Las lágrimas que derrama Julissa no compensan los cinco años que pagará el asesino de su madre y su hermana.

Justicia, aun sea divina pero justicia
Julissa Itza Coba, en aparente calma, con la mirada triste y el rostro lleno aún de incredulidad, exclama que ninguna lágrima derramada, ni los cinco años de presión, ni las multas a que fue condenado el asesino de su madre y hermana van a compensar el inmenso dolor que hoy siente su corazón y que le desgarra el alma.
“Nosotros no buscamos venganza, buscamos justica por la muerte de mi madre y mi hermana, nada más. Si los padres del Chino Elizama Be nos miran con odio y sed de venganza no tienen por qué hacerlo, ya que fue su hijo el que dañó a nuestra familia”, afirma con voz firme y la mirada triste, Julissa Itzá.
La gemela sobreviviente del joven homicida “El Chino” Elizama B (ahora sentenciado a 5 años de cárcel), rompió el silencio y dijo que la justicia alcanzará al asesino de su mami Bertha y su hermana Yutzal, ya que esa pena máxima otorgada por la Juez nunca será suficiente para que pague por el brutal asesinato cometido.
Su rostro pálido, su mirada triste, entre sollozos y respiración entre cortada e intermitente, la joven Julissa aún recuerda la fatídica tarde en la que bromeó con su hermana y vio la sonrisa de su mami por última vez, recostada en la hamaca, donde con brutalidad el Chino Elizama Be perpetuó el artero crimen con todas la agravantes.
No hay dinero que resarza el daño cometido a esta humilde familia de la Zona Maya, que prácticamente este asesino les llenó de dolor y cambio su vida para siempre, sobre todo la de Julissa, quien aun en la incredulidad sueña que todo fuera una amarga pesadilla y al despertar verá de nuevo a su mami y disfrutará de la alegría de Yuztal, su gemela acuchillada.
“5 años no es justo, nadie nos va a regresar la vida de mi mamá y de mi hermanita y no me parece que quienes hicieron las leyes de esta manera, nunca visualizaran que un menor de edad pudiera cometer un asesinato tan perverso, tan brutal y 5 años nadie garantiza que el Chino Elizama Be lo va a volver a hacer”, señaló.
La noche fatídica del 23 de agosto
Recorriendo con su mirada la calle donde su señora madre terminó muerta, en medio de un charco de sangre, Julissa clama justicia, pero ya no la del hombre, sino de la divinidad contra este, justo yació su cuerpo a unos pasos de su vecina de enfrente, luego de que intentó salvar la vida de su hija como toda madre guerrera, pero que el destino no lo quiso así para perecer pidiendo ayuda y detener al brutal asesino.
“No me parece justo que pasará 5 años en rehabilitación con jóvenes menores de edad igual que él, en un anexo que ni siquiera es prisión, sino como un internado en una anexo, ¡no me parece justo!, no lo es”, agregó con voz entre cortada y la mirada fija en el horizonte, si allá donde aún recuerda a su madre tapada con una sábana blanca, en medio de las cintas amarillas y rojas que acordonaron la escena del artero doble feminicidio.
Lo que más coraje y hasta miedo da es que este asesino, el Chino Elizama Be no muestra arrepentimiento de lo que hizo. Estuvo en el juicio tranquilo, como si no hubiera hecho nada y me miró como si nada, como cuando venía a mi casa, precisó, volviendo su mirada ahora fuerte, pero aún llena de impotencia e incredulidad con lo que hasta ahora ha vivido.
“Mi mamá le abrió las puertas de la casa, aún era novio de mi hermanita y ese fatídico 23 de agosto no sé lo que ocurrió, pues desde las 6 de la tarde estaba ahí…. Me fui a hacer tarea y fue la última vez que vi a mi madre acostada en su hamaca y a mi hermanita que bromeó conmigo al salir….. después a las 10:30 pm al regresar ya las había apuñalado”, agregó.
Caminando por la calle, trataba de evocar cada detalle de lo que ocurrió el fatídico 23 de agosto de 2018 cuando con su mano temblorosa, del coraje e impotencia, señala hasta donde la dejaron llegar con su bicicleta, entre las luces de torretas de patrullas y ambulancias y la mirada de decenas de curiosos que veían el ir y venir de los policías, que no podían creer lo que veían, por las más de 21 puñaladas asestadas a los cuerpos de su madre y hermana gemela por el asesino El Chino Elizama Be.
