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Mario Villanueva Madrid, delicado de salud

Chetumal.- El ex gobernador de Quintana Roo, Mario Ernesto Villanueva Madrid, ha sufrido una crisis en su cuadro de salud, por lo que está “más delicado de lo normal. De hecho, por órdenes médicas, fue puesto bajo observación las 24 horas.
“Es una enfermedad crónico degenerativa que trae en el tema pulmonar que le provocaron con el traslado a Chetumal y para estabilizarse usaron varios métodos, además de temas cardiacos, esto se debe a que no recibió debida atención médica durante muchos años y tendrá que estar bajo vigilancia las próximas 24 horas”, aseguró su hijo, el diputado Carlos Mario Villanueva Tenorio.

“Hay un control de la enfermedad, mas no hay cura, pues tiene una enfermedad crónico degenerativa, la clínica que lo atiende está capacitada y esperemos que todo salga bien”, agregó.
Cabe destacar que la familia Villanueva Tenorio ha atravesado por problemas económicos que los han llevado a vender sus propiedades, incluyendo el rancho “Mostrenco”.
“Tantos años de pagar abogados, boletos de avión para visitarlo hasta estados unidos, medicamentos y tratamientos, no es secreto que estamos pasando por problemas económicos, desconozco cuanto cueste la propiedad de mi papá y de mi mamá, pero sé que hay una empresa canadiense que está interesada en poner un consultorio o un hospital”, concluyó.

Situación de Mario Villanueva en manos del Juzgado de Toluca

Chetumal.- En este momento no hay ningún procedimiento legal hacia el ex mandatario estatal,
Mario Ernesto Villanueva Madrid, ni existe algún mecanismo de defensa, informó su hijo, el diputado local, Carlos Mario Villanueva Tenorio.
Expresó que el destino jurídico de su padre depende del Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en Toluca, Estado de México.
Agregó que tampoco hay fecha para que el órgano jurisdiccional se pronuncie al respecto.
Recordó que en julio de 2018, el abogado defensor solicitó la Libertad Anticipada ante el Juzgado de Ejecución de Penas en la Ciudad de México.
Esto se basa en la mayoría de edad, enfermedad crónico-degenerativa y haber cumplido el 70 por ciento de la pena impuesta.
Villanueva Tenorio expuso que su padre es candidato al beneficio citado, toda vez que cumple con los requisitos establecidos pero habrá que esperar el resolutivo del Tercer Juzgado de Distrito de Procesos Penales con sede en Toluca.

Mario Villanueva acusa de robo a Félix González: Dos exgobernadores en pleito por lotes residenciales

CHETUMAL – Los exgobernadores Mario Villanueva y Félix González Canto están trenzados en un pleito por una permuta de predios en el fraccionamiento de lujo Andara ubicado en Chetumal.

Mario Villanueva preso en el CERESO de Chetumal dijo a la Revista Proceso: “Se aprovechó de mí, cuando yo estaba preso en Estados Unidos”.

El pleito lo origina cuando Félix González Canto quiere ampliar su cada en Andará y permuta con un lote que presuntamente no era de su proiedad.

Lo interesante es que ninguno de los dos exgobernadores señala de donde obtuvo los recursos para adquirir esos lotes, que como se recordará al menos el ingeniero Villanueva Madrid encarcelado antes de que se construyera dicho fraccionamiento, recordando que en Estados Unidos lo acusaron por el delito de lavado de dinero y lo exculparon de narcotráfico.

Los dos exgobernadores son vecinos en el fraccionamiento Andara, en la antigua carretera Chetumal-Calderitas, en casas de tres lotes, y Félix González le ofreció una permuta a Mario Villanueva.

De acuerdo con Villanueva, en 2010, le cedió un lote a Félix González para que el cozumeleño amplíe el frente de su casa.

“Pero el lote que me entregó no es de él. Me pagó con lote que no es suyo”, señaló Villanueva, que está internado en un hospital de la capital a disposición del Centro de Reinserción Social (Cereso) de la capital del estado.

“Esto es un fraude. Es cuando con engaños y dolo se ejecute una acción contra otra persona”.

