Playa del Carmen.- Durante su campaña para llegar a la presidencia de México, Andres Manuel Lopez Obrador prometió acabar con la inmensa brecha de desigualdad que existe entre el sureste mexicano y el resto del país. Pero lo que nunca aclaró fue a qué costo y quién pagaría para cumplir esa promesa.
Al inicio de su periodo AMLO anunció, ambiciosamente, una serie de obras para esta zona del país que ha sido duramente marginada durante años por los mandatarios anteriores. Obras a las que se les ha adjudicado el sustantivo de “obras insignia” por el simple hecho de ser gestionadas por el actual presidente de la república e ignorando todo el trasfondo negativo de estas.
Uno de estos proyectos es el controversial Tren Maya en la peninsula de Yucatán. Este, desde su anunció oficial ha generado diversas opiniones divididas, que en los últimos meses se han tornado mas evidentes debido a la mala planeación que existe para su construcción en algunos tramos, específicamente, en el tramo 5 que comprende 121 kilómetros de Cancún a Tulum, pasando por Puerto Morelos y Playa del Carmen.
En esta ultima ciudad de Quintana Roo, es donde el problema se ha recrudecido por los constantes cambios de ruta y, especialmente, por el impacto y afectación ambiental y social que se ha originado desde el banderazo de inicio el pasado 5 de marzo de 2021. La construcción estaba planeada para ser elevada al llegar a la altura de Xcaret, para así poder atravesar Playa del Carmen, paralelo a los pasos a desnivel.
Inicialmente, todo parecia marchar viento en popa, se iniciaron los primeros trabajos como fue la retirada de árboles del camellón central de la carretera federal 307 entre Puerto Morelos y Playa del Carmen, el primer gran desacierto de la obra.
Conforme avanzaba la construcción del proyecto, se originó un conflicto de intereses entre empresarios y el gobierno federal por la ruta que llevaría el Tren Maya. Los empresarios aseguraban que generaría grandes afectaciones a la industria turística, el tiempo que durarán los trabajos y también a largo plazo, pues la obra estaba enfrentado grandes atrasos.
Ante está situación, la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya (AHRM), en conjunto con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) del destino, solicitaron al gobierno federal el cambio de ruta del Tren Maya en su paso por Playa del Carmen, ya que ocasionaría una ruptura en ciudades.
Detalló que de mantenerse la ruta se tendrá una ciudad con acceso al mar, playas, servicios turísticos, comercio, vivienda de medio y alto nivel y mayor concentración de oportunidades y otra, una ciudad dormitorio, de aprovisionamiento y servicio.
La AHRM añadió que generará fragmentación social y urbana en esta zona, afectaciones no sólo en imagen, accesibilidad y movilidad, y en consecuencia marginación y pérdida de atractivo y competitividad.
La AHRM dijo que mantener el proyecto actual provocaría afectaciones viales importantes lo cual incrementaria hasta en tres horas adicionales los tiempos de traslado en un viaje sencillo y de seis horas en viajes de ida y vuelta.
Derivado de la solicitud del sector empresarial y luego de varios meses de diálogo, el gobierno federal tomó la determinación de parar la obra y replantearla, sin tener en cuenta la devastación a la flora que habían ocasionado.
A mediados del mes de enero pasado Javier May, titular de FONATUR hizo oficial la suspension temporal de la construcción para decidir el nuevo trazo.
En este punto, la controversia se agudizó por la inconsciencia de las autoridades de cambiar, de la noche a la mañana el trazo, sin importar todo lo que habían realizado en materia ambiental.
Activistas y demás asociaciones civiles denunciaron que el gobierno había talado alrededor de 20 mil árboles del camellón de la carretera Cancún-Tulum, ocasionando una grave devastación a la riqueza natural de la zona.
Ante estás declaraciones FONATUR y la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU) aclararon que los 20 mil árboles talados habían sido reubicados, por lo que no se incurrió en ninguna práctica contraria al cuidado del medio ambiente.
