Mario Villanueva, el apestado hijo del PRI

enero 30, 2018
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Estado de México, México. Por la noche, miles de personas vieron, después de 20 años sin aparecer en ningún medio, al exgobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva.
Lucía ojeroso, muy delgado, voz tímida. El periodista que lo entrevistó –Ciro Gómez Leyva- lo calificó como un político abandonado, “muy abandonado”.
Desde los pasillos del Reclusorio Norte en el Estado de México, Mario Villanueva se confesó traicionado. ¿Por quiénes? Por Roberto Madrazo, por Manlio Fabio Beltrones, por Jesús Murillo Karam, por Miguel Ángel Osorio Chong, por Fidel Herrera.
Y ante las cámaras, el exgobernador pide una sola cosa: “Primero que nada, al presidente Peña Nieto, que por favor, vea que se aplique la ley, no le pido nada más”.

Mario Villanueva también apodado “El Chueco” fue detenido en mayo de 2001 a los 52 años de edad. Él fue quién estrenó la temporada de exgobernadores recluidos en una prisión. El exgobernador fue acusado y procesado por los delitos de lavado de dinero y narcotráfico. 26 testigos protegidos lo inculpan y lo señalan.
Sólo Diego Fernández de Cevallos, el político abogado que es millonario ha ofrecido ayudarlo. Roberto Madrazo “andaba buscando apoyo” y le prometió atender su caso, al igual que Manlio Fabio Beltrones, sin embargo ninguno de los dos lo apoyaron o atendieron su llamado. Fidel Herrera Beltrán, exgobernador de Veracruz, le mandó decir con un enviado, “díganle a Mario que me dé por muerto”.
Villanueva Madrid dijo tener serio problemas de salud que obligan a las autoridades a mandarlo a su casa, a una prisión domiciliada, a fin de que sea atendido médicamente.

Y la entrevista arranca:

—¿Cómo está; ingeniero?, pregunta Ciro Gómez Leyva.
—Bien mentalmente. Aunque como es de público conocimiento, tengo problemas de salud que afectan el cuerpo. Pero, bien además, porque tengo optimismo. La ley me ofrece algunos beneficios que creo que me permitirán regresar a casa y eso ayuda a mi mente a estar un poco mejor.

—¿Qué edad tiene hoy, ingeniero?, vuelve a preguntar el periodista.
—69 y medio. Al otro día de la elección, el 2 de julio, cumplo 70.

—Cumple los 70 y va a buscar el beneficio de la prisión domiciliaria. Inquiere, invita a la respuesta larga Ciro Gómez Leyva. El exgobernador responde:
—Sí. De hecho tengo dos opciones: el beneficio de la prisión domiciliaria o por cuestión de salud, que incluso se solicitó desde antes de que me fuera a Estados Unidos. Como no pensé que me extraditarían, porque se trata de los mismos hechos por los que me juzgarían en Estados Unidos, y tanto la Constitución de Estados Unidos Mexicanos como el tratado de la extradición lo prohíbe, pues entonces, con mi abogado, hicimos la petición. Y en ese tiempo la sentencia, la magistrada del Tribunal Unitario, determinó que lo negaba, porque faltaba un dictamen médico. De eso no dijo nada más. No cuestionó la petición. Sólo dijo “le falta un dictamen médico”. Han pasado siete años con un agravamiento en mis problemas de salud. Entonces, creo que no tendría problema con esa petición.

—Lo veremos. ¿Cuál es… ¿Problema de salud? ¿Qué problema de salud,
Mario?
—Son varios. El más grave se llama Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Es un deterioro de los pulmones que ya es fuerte. Se me ve bien, pero tengo un problema respiratorio. Y se me ve bien porque estoy cargado de medicinas que sirven para abrir los pulmones, los bronquios, y para desinflamarlos. No sólo los abre, sino los desinflama. Y ese desinflamatorio se llama cortisona, que es una medicina muy difícil. Se tiene que tomar con mucha precaución.

—¿Y con qué frecuencia está tomando cortisona?
—Diario.

—Todos los días.
—Sí. Diario. Entonces ésta es la enfermedad más fuerte. Me surgió en Almoloya el problema. Primero por el trato que me dieron. De estar en la zona en donde tenían a El Chapo. A unas cuantas celdas, ahí me tuvieron. Pero sin la ropa necesaria para el frío tan intenso que hace ahí. Con el puro uniforme y una cobija. Dos cobijas, que más bien era una cortada a la mitad. Una para la cama, que es de concreto y otra para taparme. De ahí me vino un catarro, se volvió gripe; vino un asma, olvidado hace muchos años. Y se me complicó con hipertensión. Pero posteriormente me pusieron en otro lugar, y en ese lugar hubo un incendio intencional.

De fondo, los pasillos del Reclusorio Norte, también conocido como Almoloya. Ahí, Mario Villanueva confiesa que el exgobernador de Quintana Roo, Félix González Canto “hace gestiones” –sin decir cuales- para ayudarlo.

Joaquín Hendricks, Félix González, Roberto Borge, los gobernadores de
Quintana Roo. ¿Lo han ayudado?, pregunta Ciro Gómez.
—No. Joaquín Hendricks siempre se hizo a un lado, responde Villanueva.
—¿Félix González?, inquiere el periodista.
—Félix ha estado haciendo gestiones a mi favor, responde el exgobernador.
—¿Roberto Borge?, vuelve a preguntar Ciro.
—Roberto Borge nunca. Pero, o sea, Félix a partir de que yo llegué. Y cuando
estuvo de gobernador, él estuvo haciendo unas gestiones con Santiago
Vasconcelos. Y con el mismo Diego Fernández. Y con el presidente de la corte en alguna ocasión. Sí, la verdad, hizo un buen esfuerzo. Pero mi caso lo han tratado como el del enfermo que ya va a morir y nadie quiere verlo, porque ya no tiene remedio. Es una alegoría. Sí le hizo la lucha. Roberto Borge, pues ahora sí que dijo que sí, pero no dijo cuándo.
El periodista Gómez Leyva dará a conocer las siguientes partes de la entrevista con el exgobernador, en dónde el periodista asegura, Mario Villanueva hará más revelaciones sobre los motivos de su encarcelamiento,
mencionará a otros políticos y la razón de los señalamientos en su contra, así como su necesidad de justicia.

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