El exgobernador señaló que recurrió a cambiarse al fraccionamiento Andara pues abandonó su rancho El Mostrenco para ponerlo en venta a fin de tener fondos para pagar su defensa.

“Para mí esto es incómodo. No se vale que alguien, con engaños, se aproveche de un preso”, manifestó.

Fuente: Revista Proceso

Liberará AMLO a 25 presos políticos y Mario Villanueva no entró en la lista

CANCÚN, MX.- El exgobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, no forma parte de la lista que la senadora Nestora Salgado entregó a la Secretaría de Gobernación con los primeros 25 nombres de presos políticos que podrían ser liberados próximamente por el gobierno federal.

En su gira de agradecimiento por la Península de Yucatán, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió revisar el caso de Mario Villanueva, quien tiene 17 años tras las rejas, acusado de nexos con el narcotráfico.

Los argumentos del equipo legal del hombre que gobernó Quintana Roo de 1993 a 1999, son los problemas de salud, ocasionados por padecimientos respiratorios, agravados por su edad (70 años), que incluso lo mantuvieron hospitalizado en Chetumal; días después regresó a la prisión de esa ciudad.

En la lista que entregó la senadora por Morena a la dependencia encargada de la política interior nacional, se encuentran nombres de los primeros 25 de los 199 activistas, campesinos, estudiantes y demás que llevan años en prisión, presuntamente por defender causas sociales y que podrían recuperar su libertad tras una revisión de sus casos.

Entre los primeros presos políticos que podrían ser liberados, se encuentran la activista por del derecho al agua en el Estado de México, Dominga González Martínez, sentenciada a 50 años de prisión, al igual que Pedro Sánchez Berriozábal, Teófilo Pérez González, Lorenzo Sánchez Berriozábal, Marco Antonio Pérez González y Rómulo Arias Mireles.

También los indígenas apresados por presuntos delitos cometidos al defender sus usos y costumbres en Oaxaca: Miguel Ángel Peralta Betanzos, Herminio Monfil Avendaño, Fernando Gavito Martínez, Omar Hugo Morales Álvarez, Jaime Betanzos Fuentes, Isaías Gallardo Álvarez y Alfredo Bolaños Pache.

De Guerrero, el profesor Máximo Delgado Mójica, la estudiante Lucía Baltazar Miranda, y el dirigente del Cecop, Marco Antonio Suastegui; además, la profesora de la CNTE, Sara Altamirano Ramos; el indígena de la Tribu Yaqui, Fidencio Aldama; y el estudiante de la UNAM, Enrique Guerrero Aviña. (Noticaribe)

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El incorruptible #SantiagoVasconcelos y la Carta de Mario Villanueva que lo hizo llorar

Sin duda, el mayor homenaje, el que ni siquiera le ha rendido el Estado mexicano a José Luis Santiago Vasconcelos, se lo hizo Jesús “Rey” Zambada en sus revelaciones en la Corte de Nueva York, en el juicio contra Archibaldo Guzmán, “El Chapo”: “Lo único que hacía era que no cooperaba con nadie”, y por eso la orden de ejecutarlo.

Era “un policía al que todo mundo tenía respeto y miedo porque no agarraba dinero del narcotráfico”, puntualizó Zambada. Y por eso “El Chapo” ordenó su asesinato.

Supe, por boca propia, de por lo menos dos atentados contra su vida (uno abortado por la policía preventiva de la Ciudad de México), y nunca me ha abandonado la sospecha de que el avionazo en el que murió con Juan Camilo Mouriño y otras personas no fue accidente ni la irresponsabilidad de que alguno de los dos pilotara la nave (aunque ambos gustaban hacerlo), sino producto de la orden se asesinarlo por haber propiciado la extradición de uno de los jefes más conspicuos del Cártel del Golfo.

Vasconcelos es, con Marisela Morales, Arely Gómez, Javier Coello, Jorge Carpizo, Alfonso Navarrete, Omar García Harfuch y Salvador Peralta, de los grandes personajes de la PGR que el oficio me ha permitido conocer a fondo, y no necesariamente por razones amistosas en principio, en el caso de algunos de ellos, sino todo lo contrario.

