Habana

Detienen a periodista por cubrir protestas en Cuba

Un elemento periodístico del DIARIO DE CUBA sigue detenido en el centro procesamiento penal ‘Vivac’ en la Habana Cuba, Jorge Enrique Rodríguez Camejo quien desempeñaba su trabajo fue detenido por las autoridades.

 

El periodista de DIARIO DE CUBA Jorge Enrique Rodríguez Camejo, permanece detenido en el centro de procesamiento penal conocido como Vivac en La Habana, donde este viernes su hermana pudo verlo, aunque por muy poco tiempo.

“Él está bien, está bastante tranquilo… El próximo lunes podré visitarlo nuevamente con más calma”, informó a DIARIO DE CUBA su hermana, Yusimí Rodríguez.

Rodríguez dijo que el reportero está acusado de un delito de “desacato a la autoridad”.

“Se metió en un conflicto de la población con la Policía”, precisó. Esta es la versión que le dieron en la unidad policial de Zanja, donde estuvo detenido Rodríguez antes de ser trasladado al Vivac.

El “desacato” es un delito recogido en el Artículo 144.1 del Código Penal y es aplicable a quien “amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro, a una autoridad, funcionario público, o a sus agentes o auxiliares, en el ejercicio de sus funciones o en ocasión o con motivo de ellas”.

Se castiga con “privación de libertad de tres meses a un año, una multa de 100 a 300 cuotas o ambas”.

Durante seis años de trabajo en DIARIO DE CUBA Jorge Enrique Rodríguez ha escrito con regularidad sobre temas sociales que aborda con mucha sensibilidad.

En los últimos meses ha cubierto la realidad de zonas muy pobres del centro de La Habana, donde el desabastecimiento, las colas multitudinarias y el control policial han estado a la orden del día.

Desde el inicio de la pandemia de Covid-19 se han publicado múltiples denuncias por abusos policiales, incluso quejas de periodistas oficialistas como Cristina Escobar, y con casos graves como la muerte de Hansel Hernández y la violación de dos menores de edad en Marianao.

Según el testimonio de la hermana del periodista, el juicio a Rodríguez Camejo, en prisión desde el pasado domingo 28 de junio, sigue establecido para el día 8 de julio. Hasta esa fecha no se sabrá la sanción que impondrá el régimen al reportero.

“Las detenciones por ejercer periodismo son incompatibles con los principios de libertad de expresión, por lo que debe ser puesto en libertad”, demandó este jueves Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Lanza manifestó “grave preocupación” por la situación de Rodríguez Camejo, como lo han hecho otras organizaciones internacionales y colegas de profesión.

Retiran libro por su contenido “machista, inaceptable y ofensivo” de Feria de La Habana

“100 razones para ser machistas y no avergonzarse de ello” es un libro, no una broma (de pésimo gusto), sino un “ejemplar” de un expositor extranjero que llegó a estar por dos días en una estantería de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Las reacciones de muchos cubanos, conscientes de que un proyecto social como el nuestro no debe ni por descuido enunciar tesis tan machista y retrógrada, se hizo sentir de inmediato en las redes sociales, principalmente en Facebook.
“Hoy, atacado por locas feministas y políticos (…) el hombre normal y corriente está sometido a un acoso mediático que le crea un verdadero complejo de culpa o incluso de inferioridad”. (Las mujeres) Son falsas y manipuladoras por naturaleza; así han aprendido a defenderse y así lo seguirán haciendo”. Éstas, son algunas de las “joyitas” contenidas en el texto.
Las denuncias llegaron a la presidencia de la Cámara del Libro quien retiró el manual. Así lo hizo saber también el perfil de Cubaliteraria, el portal de la literatura cubana, al publicar:

En el día de hoy el Comité Organizador de la #FILCuba2019 retiró de un expositor extranjero el libro Cien razones para ser machista… por su contenido inaceptable y ofensivo.

El ensayista y profesor cubano, Juilio César González Pagés, experto en estudios sobre masculinidades, repudió el título y enunció en su perfil de Facebook que “los juegos a la ideología machista no son permisibles”.

“La venta por parte de la editorial peruana El Arca de papel del texto 100 razones para ser machista y no avergonzarse de ello, en la 28 Edición de la Feria Internacional del Libro de la Habana, provoca la repulsa de las personas que luchamos por los derechos a la equidad de género. Si el machismo no se cobrara todos los días la vida de varias mujeres en diferentes sitios del planeta pudiéramos estar hablando de algo menor o negociable”.