Ya en su domicilio, en esta entrevista, Julissa Itza, hace una pausa, contiene el llanto, pero no puede evitar que sus ojos se llenen de lágrimas, suspira y cuenta que en febrero de 2018 empezó a visitar su casa el Chino Elizama Be para convertirse en novio de su hermana Yutzal Itzá. Le dieron la confianza, llegaba a la casa a comer y convivía mucho con la familia, al grado que las acompañaba a todos lados, incluso a fiestas donde eran invitadas las hermanas Itza Cobá, por lo que ignora el motivo por el cual cometió este brutal homicidio.
En el patio de la vivienda donde al fondo hay un altar a la Virgen María, Julissa recuerda que al principio, el asesino de su madre y hermana solo pasaba al patio, ahí recargaba su bicicleta y se ponía a platicar con la gemela Yutzal, por horas y poco a poco se ganó la confianza de su mamá, quien lo trataba como a un familiar.
“se le dio la confianza, se le trataba como alguien de la familia, duele mucho…. Duele mucho, pues nunca imaginamos que nos llegara a hacer esto”, agregó con lágrimas en los ojos Julissa Itza Coba.
Chino Elizama, sicópata asesino
Por la forma en que asesinó a doña Bertha y a la gemela Yuztal, el Chino Elizama Be reflejó una mente enferma, ser casi un psicópata, un criminal, un poseído del infierno, que con regularidad jugaba juegos de video en línea donde la temática era asesinar y sobrevivir, era matar utilizando todo tipo de armas a su alcance, además de ver una serie sangrenta en televisión de paga, entre otros programas violentos, en los cuales había una característica en común: muerte y sangre, mucha sangre, como la estela de sangre que dejó en el humilde domicilio de la familia Itzá Cobá, el fatídico 23 de agosto de 2018.
Para la autoridad, el trastorno mental sufrido por el Chino Elizama Be a consecuencia de este tipo de programas sangrientos, es la causa aparente que lo motivó a cometer estos crueles asesinatos, aunque en el trasfondo de esta tragedia a otros factores que lo llevaron a cometer este doble feminicidio.
La lección para muchos padres de familia de niños en la pubertad, adolescentes y jóvenes es alejarlos de esos juegos violentos en línea que cualquiera pueda descargar en su teléfono celular como Pung Mobile, Fornite y Call of duty y Free Five FF y hasta las series de televisión mil maneras de morir, crímenes sangrientos, etc, que sumados a la desintegración familiar y hogares disfuncionales, hoy están abonando para que los jóvenes sean víctimas fáciles de la violencia, de la delincuencia, etc.
El abandono de la autoridad
Lo desesperante para la familia es la indolencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno y de las instituciones dedicadas a la defensa de los derechos de la mujer, ya que hasta ahora nadie le ha ofrecido a Julissa Itza Coba apoyo psicológico, económico o alguna beca que le permita a la estudiante salir adelante. Hasta ahora solamente los directivos del bachillerato CBTIS le han condonado la colegiatura, pero nadie ni del DIF, IQM, Municipio, Diputados Locales y federales ni los senadores les ha preocupado la situación de Julissa, que se quedó en la orfandad para luchar sola en la vida que le espera en los siguientes años.

Sin rencores, pero no se olvida
A la pregunta expresa ¿guardas rencor?, Julissa Itza Coba, respira profundamente, fija su mirada al cielo, como queriendo encontrar a Dios y dice con toda seguridad y aplomo ¡no, no puedo, no soy una persona mala, pues a la vez que me da tristeza verlo (al homicida El Chino Elizama Be) si tengo un profundo coraje pues no muestre signos de arrepentimiento y esté muy tranquilo después de este brutal doble asesinato que cometió, en donde me cambió la vida al arrancarme a mi mami y a mi hermanita!.
Con el dolor a flor de piel, Julissa alza la mirada como pidiendo justicia al cielo, expresando su incredulidad, cuando en la audiencia de sentencia cuando lo tuvo frente a frente y no podía creer que ahí estuviera el Chino Elizama Be, el asesino, como si nada hubiera pasado; con una tranquilidad increíble al escuchar su condena de solo 5 años de prisión, pese al gran daño causado, que cambió la vida de sus dos hermanos y de ella, al dejarla en la orfandad total.
