Desde el vientre de la bestia CONSIDERACIONES ENFURECIDAS SOBRE LA GESTIÓN CORONAVIRUS

Con información de:

di Sara Agostinelli
Traducción:
Agustina Bassani
Revisión:
Roberta Granelli y Caterina Morbiato
Foto:
Roberto Giussani

Soy de Bergamo (Italia) y estoy enferma, supuestamente tengo coronavirus.

Todavía leo publicaciones en las que se citan expertos que tranquilizan: ” El 80 % de la población estará afectada por el coronavirus, pero no nos preocupemos, en gran parte será sólo una gripe. La mortalidad es baja y afecta sobre todo a ancianos y personas con enfermedades anteriores”. Hoy es el 14 de marzo. Otra vez leo esta m**rda.

No soy científica ni estadista, pero estoy muy, muy enojada: tengo miedo de que afuera de aquí no se esté entendiendo lo que nos pasa. Aquí estamos muriendo cómo moscas. ¿Está claro?

Decenas de muertos al día. Decenas y decenas.

El cementerio de la ciudad no puede encargarse de todos los cadáveres. Los campanarios de los pueblos ya no tocan las campanas por sus muertos porque lo harían sin parar. Los médicos están agotados o infectados, y también empiezan a morir.

Todos estamos enfermos o casi. Tres cuartos de mis conocidos están enfermos: amigos, familiares, colegas, médicos de cabecera.

Tenemos fiebres muy largas y resistentes, dolores fuertes en varias partes del cuerpo, falta de respiración, tos y resfriados atroces. No para todos es así, por suerte.

Pero eso no significa que se pueda hablar de “simple gripe”. Simple gripa, una m**rda.

Tres semanas de fiebre, cansancio alucinante, dolor de cabeza, respiración corta, resistencia a cualquier medicamento, el fantasma de la terapia intensiva siempre al acecho como un cuervo malvado y, por supuesto, aislamiento y soledad: no es una simple gripe. Y me considero muy afortunada.

Mis días transcurren en su mayor parte al teléfono: boletines médicos continuos. ¿Cómo estás?, hoy un poco mejor, mañana un poco peor, ¿cómo está papá, la tía, el amigo, la amiga?, ¿pero tú qué tienes?, yo tengo esto, ah sí ya me lo habían dicho, entonces es probable que lo tengas, sí, creo que lo tengo.

Aquí nos auto-curamos solos, si tenemos suerte, podemos tener alguna indicación telefónica, porque ni los médicos de cabecera pueden atendernos a todos. Las sirenas nunca se detienen detrás de las ventanas, noche y día, y si llamas al 112 [número de las urgencias médicas] te responden después de muchísimo tiempo. Y te llevan al hospital cuando ya estás grave.

Porque no hay lugar. Porque no pueden curarnos. Los tampones están reservados para los que llegan a urgencias (y a los secretarios de partido y futbolistas, claro), los demás deben suponer, imaginar y, en caso de duda, aislarse en cuarentena, así incluso quien podría tener realmente una “simple gripe” debe renunciar a ayudar a los que lo necesitan, padres mayores, por ejemplo.

Claro que la tasa de mortalidad de este virus es baja, claro. Si todos estamos enfermos y mueren “solo” decenas de personas al día seguro que la tasa de mortalidad es baja. Pero todos estamos enfermos, y se muere sin parar, continuamente, en grandes números.

Es una tragedia. Simple gripe, una m**rda.

Y claro que la mayoría de los que mueren son personas mayores y quizás con una enfermedad previa.

¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿Y qué???????!!!!!!!!

Personas de 60-70 años que podrían haber vivido más, ¿qué son? ¿mercancía caducada que no importa nada? ¿¡¿A caso no son seres humanos que dejan afectos y amores sumidos en el dolor?!?

¿En qué v*rga de valor se ha convertido la vida?

Y lo escribo yo, irremediablemente atea, convencida de que la vida no es sagrada y es vida solo cuando es digna. Pero cada vida es amor y lazos a su alrededor, y dolor profundo cuando falta. Italia es un país de viejos. No nos j*dan ahora diciéndonos que nuestros viejos son mercancía caducada de la que nos podemos deshacer así no más.

¡NO!

Cada uno de nosotros aquí conoce a alguien que está entre la vida y la muerte en terapia intensiva, muchos de nosotros perdimos familiares o estamos esperando noticias pegados al teléfono.

¿¿¿Casi 1500 muertos en dos semanas y estamos aquí diciéndonos “todo va a estar bien”, “no perdamos la calma”???

No, no estamos tranquilos.

NOS QUEDAMOS EN CASA.