Por otra parte, la cineasta Marilyn Solaya (Vestido de Novia) también se refirió a a este libro “machista y misógino que con razón nos alarmó a todos. Hay que insistir y seguir trabajando en posicionar la ideología de género para que el machismo no sea aceptado como una actitud natural”, anunció en su perfil.
El libro es del año 2002 y por si fuera poco según el sitio Diario Femenino, está incluido en el catálogo de la Biblioteca Nacional de España (BNE).
El autor, José Antonio Solís Miranda (1947), es un español que según su biografía en internet lleva casi cincuenta años escribiendo, “sin embargo los primeros títulos no se publicaron en pequeñas editoriales hasta los años 70, no hubo más publicaciones ya hasta los años 90”, publica el perfil.
Pero los cubanos no son los únicos en reaccionar ante “100 razones para ser machista…”, existen en internet más de una campaña para retirar el misógino libro de las ventas on-line. Una de ellas llegó a conseguir dos mil 693 firmas.
La editorial que lo publica es Arca de Papel, de Perú, quien paradójicamente se especializa en la producción de textos escolares y educativos, de los tantos que se venden anualmente en La Cabaña en estos tipos de eventos.
Este desafortunado hecho enciende la alarma sobre el cuidado, casi de perfección, que se debe tener en un evento que promueve la Cultura, dígase ésta en su máximo sentido cívico.
Entonces, caben algunas preguntas: ¿Cómo logra un texto como este incluirse entre los libros para la venta en nuestra Feria? ¿Cómo se controla qué venden los expositores extranjeros?

Offshore, la cara oculta del socialismo cubano (I)

 

Fuente: (https://www.cubanet.org)

LA HABANA, Cuba.- Carlota Caridad Burgaleta, Sarah Torres Rodríguez y María Elena Fajardo Cedeño son cubanas que actualmente residen en Centro Habana y Alamar. Sus vidas en estos barrios humildes de La Habana contrasta con el hecho de que entre finales de los 80 y durante la década de 1990, cuando Cuba era arrasada por la mayor crisis económica de su historia, ambas se convirtieron, de la noche a la mañana, en directoras y accionistas de varias empresas offshore cubanas registradas en Chipre, Panamá y Malta y por las cuales no han recibido hasta el día de hoy un centavo.

Las tres mujeres, aunque prestaron sus identidades cuando eran apenas unas oficinistas de la Empresa Navegación Mambisa, perteneciente al Ministerio de Comercio Exterior, no están totalmente conscientes de que son las directoras oficiales de cuatro sociedades conectadas con Caribbean Queen Shipping Ltd. y otra entidad fantasma creada por el gobierno cubano en Chipre.

Vagamente recuerdan el día en que las llamaron a la oficina del director comercial para que estamparan sus firmas en unos documentos sobre los cuales nadie les explicó nada.

“Era normal. En esa época se firmaban muchos papeles a favor de la revolución, compromisos de trabajo, y nadie hacía preguntas. Nadie lo veía mal”, asegura Maria Elena, quien dice no importarle lo sucedido, a pesar de que su nombre ha surgido a la luz después de las revelaciones de los Panama Papers.

La situación de estas dos mujeres es similar a la de un centenar de cubanos que, aunque en diversos documentos aparecen como directivos de empresas, sobre todo navieras, registradas por Cuba en paraísos fiscales entre la década de los 70 hasta la actualidad, ignoran el papel que han jugado en la generación de un capital sobre el cual jamás le han dado cuenta ni participación como beneficiarios directos. Incluso, muchos de ellos, hoy apenas sobreviven con una pensión estatal que no supera los 20 dólares mensuales.

En opinión de exfuncionarios del gobierno que ocuparon altas responsabilidades tanto en los ministerios de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Economía, y cuyos nombres también aparecen en documentos revelados a la prensa, el procedimiento se volvió rutinario, sobre todo en las navieras, y fueron operaciones que, bajo la supervisión directa de las principales figuras del poder político en la isla, se realizaron de modo muy secreto para esquivar las consecuencias del embargo económico de los Estados Unidos, aunque a veces, debido a la corrupción propiciada por el modo individual y discreto en que se realizaban ya sean transacciones o acuerdos comerciales, mucho del dinero que  generaban estas entidades no retornaba al país, así como un buen número de funcionarios lo usaba en beneficio propio.

Aunque no saben para qué firmaron, en el registro de la compañía aparecen sus nombres (foto del autor)

Las empresas y sus orígenes

Creada presumiblemente en 1986, cuando la estatal Empresa de Navegación Mambisa adquirió los dos emblemáticos buques mercantes Caribbean Queen y Caribbean Princess, Caribbean Queen Shipping Ltd. fue registrada en varios países bajo otros nombres similares que, debido al mismo esquema operativo, se conectaba con la aún activa Anglo-Caribbean Shipping Co. Ltd, fundada en 1973 en el Reino Unido para el trasiego de carga internacional y que fuera dirigida sucesivamente por funcionarios que más tarde ocuparían altos cargos en el gobierno cubano, como es el caso de Francisco Soberón.