Los sueños de Yutzal truncados
Este homicida terminó con los sueños de Yutzal Itzá, que desde que cursaba la secundaria le platicaba a su gemela Julissa Itzá que quería ser licenciada en derecho, sueño para el cual se preparaba al cursar el CBTIS, en donde no terminó al ser apuñalada 11 veces para perder la vida en la ambulancia camino a Chetumal.
“A mi hermana le gustaba el futbol, jugaba mucho y era muy buena. Su materia favorita en la escuela era ciencias sociales y lógica, además de que estaba llena de vida e ilusiones, ser abogada era su sueño, aunque eran regulares y buenas sus calificaciones, era una muchacha noble y alegre”, afirmó Julissa Itzá.
A Yutzal Itza le gustaba comer en el Pastorcito Maya, establecimiento ubicado en el mercado municipal de Felipe Carrillo Puerto y convivían en familia cuando su señora madre, viuda desde hace varios años, con su trabajo de “doméstica” en casa de una maestra ganaba algo extra para darles esos pequeños lujos de cenar fuera de casa.
“Mi mamá luchaba a diario para mantenernos, trabajaba y lo poco que ganaba a veces lo gastaba con nosotras, nos llevaba al Pastorcito Maya, pues no le alcanzaba para más lujos”, dijo con lágrimas en los ojos y el rostro desencajado a medida que avanzaba la entrevista hecha por Pedro Canché.
Yutzal era una gran persona
Julissa se decidió a romper el silencio luego de cinco meses de no poder hablar, ya que era menor de edad y aun no se repone de este impacto emocional que cambio su vida por completo, al enterarse que este desalmado asesino acabó con la vida de su mamá y de su hermana, apuñalándolas y cortando parte de sus cuerpos, tal y como lo describe Julissa Itzá Cobá.
“Yutzal, mi hermanita, prefería comer pizza de peperoni y hawuallana y la pedíamos Donatelo, cuando se podía y cuando mi mamá nos consentía” dijo y esbozó una sonrisa al recordar esos momentos compartidos con la ahora occisa.
“Mana nos decíamos desde que estábamos en el Kinder y hasta ahora, había mucho en común, un gran cariño, aunque también era diferente, algo rebelde y muy directa, cuando le molesta algo lo dice y no se quedaba callada”, indicó, hablando de su hermana como si aún estuviera viva, con mucho amor y a la vez melancolía.
“siempre fue más directa, cuando no le parecía algo te lo decía. Ella era fuerte en los momentos difíciles, yo lloraba o me ponía triste y ella siempre me ayudaba y era muy fuerte”, dijo, al momento de alzar su mirada y con las lágrimas en los ojos que no dejaban de fluir al referirse a cada momento que vivió a lado de su gemela Ytzal.
Con el llanto en sus ojos, tuvo que ser abrazada y consolada por su hermano Yambo, el más fuerte y pilar de lo que queda de su familia.

Nuevamente en la orfandad
Ha quedado huérfana. La primera a los 6 años cuando muere su padre por una enfermedad. Con él nunca les faltó nada. Fue la época en la que las gemelas corrían por el patio de su casa, felices, sin que nada ni nadie les truncara sus sueños, sus juegos, su día a día.
Pero desde los seis años, cuando sufrieron la pérdida de su padre, su vida cambió, pues su mamá empezó a trabajar limpiando casas y en ocasiones haciendo cositas para vender, con lo que sus hermanos salieron adelante – los dos mayores y ya ambos trabajan, mientras que Julissa tendrá que enfrentar sola a la vida, pues este doble feminicidio le arrebató a su madre, su único sustento económico que la mantenía estudiando en el CBTIS de Felipe Carrillo Puerto.
-Hija, después del CBTIS tendrás que ponerte a trabajar, pues no me alcanzará para costear una carrera universitaria-, aún en su memoria prevalecen las palabras de su mamá, cuando ingresó a realizar su bachillerato en dicha institución.
Petición a la autoridad
No esperamos gran apoyo de la autoridad, pero sí que vean nuestro caso – el asesinato de mi madre y de mi hermana- y estudien una reforma a las leyes, que las cambien, ya que aún sentenciado el Chino Elizama Be, nada garantiza que al cumplir sus cinco años de prisión entre menores de edad, vuelva a matar personas.
