ArturoGonzalezBasso

El día que lloró Roberto Borge

Cuando el soberbio  descubre que el poder se escurrió de su ego, su alma entra en coma.

Por Pedro Canché

 

-Vivimos muchas cosas intensas. Es lo mejor que nos pasó en esta vida. Pero lo que haz hecho no puedo olvidarlo. No Roberto. Nosotros no podemos continuar así. Con esta carta doy por terminada mi relación contigo.

La carta con un mancha de labio de mujer de color carmesí estaba firmada por Gabriela Medrano con  tinta negra, con letra molde delgada en una hoja blanca, arrugada.

Fue un sábado de la primera semana de Julio de 2017  cuando por fin Fabián Vallado y sus asistentes decidieron entregarle la carta amorosa de Gabriela Medrano a Borge en la prisión El Renacer. Lo pensaron mucho. Pero el hombre pedía por su Gaby.

Roberto Borge no quería ser sorprendido de nuevo como lo hicimos el 9 y 10 de Junio en la cárcel del parque forestal de Gamboa, esa prisión de 254 reos que colinda con una vía de tren y el Canal de Panamá, por eso dictó una estricta lista a la guardia y en primer lugar puso un nombre: Gabriela Medrano.

Del 25 de Septiembre de 2016, cuando dejó la gobernatura, al 31 de Mayo de 2017, cuando la PGR ordenó su arresto a petición del gobierno de Carlos Joaquín,  Roberto Borge Angulo vivió a cuerpo de rey en Miami, la Habana y Panamá. En el departamento 2402 de la Torre Trump, que cuenta con casino y restaurantes de lujo, Borge vivió noches de juerga, sus noches propios del jolgorio con chicas de Venezuela y Colombia. Fue más allá de sus excesos y cruzó la línea.

Sus excesos con el alcohol y la cocaína parecían no tener fin esas noches locas, propias de un divorciado de 37 años de edad y con la fortuna hecha a base del erario de Quintana Roo… había dinero para derrochar. En Chetumal dejó a su ex esposa Mariana Zorrilla y sus dos hijas. Al menos en dinero nada que preocupar. El amor con sus hijas, pues hay tiempo, mucho tiempo.

Con la noticia  los primeros días de Junio sobre su orden de arresto, el panorama se descompuso para el ex gobernador más avorazado de Quintana Roo.

“Mi amor Roberto: Tengo que decirte con estas líneas que tu y yo no podemos continuar así. Te he amado y amaré, pero nuestras vidas tendrán que seguir su curso, cada quien donde el destino lo quiera. Tu sabes que te quiero Roberto”., escribió Gabriela Medrano, su comadre y luego su última pareja.

Si las paredes del departamento 2402 de la Torre Trump hablaran gritarían cual fue la línea que cruzó el ex gobernador de Quintana Roo para que Gabriela lo dejara en el peor momento de su existencia. Si las paredes de la celda de El Renacer hablaran describirían los gritos de desamor, el orgullo herido y la impotencia de ser un “león enjaulado”. Un  león reducido a un ratoncito con el amor lejos de sus garras. El 8 de Julio de 2017 fue un día fatal para Borge. Lloró por primera vez como un niño. Todo el poder desprendido de su soberbia, de su ego y de las cuerdas de inspiración se le fueron como el agua en mano.

Ahí comprendió que el mundo se le derrumbó todo, hasta la última paja de su castillo de palitos.  Entonces la abstinencia se apoderó de su ser. La abstinencia de la cocaína lo hizo presionar a sus abogados panameños para solicitar múltiples visitas a los hospitales. Ningún problema del corazón por supuesto, la ansiedad por la abstinencia del poder y la cocaína y el control hicieron que los médicos lo remitieran a los psquiatras. La ansiedad enmascaraba múltiples enfermedades. Ninguna real.

214 días después de su arresto en el aeropuerto de Tucumen, Roberto Borge será trasladado este jueves a México. Un juez federal lo espera en el Estado de México. El frío de Toluca le hará anhelar la tibieza del caribe que despreció y saqueó. Carlos Joaquín cumplió a los 230 mil quintanarroenses de encarcelar al saqueador y tirano. La historia ya le reservó un sitio a ambos.

Desde el hangar del servicio aeronaval, solamente reporteros gráficos ingresarán. Bajo medidas extremas de seguridad, Panamá no quiere arriesgarse. Lo hizo al retirarlo de El Renacer y pasarlo a Ancón, a la sede de la Policía Nacional el 21 de Septiembre, lo que causó enormes suspiros a los custodios del penal que ya estaban hartos de sus majaderías. En una celda de 3×3 pasó los últimos meses en Panamá. Ahora no le interesa ampararse a la extradición. La dura cárcel lo corre a México.

“Javier Duarte vive muy cómodo en la cárcel mexicana. Y ya ganó 18 de las 22 denuncias penales”, le han dicho. El nada más tiene una denuncia federal y tres penales. El sistema lo protege pese a usarlo como distractor para las elecciones de Alfredo del Mazo. Nunca la SEIDO quiso consignarlo por delincuencia organizada.

El Fiscal Miguel Ángel Pech Cen anunció que tienen más denuncias en su contra. Al menos en el sexenio de Carlos Joaquín, no saldrá a ver a la Gabriela Medrano.

-Abogado Arturo González Basso, ¿que comió Borge el 29 de Diciembre, el día de su cumpleaños?

-Nada, la policía no le permitió ni una torta.

-¿Cuál es el ánimo de Borge ahora que viene en unas horas a México?

-Positivo. Deseoso de estar en México. El sabe que la mejor defensa es estar allá.

-¿Le pagó el ex gobernador todos sus honorarios?

-Tengo un contrato de confidencialidad. No puedo decirte.

-¿Usted ya se despidió de él?

Ya lo hice. Y sobre el tema Pedro Canché es un asunto personal de Roberto.

-Gracias abogado.

-Gracias señor, usted es un buen investigador…