Todos han tenido una significación especial en mi vida, incluso de hermandad, y todos comparten la condición de incorruptibles con Vasconcelos.

Fui amigo de José Luis hasta el final de sus días; tuve, por reportero, la amarga experiencia de confirmar con la persona que amaba que aquella aciaga tarde del 4 de noviembre de 2008 viajaba con otros funcionarios de la Secretaría de Gobernación en el avión que traía a Juan Camilo Mouriño de San Luis Potosí a la Ciudad de México. No pude confortar a la embajadora, agobiada por el dolor.

La amistad me permitió verlo llorar, emocionado, al leer una carta de Mario Villanueva en la que el ex gobernador de Quintana Roo, víctima de la política, y no de su presunta vinculación con el narcotráfico, le protestaba que nunca amenazó con matarlo; no le pedía ayuda porque José Luis ya nada podía hacer; sólo quería que supiera de su respeto a su persona y de que nunca se había relacionado con el crimen organizado.

Fui testigo también de la bajeza con que el gobierno de Felipe Calderón lo echó de la PGR; ni siquiera le permitieron abandonar el edificio escoltado por la guardia a que tenía derecho. Al menos esas fueron las instrucciones del procurador Eduardo Medina Mora, hoy ministro de la Suprema Corte. Fue necesario que el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, le enviara a su escolta personal para que saliera a la calle sin correr peligro.

García Luna, que siempre se mantuvo leal a su amistad, convenció a Mouriño de incorporarlo a su equipo como secretario técnico del Consejo para la Implementación del Sistema de Justicia Penal.

Podría acabarme el papel hablando de José Luis, pero, en consonancia con lo dicho por el “Rey” Zambada en la Corte de Nueva York, debo recordar que en los meses anteriores a su fallecimiento recurría a sus amigos para conseguir un préstamo aquí y otro allá para hacer frente a sus necesidades pecuniarias.

Se trata de una gran victoria porque el reconocimiento le llega, en voz de un jefe mafioso,10 años después de su muerte, pero, sin duda, allá, en donde esté, celebró en grande que aquellos que en la administración de Medina Mora en la PGR se mofaban de los atentados en su contra escondan la cara de vergüenza. Contra ellos nadie atentó por… lo que sea.

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Vida y Memoria Mario Villanueva, los años de gloria y el ocaso

Abraham Gorostieta

El sexenio que duró su gobierno al frente de Quintana Roo fue un sueño para Mario Villanueva. Aprendió el arte de ejercer el poder en los sexenios priistas absolutos. Mario Villanueva no se guardo ningún capricho y en seis años fue dueño y amo de un estado: Quintana Roo.
Mario Villanueva fue un cacique. El gran cacique irrepetible de Quintana Roo. Roberto Borge trató de imitarlo pero ignorante, Borge no supo que en la vida como en el país, los contextos importan demasiado.
Durante su sexenio, Villanueva cobró por todo, pedía una comisión por cualquier negocio que se quisiera instalar o hacerse en su estado. Hoteleros, restauranteros, sindicatos, todo, incluso, hasta pasar una tonelada de cocaína, don Mario pedía su mochada. El periodista Jorge Fernández Menéndez publicó muchas veces en su columna de los negocios chuecos de Mario Villanueva. El periodista llegó a afirmar que el mandatario lavaba dinero del narcotráfico, que se reunía con capos y que los protegía y hacía negocios con ellos en distintos rubros. “Construyó equipos de seguridad que respondían al propio Villanueva y que cometieron innumerables crímenes siguiendo sus órdenes”, escribió el columnista. Años más tarde frente a un juez en Estados Unidos, el propio Mario Villanueva se declaraba culpable ante la Corte Americana el 2 de agosto de 2012. Así lo reconoció: “De 1993 al año 2001 participé en una conspiración para organizar transacciones financieras, sabiendo que se trataba del producto de una actividad ilícita, para ocultar el carácter y el origen de ese producto”, declaró ante el juez de la causa Víctor Marrero.
Y es que Mario Villanueva era uno de esos políticos priistas que se formó desde los sótanos del poder como muchos de los líderes naturales que constituían las llamadas “fuerzas vivas” del PRI.
La infancia de Villanueva estuvo marcada por las carencias y la pobreza. Vivió en uno de los barrios más pobres de Chetumal conocido como “Las Casitas”. Desde toda la vida su físico ha sido delgado, de baja estatura siempre fue entrón para todo. Para la chamba y para el los golpes. Su padre Ernesto Villanueva Martínez era un hombre de mal carácter y severo, sin embargo, en mayo de este año a través de una carta, Mario Villanueva salió a la defensa del honor de su padre y negó que fuera un bebedor o mujeriego. También negó que su padre haya sido asesinado.
Desde muy joven Mario Villanueva fue conocido en los barrios bajos porque era un tipo de agallas. No medía el peligro. A la menor provocación se agarraba a los golpes y casi siempre salía airoso. Incluso cuando cayó en desgracia unos músicos del pueblo le compusieron un corrido donde narraban sus épicas batallas, como aquella donde un día en medio de una borrachera se agarró a golpes con 18 policías.
Ese era el Mario Villanueva, un político entrón que no le temía a nada ni a nadie. De organizar pequeños comités en las colonias que se iban fundando en los alrededores del viejo Chetumal a mediados de los setentas, pasó a la filas del PRI como un incipiente político sin imaginar siquiera que algún día llegaría a gobernar el estado de Quintana Roo.

