tiempo, y este último se ha multiplicado lo que ha generado a la vista de todos una clara muestra de evasión de impuestos.
En otro tema, la semana pasada se llevo a cabo el curso taller de Contrataciones con Recursos Estatales y Federales a 120 funcionarios relacionados con licitaciones del gobierno de Quintana Roo, ésto a través de la Oficialía Mayor, dicho taller tuvo lugar en el Centro de Convenciones donde se dio a conocer que la Oficialía a cargo de Manuel Alamilla diseña una plataforma a través de la cual las PyMES (Pequeñas y Medianas Empresas) del padrón de proveedores accedan fácilmente y tengan absoluta certeza de los resultados en las compras gubernamentales.
El taller demuestra con hechos el trabajo del gobierno del Estado por transparentar a fondo la administración pública, de la misma forma el Oficial Mayor a quien se le ha visto en otros eventos en representación del gobernador de Quintana Roo, el Contador Público Carlos Joaquín González, ha demostrado ética y compromiso social, atendiendo peticiones de la ciudadanía, demostrando que es parte de un gobierno del cambio, sin despotismo.