Es lo único que solicita Julissa Itzel a las autoridades competentes, en específico a las de la Fiscalía General de Justicia y a los diputados, en especial al que representa la Zona Maya, que se trabaje en estudiar este tipo de leyes y se endurezcan, para que si alguna familia vuelve a pasar por una situación similar, el asesino aún sea menor de edad, cumpla una condena mayor, es decir, alcance cuando menos 30 años de prisión.
“Por lo blando de las leyes contra los menores de edad que delinquen es que hoy en México hay mucha delincuencia, mucho narco, muchachitos que ya están en las drogas y cometiendo delitos sabiendo que la ley no los castigará con mano dura”, señala, al tiempo que su rostro se endurece y la rabia e impotencia vuelve a apresar sus lágrimas y contener su llanto, pese a que éstas resbalan por sus mejillas.
Julissa exige a las autoridades detener la delincuencia juvenil, ya que no solo matan –como lo hizo el Chino Elizama Be- sino que roban, asaltan, hieren, violan, cometen todo tipo de abuso, pues saben que estas conductas delictivas de adultos no les serán contadas y lo máximo que alcanzarán solo serán cinco años de prisión y al salir seguir por el mal camino, pues no hay una rehabilitación que los haga cambiar.
La delincuencia ha enfermado a los menores
La perversión de los adultos –los verdaderos delincuentes- están utilizando a los menores de edad, e incluso a los niños para delinquir ya que saben que la ley será benévola con ellos y que el castigo que recibirán será mínimo con los delitos que puedan cometer, incluso el asesinato a sangre fría.
“Los delincuentes adultos les dicen ve y roba, asalta, o hasta los contratan para asesinar a otras personas, y les dicen, total tú en cinco años sales y disfrutarás todo tu dinero, por ello estos muchachitos de hoy se han vuelto violentos y son utilizados para cometer muchos delitos y esto debe acabar, la autoridad debe ver el caso de mi familia y cambiar las leyes lo más pronto posible, sino volverá a suceder una tragedia como la que hoy vivimos”, dice, al tiempo que su voz se vuelve a quebrar, respira y contiene el llanto, pues recibe el fraternal abrazo de su hermano mayor, que se ha convertido en el hombre fuerte de esta desquebrajada familia producto de una sociedad que protege a la delincuencia juvenil.
Delincuencia organizada idiotiza a menores
Los recientes acontecimientos en ciudades como Cancún y Playa del Carmen, donde la delincuencia ha avanzado y sigue creciendo sin que la autoridad la pueda contener, es el claro ejemplo que los jóvenes de hoy reciben, es el mensaje de robar, traficar, herir y matar, sabiendo que al salir de la cárcel disfrutarán del dinero mal habido, pues dependiendo del delito lo máximo que estarán encerrados en cómodas celdas en el Centro de reinserción juvenil serán solo 5 años.
Es claro que los delitos cometidos en Cancún, las ejecuciones y matanzas entre narcotraficantes, el enriquecimiento de muchas de estas personas por el tráfico de drogas, secuestros y demás son la atracción del momento para muchos adolescentes, que ven la vida fácil, el dinero fácil y sobre todo aprenden violencia y generan violencia, como lo que hizo el Chino Elizama Be, quien aprendió la violencia y la ejecutó matando a la madre y a la hermana de Julissa, dejándola en la orfandad.
Desgraciadamente la mafia, los narcotraficantes y hasta los delincuentes de cuello blanco, refiriéndose a funcionarios corruptos, están utilizando a los muchachitos para cometer todo tipo de delitos al amparo de la ley y con plena impunidad, sabiendo que cinco años será lo máximo que puedan alcanzar. Hoy vemos muchos jóvenes delinquiendo, muchos niños ya en las drogas y cometiendo abusos, Bullying en las escuelas, pues se les ha hecho fácil con el ejemplo que la sociedad les está dando, mientras la autoridad con este tipo de leyes se muestra complaciente.
Nuestros adolescentes y jóvenes imitan los actos delictivos de los adultos, imitan lo que hacen las mafias y narcotraficantes y esto tiene que acabar, lo tiene que cambiar la autoridad y los que hacen las leyes, indicó con indignación y aún esperanza la víctima colateral de esta tragedia familiar, quien hoy con dolor revela en la entrevista sus sentimientos y lo que en realidad vive y con lo que tendrá que vivir día a día, pues es claro que la acción mal intencionada, con dolo y tal vez premeditación del Chino Elizama Be, cambio totalmente su vida y la marcó para siempre.