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Mario Villanueva hizo muchos negocios, muchos en verdad, desde una panadería en el centro de Chetumal hasta la venta de ganado, de la noche a la mañana le crecieron tantas propiedades como a un nopal, casas por todo el estado, 65 fincas en total y cuatro ranchos: El Frutrillo, Ubre Blanca, Cenotillo y El Mostrenco. Restaurantes de comida deliciosa como el Calderitas, o algunos en el malecón de Chetumal que él mismo mando a reconstruir. Tejió una sociedad con Johnny Nicolás Barudy Estefano, en ese entonces distribuidor de la Cervecería Corona y Coca Cola; con Mario Rendón Monforte, concesionario de la cervecería Superior y dueño de un restaurante de Bacalar, se hizo de la propiedad de poco más de 120 placas de taxis del Sindicato Andrés Quintana Roo, fue dueño de una casa de cambio en Cancún, de una empresa de seguridad, de la empresa de compra venta de bienes raíces Arvrica y accionista de dos equipos de béisbol.
Durante su corta etapa como prófugo de la justicia, tuvo sociedad con políticos de Costa Rica y Panamá, con quienes incluso produjeron ganado de alta calidad. Se fue a Chile y de allí a Buenos Aires. En la capital argentina, compró un departamento en el barrio de Recoleta, y una estancia a un conocido excorredor de automóviles y se metió al mundo del espectáculo y la política. Financió, incluso, parte de la campaña electoral de Enrique Duhalde y el excantante Palito Ortega.
Quienes lo conocen de cerca dicen que Mario Villanueva como enemigo era temible e implacable pero con sus fieles era generoso y hasta bondadoso.
Y generoso y bondadoso fue con ciertos periodistas y con muchos dueños de periódicos. Como gobernador Villanueva gastaba cantidades millonarias en publicidad para glorificar su imagen. Planas y planas enteras dedicadas al señor gobernador. Ríos de tinta para elogiarlo. Los periodistas de Quintana Roo recibían una cuota por los favores mediáticos. Para la Prensa, Mario era en ese entonces simpático, sin defectos, el prohombre que se daba el lujo de utilizar los aviones del gobierno para sus fiestas. Solía viajar a Estados Unidos y regresar con un par de las vaqueritas de Dallas o con despampanantes escorts, rubias y esbeltas a las que agasajaba como reinas por todo el Caribe mexicano.
Durante su gubernatura decenas de mujeres cubanas llegaron a Quintana Roo, tantas que se contaban por cientos.
El periodista Carlos Ramírez en su muy leída columna Indicador Político desde 1999 publicaba sobre los turbios negocios del gobernador en ese entonces: el tráfico de personas, sobre todo de cubanos. El periodista escribió que Amado Carrillo Fuentes se asoció con Villanueva y juntos trazaron rutas que pasaban por Cuba que fueron usadas tanto para el tráfico de mujeres como de migrantes.
Y es que el gobernador Mario Villanueva era considerado como el enlace de México con Cuba. Sin embargo, Villanueva quiso ir más lejos, cuenta Carlos Ramírez: “Villanueva organizaba el tráfico de cubanos a México en los 90 en sociedad con Roberto Robaina, quien era canciller del régimen castrista en ese entonces. Tiempo después, Robaina cayó de la gracia del comandante Fidel Castro porque convirtió ese contrabando en un negocio personal, pero la ruta establecida continuó dando frutos por varios años más”.
El comandante Castro ya había tenido una experiencia anterior parecida a la de Robaina y Villanueva, la del general Arnaldo Ochoa y los hermanos La Guardia, fusilados bajo cargos de haber traicionado a la Revolución Cubana. La diferencia era que ellos -y otros altos cargos de la élite castrista- formaban parte de la red de tráfico de drogas en Cuba.
El día que lo atraparon después de permanecer dos años prófugo de la justicia y de no presentarse a la entrega de poderes a su sucesor, Joaquín Hendricks, Mario Villanueva se transportaba a bordo de una camioneta de un ex policía judicial, Manuel Chan Rejón.
El día que lo detuvieron, el 24 de mayo de 2001, una caravana indeterminada de autos y miles de simpatizantes protestaron por las principales calles de Chetumal exigiendo su liberación.
La prensa que tanto vivió de él y tantas fiestas disfrutó junto a él, los columnistas que un día lo elevaron a los altares como un héroe de repente, tras su arresto, lo convirtieron en un monstruo. Ningún periodista derramó una lágrima cuando cayó en desgracia.
Mario Villanueva cometió muchos errores, uno de ellos, sentirse dueño de un estado.
Su falta de experiencia política lo llevó a una confrontación con el presidente Ernesto Zedillo. “En mi estado mando yo”, decía Villanueva para dejar en claro que en Quintana Roo no se podía mover la hoja de un árbol sin su consentimiento.
Caro, muy caro pagó por las ofensas al Presidente. Villanueva fue muy cercano a Raúl Salinas de Gortari quien influyó de manera decidida para que su hermano el presidente Carlos Salinas de Gortari lo impusiera como el candidato del PRI a la gubernatura, de lo demás Mario Villanueva se encargaría. Con una enorme popularidad a cuestas fue el gobernador que con mayores niveles de votos arribó al poder. Mucha gente del pueblo veía a Mario Villanueva como un Robin Hood caribeño.

