Es fácil matar a un periodista en México, señaló la revista New York Times

marzo 27, 2018
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Periodistas en México, entre el deber y la indefensión

Es fácil matar a un periodista en México, a esa conclusión ha llegado el diario más importante en el planeta, el New York Times. Desde el 2000 al segundo mes del 2018 han sido asesinados 137 periodistas en México, según la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) y de éstos 99.85% de los casos han quedado impunes.
La impunidad es el otro enemigo al que se enfrentan los periodistas en México. Tan sólo en el sexenio de Enrique Peña Nieto se han asesinado a 43 periodistas. El mandatario se ha comprometido a atender la violencia contra los reporteros. Pero una cosa son los discursos y otra muy distinta son los hechos.
Durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, el gobierno Federal ha insistido que los delitos contra los periodistas no son ataques a la libertad de expresión. En los hechos esto es que no ameritan la participación del gobierno federal en su investigación. Los investigadores federales han revisado 127 casos de asesinatos de periodistas desde el 2000, pero solo decidieron investigar ocho. De esos ocho ha sido resuelto solo uno.
El mayor número de los asesinatos se concentra en los estados de Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas y Michoacán.
La ONG Artículo 19 ha expuesto que la cobertura en temas de corrupción y política se ha convertido en una de las más riesgosas para la prensa y ha estado relacionada con casi la mitad de las agresiones documentadas por la organización.
Sumado a anterior, los periodistas, sin importar el estado donde radiquen tienen que enfrentar una ley: «plata o plomo» que es una forma de control a la prensa local para imponer la censura y el terror.
Artículo 19 ha documentado como es que la autocensura es cosa del día adía en muchos reporteros y periódicos, por citar un ejemplo, en Tamaulipas existe una «zona silenciada» de acuerdo el informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. ¿Qué es una zona silenciada? Son regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión donde los periodistas y medios locales han decidido autocensurarse para salvar la vida.

México es el segundo país más mortal para los periodistas

El año pasado asesinaron a 67 periodistas en el mundo. Pero sólo en México se asesinaron 16. Después de Siria, México es el país que no está en guerra más peligroso para quienes ejercen esta profesión.
El reporte anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) registró la cifra de 15 periodistas asesinados en México en 2017. Para RSF es claro una cosa: en México la presencia de los cárteles del narcotráfico y la corrupción de los políticos son temas que abordan los periodistas y los hacen blanco de amenazas, agresiones o asesinatos.
Después de Siria y México, los países con más periodistas asesinados son Afganistán (9), Irak (8) y Filipinas (4).

Palabras huecas

El presidente Enrique Peña Nieto ha empeñado su palabra para atender la violencia contra los periodistas. Sin embargo, las distintas autoridades en los diferentes órdenes de gobierno se apresuran a decir que el asesinato de un periodista no está relacionado con su labor poco después de que se dé a conocer la muerte y mucho antes de que siquiera arranque la investigación.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una decisión en marzo de 2017 que dicta que todos los delitos contra los periodistas deben enviarse a los tribunales federales. Sin embargo, la decisión de la corte todavía no es vinculante y solo aplica para delitos nuevos, lo cual quiere decir que una gran cantidad de casos se quedarán en los tribunales locales donde actualmente están. Estos cuentan con pocos recursos y son muy vulnerables a la corrupción.
En los dos meses que va de este 2018, han sido asesinados tres periodistas. Carlos Domínguez en Tamaulipas, Leslie Montenegro en Guerrero, y Leobardo Vázquez en Veracruz.
En el caso de Leobardo Vázquez, las autoridades encabezadas por el gobernador Yunes Linares han desestimado el asesinato pues han dicho que Leobardo no era periodista sino un taquero. Mienten: el portal de Leobardo era uno de los más vistos en su natal Totonacapan y en el denunciaba la corrupción de funcionarios públicos que lo amenazaron de muerte y lo cumplieron.

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