“como dije anteriormente los senadores, los diputados, el gobernador, deben cambiar las leyes. Al momento que aprobaron esta ley, que la promulgaron nunca pensaron que un niño, un menor de edad, iba a hacer algo tan perverso, tan brutal, tan malo, tan despreciable como lo es arrebatarle la vida a dos personas con todas las agravantes y tan solo recibir 5 años de prisión. Esto debe cambiar no puede quedarse así”, son las palabras, el reclamo duro hacia las autoridades hecho con la rabia e impotencia a flor de piel de Julissa, hoy quien carga con este daño a su vida, a su alma, a su corazón.
Julissa, toma aliento, se sienta en una silla blanca de plástico, a su espalda un niño juega, un pequeño familiar suyo que en su inocencia aún no se contamina su corazón con el dolor de la muerte de la madre Bertha y su hermana Yutzal.
Hace una pausa y clava su mirada en el horizonte, esperando la siguiente pregunta del entrevistador. Pasa poco a poco su dolor, su rostro deja de ser duro y nuevamente aflora su inocencia, aunque su mirada triste no cambia, se acentúa, implorando a la divinidad justicia.
Aún con la tragedia a cuestas teme represarías de la familia Be Pech
Asustada se muestra Julissa al ser cuestionada sobre la familia del Chino Elizama Be y cómo ha participado en esta tragedia.
Su rostro cambia, de la niña que no guarda rencor a la joven con miedo, si ese miedo que causan las amenazas veladas o directas, ese miedo que se le tiene a la gente pudiente, con poder político y económico, capaces de dañar y seguir dañando a los que menos tienen, a la gente, que como Julissa, están en la orfandad no solo por la pérdida de sus padres, sino por la ausencia de la protección de la autoridad, que a la fecha no le han apoyando en nada.
Con mucha preocupación y miedo explica que durante el proceso penal del Chino Elizama Be, la madre de este Luci Pech arremetió con amenazas contra sus testigos, siempre señalando la clásica frase “no saben con quien se están metiendo”, suceso que llenó de indignación a muchas personas que conocen a la familia de Julissa y que sirvió para que no se amedrentaran y dijeran lo que vieron el día de los lamentables hechos en agosto de 2018.
El poder político y económico que rodea a la familia Be Pech es tanto que hoy han producido miedo en la familia afectada por el doble feminicidio.
Julissa teme por su vida y la de sus hermanos y demás familiares, así como de las personas que participaron como testigos oculares de los lamentables hechos del 23 de agosto de 2018, y no es para menos se trata del poder de un expresidente municipal, ya que aún se desconocen los verdaderos motivos por los cuales el Chino Elizama Be ultimó a cuchilladas a la madre y hermana, mismos que no han quedado claros pese a que ya fue sentenciado a 5 años de prisión.
“quiero que la autoridad nos de protección a mi familia y a las personas que participaron como testigos en el juicio” aseguró con llanto en los ojos y la voz desquebrajada, de manera muy valiente expone la situación y a la vez teme por su vida, al grado que desde ahora hace responsable a la señora Lucia Pech de los que en un futuro les pueda ocurrir ya que acusaron de recibo las amenazas.
“no es justo que esta señora –Lucía Pech – nos trate así, ¡vergüenza! Debería tener por lo que hizo su hijo y no estar amenazando”, agregó Julissa Itzá con una mirada de indignación, pero a la vez con un miedo justificado, ya que no quiere tener más tragedias en su familia ni mucho menos tener relación con este tipo de personas pudientes y sin escrúpulos.
Cinismo sin escrúpulos de Lucía Pech, miradas que matan
Pese a que su hijo, el Chino Elizama Be por alguna razón, aún desconocida tanto para los juzgadores como para la familia Iztá Cobá, asesinó cruelmente a doña Bertha y a Yutzal, nada explica la actitud cínica e indolente asumida por Lucía Pech, quien no se cansa de intimidar – tanto de palabras como a través de su mirada llena de odio- a Julissa y a sus hermanos, que como valientes Mayas no se dejan vencer, no se amedrentan y siguen adelante, ya que no piden venganza sino claman justicia, aunque sea divina, ante la fragilidad de las leyes que juzgaron al criminal con tan solo 5 años de prisión.