En la actualidad un caso similar, que responde al mismo patrón, sería el de las empresas registradas en Panamá por el exfuncionario del Ministerio de Transporte de Cuba, estrechamente ligado al círculo familiar de Raúl Castro, Guillermo Rodríguez López-Callejas y funcionarios de PDVSA, en Venezuela. Entre ellas Cuvenpetrol S.A., Transportes del ALBA-Transalba, Trocana World Inc. y Tovase Development.

De modo que Caribbean Queen Shipping Ltd. no fue ni la primera, ni la más importante en el entramado de empresas que cada año realizaban, realizarían y continúan realizando millonarias transacciones hacia Cuba desde el extranjero, incluso desde países no considerados paraísos fiscales como Reino Unido, Francia, España o los Estados Unidos.

Se pudiera afirmar que el esquema de creación de empresas offshore, ha definido la economía cubana del período revolucionario desde sus comienzos y fue durante la década de los 90, cuando el país se sumergió en el denominado Período Especial, que tomó auge la creación de este tipo de corporaciones en principio para enfrentar la crisis que sobrevino a la caída del bloque de países socialista de Europa del Este y del cual la economía cubana dependía en su totalidad.

No obstante, bajo la luz de los datos recientes sobre el monto de las transacciones comerciales actuales entre Venezuela y Cuba, muy superiores a las registradas entre la antigua Unión Soviética y la isla en su mejor momento, las offshore han jugado un papel central en el esquema económico del gobierno cubano.

Aunque se conoce que estas operaciones “fantasmas” tuvieron su comienzo en los años 60, no fue hasta la década de los 70 en que se crearon las primeras offshore de envergadura.

Max “el Guatón” Marambio, un ciudadano chileno amigo de los Castro que se refugió en Cuba tras el golpe de estado a Salvador Allende, viajó posteriormente a Miami para fundar Havanatur, luego de inscribirla en Panamá. Durante años la compañía, con representaciones en numerosos países de América Latina, se ha encargado de reservaciones y ventas de pasajes aéreos entre Estados Unidos y  Cuba, un negocio cuyo centro operativo radicó en las oficinas del Ministerio del Interior y que reportaba grandes dividendos a la institución castrense.

Según las Conclusiones Acusatorias del entonces fiscal Felipe Alemán Cruz, presentadas durante la llamada Causa no. 2 de 1989, cuando fueron apresados y destituidos varios altos oficiales del Ministerio del Interior, entre ellos el propio ministro, General de División José Abrantes Fernández, entre 1988 y 1989 este recibió 300 dólares por cada persona que salió temporalmente del país hacia los Estados Unidos, una práctica que, según se lee en el acta de la fiscalía,  le proporcionó los “4 millones de dólares” para la “compra de 1296 medios de transporte”, amparado en una cuenta personal “de varios millones de dólares (…) que mantenía a su disposición (…) e independiente del presupuesto del ministerio del interior”. Pero, además, una práctica que tal vez heredara de sus antecesores pero que en el contexto de esa época resultó fatal.

Apenas unas semanas antes informes provenientes de los Estados Unidos alertaron sobre actividades de narcotráfico y lavado de dinero donde estaba involucrado de manera activa el Departamento MC del Ministerio del Interior, un escándalo que destapó la corrupción en la corporación CIMEX, un entramado empresarial donde confluían otras empresas así como la propia Havanatur.

Años después de la destitución del general José Abrantes, las cosas no solo continuaban tal cual, sino que mostraba un perfeccionamiento.

En 2004, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), entidad del Departamento de Hacienda norteamericano, reveló que existían al menos 9 entidades de viajes controladas por el gobierno cubano que operaban dentro de los Estados Unidos en posesión de “personas sujetas a la jurisdicción” de ese país, entre ellas Havanatur.

En cuanto a Max Marambio, el fundador del entramado empresarial, terminaría siendo noticia internacional al ser condenado (en ausencia) en 2011, por un juez de la isla, a 20 años de prisión por los delitos de corrupción y cohecho.

Poco tiempo después, un trabajo del Centro de Investigación Periodística de Chile (CIPER Chile) reveló que el verdadero negocio de Havanatur corría a cargo del hermano de Max, Luis Marambio, quien estuvo implicado en otro escándalo de corrupción junto a 15 directivos de la empresa Cubana de Aviación, entre ellos el presidente del Instituto de la Aeronáutica Civil, el general Rogelio Acevedo González, además de su esposa.

Acevedo González, a pesar de habérsele hallado considerables sumas de dinero escondidas en la casa, aunque destituido, fue totalmente exonerado de culpas. Por otra parte, la esposa, apenas cumplió 5 años de prisión bajo régimen penal con privilegios especiales que le permitía, entre otras cosas, visitar a su familia los fines de semana.