Porque no nos ofrecieron otra solución para manejar este enorme desastre. Porque si en otras partes de Italia hacen lo que hicieron en Bergamo, en donde se perdieron dos semanas sin tomar decisiones, en donde un día nos decían que se cerraba todo y al día siguiente que saliéramos a comer una pizza, que no se iba a parar la ciudad, entonces será una hecatombe aún peor de la que ya es. Porque en esas dos semanas de tiempo perdido, por incapacidad, irresponsabilidad, falta de preparación y probablemente también porque en juego hay muchos y grandes intereses económicos, TODOS NOS HEMOS ENFERMADO.

Señores, aquí no estamos bromeando: precisamente porque no es una simple gripe y precisamente porque miles de personas morirán, nos preocupamos. Basta de mensajes de dementes, que tranquilizan menospreciando lo que está sucediendo: basta. Hay que saber las cosas como están, de verdad, lo que está en riesgo, de verdad, para poder comportarse como responsables y AHORRAR VIDAS Y DOLOR. Seguimos preguntándonos si no había otra manera de manejar este desastre, porque a lo mejor la había o la hay pero ¿cómo saberlo?; preocupémonos y hagámoslo seriamente: porque solo preocupados, muy preocupados, tenemos la oportunidad de hacer algo razonable para nosotros y para los demás: evitar tantos muertos como sea posible. Dejémonos de tonterías y expliquemos cómo están las cosas: PREOCUPENSE Y QUEDENSE EN CASA. Y en casa lean y escuchen y hagan preguntas, además de cuidar de ustedes mismos y de los que están cerca, porque ahora el objetivo es sobrevivir, pero cuando este desastre haya “terminado”, y tengamos que levantarnos, necesitaremos estar lúcidos, muy lúcidos. Tendremos que entender por qué llegamos a este punto y cómo. Pensar en nuestros hospitales, nuestras escuelas, nuestros viejos y en nuestros jóvenes, en nuestro trabajo.

Tendremos que darnos cuenta de que no se puede desmantelar el sistema sanitario de un país cacho a cacho y luego encontrarse muriendo a mansalva con médicos y enfermeras que se masacran arriesgando su vida para intentar mantener la nuestra.

Que no se puede reducir en la miseria a miles de precarios y “trabajadores autónomos” que viven exclusivamente de lo que facturan y que, cuando se para todo -justamente- por miedo a la muerte, se encuentran ante un desierto laboral que durará meses o tal vez años.

Tendremos que saber si esta tragedia nos ha ayudado a mejorar o nos ha hundido aún más en el abismo en el que estábamos: un pueblo de desfasados que el mismo día ve por un lado a un ejército de mal pagados en bata blanca que se desloma aún a riesgo de contagio y, por otro lado, A POCOS METROS O APENAS UNOS KILÓMETROS de distancia, a manadas de indiferentes que hacen cola pegados los unos a los otros para subir al telesilla, pasean por el centro histórico o se prueban ropa en el centro comercial (abierto, abiertísimo, mientras escuelas y eventos culturales estaban cerrados desde hace mucho).

Si hay indiferentes es un problema de todos.
Si los hospitales no tienen camas es problema de todos.
Si cientos de personas mueren y parece casi normal porque “eran viejos o con otras enfermedades” es un problema de todos, y es un gran problema.

Esto no está marchando bien y no “todo va a estar bien”. Solo si nos damos cuenta, pero en serio, podemos limitar los daños y podemos hacer algo diferente cuando salgamos.

Porque vamos a salir de esta, pero no haremos concesiones.
Sara Agostinelli

*** Solo hoy – 18 de marzo – en esta misma ciudad, llegaron los militares con trocas para llevarse los cuerpos de las personas que murieron porque el panteón no tiene suficientes personas para incinerar los cuerpos. En Italia, solo hoy murieron 475 personas. Los números generales son 28.710 enfermos de coronavirus, 2.978 víctimas, 4.025 curados, 2.257 enfermos internados en terapia intensiva.
info: https://www.ilsole24ore.com/art/coronavirus-italia-news-ultime-notizie-aggiornamenti-18-marzo-ADez1DE
http://www.ansa.it/sito/notizie/topnews/2020/03/18/esercito-con-le-bare-lascia-bergamo_9777b27a-17c7-4a1c-8b2f-4a0a7b8ca12e.html

Pedro Canché es un periodista independiente y el fundador de Pedro Canche Noticias. El ha sido perseguido por el Gobierno Mexicano por darle voz al pueblo indígena Maya y los campesinos del Yucatan y pasó 9 meses en la cárcel en un caso de persecución politico que Reporteros Sin Fronteras llamaban absurdo. "Podrán encerrar el cuerpo humano pero nunca podrán encerrar la libertad de expresión." dijó Pedro Canché.

Deja un comentario

Your email address will not be published.