“Me mira con odio, me mira como si nosotros tuviéramos la culpa, cuando el asesino es su hijo y es producto de la educación que le dieron. Que le dio ella –Lucía Pech- como madre. A veces siento que me mira y me quiere matar con su mirada, percibo so odio, se siente, pero lejos de contestarle su amenazas y miradas amedrentadoras, solo me volteo y no le sigo su juego”, señala Julissa, cuyo semblante cambia, con el rostro recio lleno de orgullo de esa sangre maya que no se rinde, que no se agacha, que no se somete.
No le gusta a Julissa que la señora Lucía Pech los mire con esa cara de desprecio, de odio, ya que ellos tres, los sobrevivientes a la tragedia del 23 de agosto de 2018, no le hicieron nada, no tomaron de la mano al Chino Elizama Be para cometer estos atroces crímenes, donde reflejó simplemente el odio a la familia, al amor familiar, a la unión familiar de lo cual careció en casa de sus padres Lucía y Elizama.
Es tal la impotencia de la familia Iztá Cobá ante la indolencia de Lucía Pech y Elizama Be Cituk que no aceptan que su hijo – El Chino Elizama Be Pech- es un delincuente, un criminal que merece mucho más que cinco años de prisión, aseguró de manera enérgica Julissa, al tiempo que aseguró que en su familia le dieron mucho cariño y afecto a este delincuente que en su casa es evidente que le faltó y por tanto solo reflejó en este sangriento asesinato de lo que siempre ha carecido, el amor de sus padres, su guía y su consejo.
Pero qué se puede esperar, viendo la actitud indolente, de odio jarocho hacia la familia afectada de parte de Lucia Pech? Su hijo, el Chino Elizama Be es reflejo de la prepotencia, arrogancia, indiferencia ante las tragedias, duro de corazón tal y cuales son sus promogenitores.

Crimen hecho por el Chino Elizama Be producto de una mala educación familiar
Con gran indignación Julissa señala que las amenazas de Lucía Pech no deben ser, ya que ella y su esposo Elizama Be Cituk son los que se metieron con su familia, al criar a un asesino. Son igual de responsables del doble feminicidio cometido por su vástago, pues es la educación que recibió, los valores que le inculcaron, ya que hasta un niño pequeño sabe lo que es bueno y lo que es malo, más un muchacho como el “Chino Elizama Be”, que perpetuó este artero crimen, sin compasión y con una saña inusitada, salvajismo y carente de toda misericordia.
“Él está consciente de lo que hizo, y seguro lo aprendió en algún lugar, lo vio en su familia, pues su educación fue en el seno de su hogar. Sus padres le enseñaron lo bueno y lo malo y tienen la culpa por no darle valores”, agregó con desesperación y miedo de que le suceda algo por hablar de lo que en realidad sufre su familia por este atroz crimen.
El desequilibrio mental que argumentó la defensa del Chino Elizama Be Pech en su juicio fue producto del rompimiento familiar, de un hogar disfuncional, en donde Lucía Pech vivía ya con su nuevo “marido” y Elizama Be con una jovencita en otra vivienda, según lo que contaba el victimario cuando en vida convivía con Doña Bertha y su novia Yutzal.
Todo mundo en Carrillo Puerto sabe y conoce el rompimiento de la familia del Chino Elizama Be, lo que no es suficiente razón para que haya perpetuado este atroz crimen y después huido del lugar como si nada hubiese hecho.
Lo que más lastima a Julissa fue que ese amor de hogar, ese amor de familia que no tenía en su casa, se le dio como novio de Yutzal, ya que era triste ver que andaba como “perrito callejero” de una casa a otra, con su mamá o con su papá o simplemente solo, por lo que “el Chino” comía en su casa, por la confianza que le dio doña Bertha de hasta acompañarlas a fiestas, por eso Julissa aun no puede creer lo que él hizo y le lastima grandemente el corazón.
Solo buenos tratos de la familia Itzá Cobá recibió el criminal Chino Elizama
Debido a que desde los seis años Yutzal y Julissa se quedaron huérfanas de padre, su mamá –doña Bertha- además de dedicarse a limpiar casas para ganar dinero y sostenerlas, también los domingos vendía cochinita en las afueras de su casa, donde los vecinos acudían a comprar y sus clientes, pues a decir verdad, las personas que probaban la rica cochinita quedaban “enamorados de su sabor” y se volvían clientes.