Sin embargo, está afirmación de las dependencias generaron más intriga pues no dieron a conocer el lugar donde presuntamente fueron reubicardos los árboles y la intriga e indignación seguía latente.
Fue el 19 de enero cuando FONATUR anunció el nuevo trazo para el tramo 5 del proyecto ferroviario. Javier May dio a conocer que esté ya no sería elevado sino a ras de tierra, que evitará el tramo aéreo por la zona urbana de Playa del Carmen para no afectar la movilidad de la población que utilizan esa vía de comunicación y ahora pasaría por la zona de la periferia de está ciudad.
Durante los últimos días del mes de febrero y los primeros de marzo, la controversia ambiental retoma fuerza, pues se iniciaron los nuevos trabajos con la tala a diestra y siniestra de la selva maya virgen de Playa del Carmen.
Las denuncias no se hicieron esperar por parte de ambientalistas y demás, quienes declararon que con el nuevo trazo se estimó la devastación de al menos ocho millones 736 mil árboles a lo largo de 120 kilómetros.
Además, destacaban la posible pérdida de servicios en materia ambiental y la falta de claridad para la ejecución de programas de reubicación de las especies de flora y fauna silvestre de la zona.
Otro punto considerado en contra fue la falta de estudios geofísicos e hidrológicos para estimar el posible impacto negativos y los riesgos de llevar el proyecto por esa ruta.
Pero ya no se podía hacer nada contra el proyecto, pues obra ya está “pre-autorizada”, además de estar exenta de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) por ser un proyecto de “prioridad nacional”, aunque parece más capricho nacional porque están llevando a cabo trabajos que atentan contra el patrimonio natural y cultural del estado por la simple ambición del mandatorio López Obrador.
Sin embargo, esto no ha sido motivo para callar a aquellos que defienden el medio ambiente y a través de un comunicado dirigido a AMLO, 24 colectivos, organizaciones civiles y ciudadanos de Quintana Roo condenaron el impacto ambiental por los trabajos del Tren Maya y exigen que se detenga de forma inmediatamente la tala masiva de selva que esta arrasando con la vasta riqueza natural de Quintana Roo y la Península de Yucatán.
En este ecosistema se han registrado más de 188 especies de flora nativas y grandes poblaciones de fauna silvestre que se verían afectadas ante los avances de la obra federal.
Según un estudio de caracterización de planta nativa, realizado en la selva del Jardín Botánico Alfredo Barrera, en un muestreo de 500 m2, se llegó a registrar hasta 440 individuos, entre árboles, palmas y arbustos, por lo tanto, la nueva ruta trazada del Tren Maya, provocaría la pérdida de más de 8 millones 736 mil árboles, palmas y arbustos en 120 kilómetros de selva. Aunado a ello, se suman los impactos al patrimonio histórico, al sistema de cuevas y más importante aún al Gran Acuífero Maya, todo ello parte del patrimonio natural de los Quintanarroenses.
Así mismo, el levantamiento del tramo sin contar con un estudio técnico, pone en riesgo la riqueza arqueológica, paleontológica y biológica que resguarda el territorio.
La devastación que se efectúa tierra adentro también afectará el Arrecife Mesoamericano y la Reserva de la Biosfera del Caribe Mexicano, (ambas protegidas por acuerdos internacionales para su preservación) por la conexión entre ambos sistemas acuáticos, ya que todos los ríos subterráneos acaban fluyendo al mar, acarreando todo el material disuelto y en suspensión, que colecten en su camino a la costa.
Los interesados piden al Gobierno Mexicano que detenga inmediatamente las obras y se comprometa a resarcir el daño ocasionado a la vida silvestre, cultural e histórica que ha ocasionado el ambicioso proyecto del Tren Maya.
“En la selva de Quintana Roo existen 114 especies de mamíferos terrestres, entre ellas el jaguar (Panthera onca), de las cuales más del 46% dependen directamente de las cuevas y cenotes para su refugio y abastecimiento. De estas 114 especies, cerca de 54 son murciélagos. La selva en Quintana Roo cuenta con 1492 especies de plantas vasculares, 810 especies de hongos, 483 especies de aves, 106 especies de reptiles, 22 especies de anfibios, 89 especies de peces dulceacuícolas y una gran cantidad de fauna endémica de ambientes subterráneos, con algunas especies en peligro de extinción, protegidas por las normas nacionales e internacionales como la anguila ciega (Ophisternon infernale)”, explicaron en el documento.