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Mario Villanueva nunca fue del agrado de Ernesto Zedillo quien siempre lo vio con malos ojos.
Mario Villanueva trataba de caerle bien al presidente, en verdad se esforzaba y conociendo el gusto de Ernesto por descansar en Cancún, por el ciclismo y por salir a correr por las mañanas, Villanueva mando a construir la ciclovía junto a la avenida principal de la zona hotelera de tal forma que el presidente Zedillo pudiera recorrerla en bicicleta o corriendo. Sin embargo, Ernesto Zedillo ya había dado una orden para que se siguiera todas las veces que fue a descansar a Cancún: Bajo ningún motivo quería ver a Mario Villanueva ni recibirlo.
¿Por qué esa animadversión del presidente por el ingeniero agrónomo? Mario Villanueva se había ido a estudiar a Ciudad Juárez la carrera de agronomía en la Universidad Autónoma de Chihuahua. A su regreso a Quintana Roo se acercó a los caudillos locales hasta que llegó a ocupar un puesto en el Programa Nacional de Solidaridad que había lanzado Carlos Salinas de Gortari junto con Carlos Rojas y Luis Donaldo Colosio. Esto le dio el suficiente empuje para hacer diferentes negocios en Cancún junto con diferentes empresarios y políticos, pero sobre todo, con don Luis Yañez, cuñado del presidente Salinas de Gortari. Fue así que Mario Villanueva se logró colar a la familia presidencial e hizo gran amistad con Raúl y Adriana Salinas. En poco tiempo acumuló suficiente poder para desplazar a los grupos y dirigentes políticos locales que no se subordinaban a sus órdenes.
Como gobernador ese talante autoritario creció más. Hizo expulsar a muchos políticos de su estado, a delegados de dependencias federales les decía qué hacer y con quién. A quiénes contratar y por cuánto. Quiénes seguían sus órdenes gozaban de su amistad y hasta de su generosidad, a quienes se oponían les llegaban amenazas de muerte y tenían que salir huyendo del estado.
Nunca tuvo un grupo político.