Por ello, vecinos de la calle donde habita la familia Iztá Cobá, conocían al Chino Elizama, pues prácticamente era un miembro más de esta humilde familia, en donde, según testigos, lo trataban bien e incluso estaban ya acostumbrados a verlo conviviendo y participando en las actividades familiares de su novia a quien mató a cuchilladas.
Algunos vecinos refieren que el Chino Elizama Be solo recibió buenos tratos de parte de Yuztal y doña Bertha, por lo que ignoran cuál fue el motivo real que llevó a este criminal a cometer tan cruel y despiadados asesinatos la fatídica tarde noche del 23 de agosto de 2018, en la que literalmente llenó a cuchilladas a madre e hija, dejando una estela de sangre y sufrimiento para esta humilde familia de Carrillo Puerto.
El Chino Elizama Be fue visto salir de la casa con sangre en sus manos por al menos dos vecinos, pero por miedo solo uno testificó en su contra, ya que saben del poder económico y político de su primogenitor.
Julissa, terminará CBTIS y seguirá trabajando
Sin prometer nada en memoria de su madre Bertha y su hermana gemela Yuztal, Julissa espera poder terminar su nivel bachillerato en el CBTIS de Carrillo Puerto, ya que sus sueños de ser doctora en el Tecnológico, simplemente no podrá ser, debido a la pobreza y ahora sin el apoyo económico de su madre, este sueño seguirá truncado, pues también se lucha contra lo insensible y la indolencia de las autoridades de los tres órdenes de gobierno que no se han acercado para ayudarla, para darle una esperanza de vida digna.
Julissa seguirá trabajando y estudiando para terminar su bachillerato y cuando menos presentar un certificado a la hora de buscar un mejor empleo, que el que actualmente realiza en la tortillería, donde desde hace unos meses ya laboraba para ayudar a la economía de su hogar, que en antes del 23 de agosto de 2018 era su mamá Bertha quien daba el mayor aporte económico para el sustento de esta familia.
Ser fuerte y luchar con honestidad, el legado de doña Bertaha
Rompió en llanto y alzó la mirada al cielo, mientras las lágrimas surcaban sus mejillas y su voz se resquebrajaba más y más, casi haciéndose inaudible. Respira profundamente y mira a su hermano, entonces Julissa contiene el llanto y su rostro parece tener una luz de esperanza al recordar los momentos más hermosos que pasó con su madre Bertha.
“Ser valiente, no rendirse jamás, luchar siempre por salir adelante con honestidad y sin pasar por encima de los demás” es el mayor legado de mi madre, aseguró Julissa, que con ese orgullo y coraje de su sangre maya, habla de la mejor herencia que recibió de su mamá.
Luchar siempre con coraje y determinación para salir de la pobreza, para ser alguien en la vida es el ejemplo que recibió de su mamá y es lo que seguirá haciendo, para honrar su memoria, honrar el mejor legado de amor de su mami Bertha.
Mis quince años, el más grato recuerdo con Yuztal
Para finalizar esta entrevista, Julissa ya con un brillo de luz de esperanza en su mirada y con el ánimo renovado al recordar el legado de doña Bertha, recuerda con mucho amor en sus palabras a su hermana fallecida Yutzal, en especial los planes que tenían juntas antes de los 15 años.
“Planeamos tantas cosas para nuestros 15 años, pero la pobreza y la falta de recursos no permitió que tuviéramos una gran fiesta con chambelanes, vals, conjunto y baile. Pero fuimos felices en el festejo que nos organizaron mi mamá y mis hermanos. Un pastel, una comida, dos vestidos iguales y sencillos, pero elegantes..”.
Una fiesta con mucho amor, el amor inigualable de su madre y el cariño de sus hermanos y vecinos, es sin duda, su mejor recuerdo con Yutzal, su hermana gemela asesinada por el Chino Elizama Be.

Pedro Canché es un periodista independiente y el fundador de Pedro Canche Noticias. El ha sido perseguido por el Gobierno Mexicano por darle voz al pueblo indígena Maya y los campesinos del Yucatan y pasó 9 meses en la cárcel en un caso de persecución politico que Reporteros Sin Fronteras llamaban absurdo. "Podrán encerrar el cuerpo humano pero nunca podrán encerrar la libertad de expresión." dijó Pedro Canché.

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