Esto poco a importado al jefe del ejecutivo federal, quién la única respuesta que ha dado a las denuncias es de que se trata de los detractores de su gobierno quienes están generado ruido en su contra, declaración que se ha vuelto un lema y escudo para el presidente que carece de fundamento para estructurar una respuesta consciente y sustentada a los señalamientos de su mal gobierno.
Bien dicen que las imágenes dicen más que mil palabras y las fotografías de la zona evidencian la afectación a la flora y fauna del municipio de Solidaridad.
Pero hay un factor que es importante destacar en la defensa de la ecología y medio ambiente de Playa del Carmen, su presidenta municipal Lili Campos Mirando, quién el pasado 7 de marzo informó que inició un procedimiento administrativo por la tala de árboles para abrir paso a la nueva ruta del Tramo 5 del Tren Maya en esta ciudad.
La edil detalló que también fue levantada el acta correspondiente derivada de una inspección en esa zona.
“La semana pasada se fue al lugar personal de Medio Ambiente a llevar a cabo el levantamiento de actas y todo lo que requiere en este sentido, incluso sé, que detuvieron ahí trabajo de maquinaria que estaba talando”, reveló la alcaldesa.
Es imposible tapar el sol con un dedo, aunque el gobierno federal ha hecho todo lo posible para hacerlo pero no le ha resultado. Tan es así que el titular de FONATUR, Javier May, ha declarado que esté nuevo tramo afectará unos 40 kilómetros longitudinales de selva, por 60 metros de ancho, de acuerdo a información publicada por Reforma.
Así mismo aseguró que requiere de un estudio topográfico para colocar la via de Playa de Carmen a Cancún. “Se deberá realizar el levantamiento de los predios sobre la ruta de trazo del proyecto. Dicha ruta, al menos, deberá contemplar un ancho de 60 metros, con una longitud de 40 kilómetros. Asimismo, debe considerarse que dicha linea de trazo será del lado de la selva, en el territorio comprendido para el ejido de Puerto Morelos”, establece la convocatoria para el estudio topográfico publicada en Compranet.
Por su parte López Obrador declaró en su conferencia mañanera, “que el trazo no va a implicar el desmonte de selva” pero ya se han talado millares de árboles.
Y nuevamente aseguró que la oposición está desinformando a la población y generando controversia.
“Nuestros adversarios han desinformado, expliqué que van a desmontarse cuando mucho 100 hectáreas, de acahual, ni siquiera monte alto, no es selva, pero a cambio de eso, porque si nos importa proteger la vegetación, estamos sembrando 200 mil hectáreas de árboles en toda
la ruta del Tren Maya”, dijo. Además, indicó que es tin contemplados tres parques ambientales de 18 mil hectáreas.
Sin embargo, ambientalistas señalaron apenas la semana pasada, tras modificar una parte del trazo, que se ha devastado la selva virgen a lo largo de 120 kilómetros, sin que existan los estudios ambientales, por lo que tampoco hay programas de rescate y reubicación, tanto de flora como de fauna. Cómo si la creación de un parque resarciera la enorme afectación ambiental que han ocasionado.
Es así que para referirnos a insignias debemos tener claro que el sentido literal de la palabra expresa que son “las cosas notables o que resultan distintivas”, si bien, los proyectos anunciados por el mandatario federal resultaran algo notable de su gestión, es indispensable analizar la realidad de por que quedaran en la memoria de los mexicanos : ¿Por los beneficios que nos han hecho creer o por los sacrificios sociales y ambientales que conllevaran?
Hoy la selva Quintana Roo está sufriendo una de las devastaciones más graves en materia ambiental por un proyecto que promete un desarrollo sostenible pero que está destruyendo los recursos naturales del estado.