AGENCIA SIM
Cancún.- Hace apenas tres meses, Helga Sánchez Blanco, habitante de Sergio Butrón Casas, quien pensaba que tenía problemas intestinales, descubrió con asombro que ya tenía ocho meses de embarazo. Hoy es madre de gemelas, una de las cuales sufre de cáncer, lo que la obligó a mudarse hasta Cancún, sin conocer a nadie y a pesar que a pocos kilómetros de su comunidad, en Chetumal, existe un Hospital Oncológico ya construido hace años, pero cerrado.
Esta mujer hoy lanzó un exhorto a las autoridades federales y estatales para que pongan en marcha ese nosocomio, pues en el sur de Quintana Roo son muchas las familias que son de escasos recursos y para quienes trasladarse hasta Cancún es sumamente difícil.
En su caso, explicó que su marido es cortador de caña, por lo que tuvo que quedarse en su comunidad, ya que si deja de trabajar, se quedan sin seguro.
Entrevistada afuera del Hospital de Especializades del Instituto Mexicano del Seguro Social de la Región 510, Helga dijo “sentirse fatal”, pues su pequeña tiene una bola en el abdomen, el tumor, que hace que vomite mucho, al grado de quedar anémica.
“Uno lo que más quisiera es evitarles este sufrimiento, que me diera a mí y no a ella, pero no se puede”, lamentó.
En su pueblo, a veces los doctores se enojan cuando les llevan a los bebés, pues creen que los padres no saben y se imaginan dolencias, pero en su caso por fortuna sí le hicieron caso y le pidieron un ultrasonido, que reveló este cáncer.
En su caso, no tuvo atención prenatal, pues ignoraba estar embarazada hasta apenas un mes antes del parto. Ella ha sufrido del colon desde hace años, por lo que atribuía a eso los malestares de la gestación, lo que para el colmo era confirmado por los doctores, quienes le recetaban remedios para el intestino.
Hoy se acaba de enterar que para la operación de su pequeña necesita traer a donantes de sangre. En Othón P. Blanco, ella es donante altruista, por lo que pidió que la dispensaran de este requisito, pero se lo negaron por estar en otro municipio, lo que la deja incluso con la sensación que sus idas al banco de sangre en Chetumal fueron para nada.
En Cancún no conoce a nadie, pues nunca había venido. Tuvo que traer a su otra bebé de dos meses, a la que tuvo que dejar en un albergue con otra hija adolescente, lejos de su marido, del resto de su familia y sus amistades.
Saber que en Chetumal existe un Hospital Oncológico le genera enojo, pues las autoridades se excusan con la pandemia, pero a ellos los obligan a viajar y exponerse.
“Dicen que hay infraestructura, pero no la abren o no hay servicios. Así es en mi comunidad, solo te dan 10 fichas en el consultorio. Si te enfermas por la tarde o en fin de semana, te mueres”, criticó.