AGENCIA SIM
Bacalar.- Un grupo de ejidatarios y ciudadanos acudieron al lugar de unas obras de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) dentro del Parque Ecológico Bacalar, junto a la laguna, para romper los candados y apoderarse de esta zona de manera pacífica, pues alegan que está en tierras ejidales.
Filiberto Huitrón, ex comisariado ejidal, dijo que no pensaban en que se meterían a estos terrenos sin pedir permiso, además de tratarse de una Área Natural Protegida en litigio, ellos cuentan con la carpeta básica de 1936, y su ampliación de 1942, en donde se muestra que les corresponde.
Criticó que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) les tenga un acta levandada por cortar vegetación, pero en estas obras no ha intervenido, aunque a vista se ve que talaron mangle.
Culpó al Gobierno del Estado de causar esta situación, por haber decretado un área ambiental de manera unilateral y además querar arrebatarles estos terrenos. Ya les han ganado cuatro amparos, comentó, pero todavía existe un quinto, supuestamente el último, pendiente de dictaminar.
“El Gobierno del Estado le ha regalado a políticos zona de la costera de Bacalar; este es uno de esos predios. (Joaquín) Hendricks trató de apoderarse de esta zona, para un centro de rehabilitación, pero se lo impedimos”, rememoró. “Es el botín de todos”.
Como los ejidatarios ya no permitían estos despojos, añadió, fue que lo decretaron como área natural protegida, en violación a su derecho de consulta.
Mencionó que ya han venido peritos a la zona para tomar constancia que este predio está dentro del ejido Bacalar.
“Han sacado documentos apócifros, emitidos por notarios corruptos, pero los hemos echado abajo”, señaló.
Por su parte, Karla Valdez, bióloga e integrante de la red ciudadana “Amor por Bacalar”, comentó que ya han tomado constancia de que hay tala de mangle, lo que es un delito, por lo que tomarán fotos para que quede un registro.
La ciudadana mencionó que no están en contra de estos trabajos, pero sí hay una falta de transparencia en el proceso, y no se tomó la opinión de los académicos de la zona ni de los lugareños para elaborar el proyecto.
“No estamos en contra de la obra ni del progreso; pero estamos cansados que no se nos tome en cuenta”, declaró. “El progreso sí, pero en armonía con el ambiente”.