Cueva

Impartirá INAH conferencia sobre cueva inundada de Tulum

Ciudad de México.- Será este martes 12 de marzo, cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realice las conferencias, “Nuevos descubrimientos sobre ‘Naia’ y la fauna de la era del hielo en hoyo negro de Tulum”, a las 7 de la noche en el Auditorio “Jaime Torres Bodet” del Museo Nacional de Antropología en esta ciudad.
La conferencia detallará el hallazgo más reciente de restos de megafauna dentro de una cueva inundada en la península de Yucatán, entre las zonas quintanarroenses de Muyil, Tulum y Chumpón, que se suma a los registrados en sitios como Hoyo Negro, donde fueron descubiertos huesos de especies extintas y el esqueleto de ‘Naia’, una mujer cuya vida terminó en este abismo, entre 13 mil y 12 mil años antes del presente.
Fue el equipo del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien descubrió diversos depósitos con restos de megafauna extinta hace más de diez mil años, entre ellos, los neurocráneos (cubierta ósea que protege el encéfalo) de un par de osos de la Edad de Hielo.
El arqueólogo Guillermo de Anda Alanís, director de dicha iniciativa de investigación, y el explorador subacuático Robert Schmittner, encabezaron la exploración de esta galería que, con base en registros previos, es considerada la segunda más profunda de esa parte de la península de Yucatán, sólo superada por el cenote conocido como “El Pit” o “El Foso” que sobrepasa los 120 metros.
A lo anterior se suma un cráneo humano de cuando menos 10 mil años y una mandíbula de gonfoterio casi completa, reportados recientemente por el proyecto GAM.
Esta conferencia pondrá a Quintana Roo y especialmente a Tulum en los ojos de la ciencia a nivel mundial, pues la investigación fue un esfuerzo internacional que involucró a científicos, buceadores y técnicos de más de diez instituciones.

Hallan BalamKú Santuario subterráneos de Chichén Itzá

Yucatán.- Cientos de artefactos arqueológicos fueron documentados por investigadores que accedieron a Balamkú (Dios Jaguar), el santuario subterráneo de Chichén Itzá, Yucatán, hallado hace más de 50 años, publicó El Heraldo de México.
En conferencia de prensa Guillermo de Anda, investigador de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, comentó que la cueva no ha sido saqueada y que acceder a ella fue muy difícil, pues tuvieron que introducirse por grietas de máximo 40 centímetros de circunferencia.

“En la cueva están creciendo estalagmitas lo cual nos habla de un gran estado de preservación de la cueva. Si hubiera habido una alteración se notaría de inmediato. Es un lugar magnífico, algunas de las vasijas están fragmentadas y puede ser por efecto natural o a causa de un proceso de matado ritual”, explicó.

El lugar se ubica a 24 metros de profundidad justo al este de la pirámide El Castillo o Templo de Kukulcán y aunque fue descubierto fortuitamente hace medio siglo por ejidatarios a pocos días fue cerrado con un montículo de piedras.

En 2018 al menos 14 especialistas del proyecto GAM (Gran Acuífero Maya) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo redescubrieron; a su juicio, se trata de uno de los hallazgos más importantes para comprender la historia de Chichén Itzá, incluso más que la cueva de Balamkanché.

A la fecha los expertos han encontrado siete ofrendas con incensarios y vasijas que conservan restos carbonizados, alimentos, semillas, jade, concha y huesos que los antiguos mayas ofrendaban a sus dioses.

“Esto va a cambiar la noción que tenemos de Chichén Itzá porque nos dará respuestas muy concretas, sobre todo a cronologías cerámicas. La cueva ha sido explorada apenas en una tercera parte, lo que significa que estamos empezando y que viene el trabajo más duro”, anadió de Anda.

Debido a que Balamkú se trata de un verdadero tesoro de información, indicó que irán con mucha cautela y que recolectan el lodo porque éste también puede decir mucho.

“El acceso a la cueva está muy limitado, no hay más de cuatro personas al interior trabajando. Además el oxígeno es muy escaso y cada vez es más difícil entrar para registrar todo. Sin embargo es una gran suerte haber estado en este lugar porque significa una segunda oportunidad en la arqueología”, comentó.

Dada la gran cantidad y variedad de material cerámico que se ha documentado en las galerías no inundadas de la cueva, caso de los incensarios “tipo Tláloc” (sic) de mayor tamaño, se estima que podrían corresponder al Clásico Tardío (700-800 d.C.) y Clásico Terminal (800-1000 d.C). Los especialistas creen que el espacio fue utilizado al menos durante estos periodos.

Guillermo de Anda, también arqueólogo del proyecto GAM, precisó que la primera fase de la exploración incluye la creación de un modelo en 3D de la cueva y no se modificará en forma alguna el contexto dada la minuciosidad con que se hará el registro digital y el mapeo de todo el sistema cavernario.

Mencionó que el santuario subterráneo ha sido recorrido hasta 450 metros y la mayor parte del tiempo lo hicieron a pecho tierra.

Finalmente, dio a conocer que la cueva está siendo resguardada por el INAH en colaboración con los ejidatarios de la zona.

El financiamiento del proyecto está a cargo de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, la National Geographic Society y la Universidad Estatal de California, se indicó en un comunicado. (Fuente: El Heraldo de México)