 

Descobijado de la figura presidencial encontró asilo bajo la figura de Manuel Bartlett y Roberto Madrazo, y tiro por viaje iba a comer y a platicar con su padrino político, Víctor Cervera Pacheco.
Se hizo querer por la gente, repartía dinero entre los reporteros, meseros, taxistas. Ayudaba a la gente con trámites, actas, pagos prediales. Invitaba a gente a Cancún, mucho de lo que es ahora Quintana Roo se le debe a él. Tenía buen ojo para ver proyectada esta tierra como uno de los polos turísticos más fructíferos del planeta. Construyó malecones, carreteras, escuelas, estaciones de bomberos, pavimento calles, atrajo inversionistas para que le metieran dinero a este estado y claro, extraer un porcentaje de ello.
El gobierno de Zedillo lo toleraba. Pero siempre a la distancia lo observó. Villanueva, dueño del carisma que conquistaba gentes y corazones. Villanueva, el cacique de extraños manejos financieros. Villanueva el que se le veía públicamente con muy malas compañías. Villanueva, el todopoderoso señor de Quintana Roo que removía a quien no le fuera leal o funcional, un cacique a la vieja usanza del PRI. En su gobierno realizó 47 cambios en su gabinete, nombrando a sus allegados, familiares y compadres en todo puesto público que hubiera: procuradores, secretarios, secretarios particulares, senadores, diputados. Tuvo siete presidentes estatales del PRI a su modo y capricho. Movió, quitó, cambió, expulsó, encarceló a sus adversarios políticos, incluso muchos que se creían sus amigos.
Pero el servicio de inteligencia de México ya lo tenía en la mira. El CISEN ya había entregado la ficha de Mario Villanueva a Ernesto Zedillo y con ello la suerte del gobernador estaba echada.
El 25 de noviembre de 1998 el New York Times informaba que el gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva era investigado en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico, e incluso proporcionó el nombre con el que sería conocido por esas operaciones: “El Chueco”.
A partir de entonces el gobierno de Zedillo “sello” la Península de Yucatán, comenzaron las operaciones para incautar las propiedades a los cárteles de droga y la violencia comenzó a ser parte de la vida de Quintana Roo.

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En abril de 1999 la Procuraduría General de la República lo puso bajo su lupa. Por órdenes del procurador general Jorge Madrazo Cuéllar, el encargado de llevar a cabo las investigaciones fue el Subprocurador Mariano Herrán Salvatti, llamado el “Zar antidrogas” era el responsable de combatir a la delincuencia organizada. Herrán Salvatti interrogó varias veces en el Palacio de Gobierno de Chetumal a Mario Villanueva y fue el propio Mariano Herrán Salvatti el encargado de fincarle los delitos por lo que Villanueva fue puesto en prisión. Fue y es acusado de los delitos de delincuencia organizada, asociación delictuosa e intimidación y lavado de dinero. Actualmente enfrenta una sentencia por el proceso penal 101/2003.
Desde su arresto, Mario Villanueva no tuvo ningún amigo más. Los periódicos no lo volvieron a ensalzar y si ocupaba planas enteras era con su ropa de preso. Ni siquiera el periódico Por Esto! de Mario Renato Menéndez por el que tanto hizo Villanueva.
Cuenta el periodista Jorge Fernández Menéndez en su libro “El otro poder” del extraño pleito de ese diario con el exbanquero Roberto Hernández, en ese entonces director del grupo Banamex-Accival. Villanueva con el fin de ayudar a Mario Renato escribe una carta de su puño y letra a Roberto Hernández:

“Roberto: Anoche estuve con el licenciado Chuayffet (En ese entonces secretario de Gobernación). Me entere que te has quejado ante al presidente, acusándome de ser el autor de la campaña que Mario Renato con el periódico Por Esto! trae contra ti.
“En enero de 1995 Mario Renato me hizo lo mismo. La alternativa era acabar con él o negociar. Soy gente de conciliación y preferí un mal arreglo en bien de mi tranquilidad como gobernador y mi prestigio personal.
“En tu caso hablé con Mario Renato para conocer el origen de su encono. Te busque enseguida. Me informaron que estabas en Europa y hablé con tu director de relaciones. Le hice ver que la campaña tiene un fin: dinero. Mario Renato se queja de que, en cuatro años, Banamex no le dio publicidad. Nunca les dije a tu gente que les diera tres millones de pesos. Les dije que te informaran y que estaba en la mejor disposición de apoyarte por mi actual relación con Mario.
“Esta es la parte de la aclaración; deberías sentarte a hablar conmigo. Sí decides, por el contrario, continuar con tu actitud, es asunto tuyo y te reitero, sin fundamento. Creo que me debes una disculpa”.
Firma Mario Villanueva.

Por supuesto que Roberto Hernández no se sentó a hablar con Mario Villanueva ni la campaña de desprestigio paro en el periódico Por Esto!, que tenía un adeudo de 11 millones de pesos con la papelera Pipsa, la cual se negaba continuar surtiendo de papel al diario. El gobernador Villanueva hizo importar papel desde Panamá para regalárselo a su amigo Mario Renato y de paso continuar con los negocios en ese país con el vicepresidente Felipe Alejandro Virzi.
A Mario Villanueva nunca le gustó la crítica. El columnista especializado en temas de seguridad nacional y delincuencia organizada, Jorge Fernández Menéndez cuenta una anécdota que retrata de cuerpo entero a Mario Villanueva Madrid. “Alguna vez recibí una corona mortuoria en la que entonces era mi casa. El remitente no era en absoluto anónimo: la envió el gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, luego de que publicara una extensa investigación sobre el funcionamiento del narcotráfico y otras ramas del crimen organizado en su estado. Llevaba la corona una tarjeta que decía, ‘siempre te leo, Mario’”.
En un intento desesperado y ya en el ocaso de su poder, Mario Villanueva decide visitar al columnista en su oficina, Fernández Menéndez cuenta: “Llegó Villanueva ensombrecido, apagado, con un tono de voz tenue y se sentó frente a mi escritorio. Recuerdo que enrollaba con sus dedos su corbata mientras me decía que todo lo que yo había publicado en los últimos años sobre él, era verdad, que había recibido dinero, que había ayudado a que ingresaran personas de Cuba, por Cancún, y varios otros temas, pero que él no era narcotraficante”.
La de Mario Villanueva es una historia de encuentros y desencuentros con el destino. Pero para contar eso y más queda mucha Vida y memoria por delante.

 

Mario Villanueva, entre el narcotráfico y la absolución

 

Por Abraham Gorostieta /
Pedro Canché Noticias

La historia criminal de Mario Villanueva salió a relucir en marzo de 1998 con el llamado “Maxiproceso”. Como enemigo era temible e implacable. Con sus fieles era generoso y hasta bondadoso. Le decían a sus espaldas “El chueco”, pero de frente siempre fue “don Mario” y con sus amigos era un tipo de palabra. Derecho hasta decir basta. Sólo que un día se le acabó la buena suerte. Un juez federal giró un centenar de órdenes de aprehensión en contra presuntos miembros y colaboradores del Cártel de Juárez, entre ellos el gobernador Mario Villanueva.
A principios de 1999 la Procuraduría General de la República ejecutó la orden que involucraba a los principales jefes del Cártel encabezado por el extinto Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”.
Mario Villanueva vivía momentos de gran esplendor. Gozaba del apoyo del presidente Carlos Salinas de Gortari y de la protección de su hermano Raúl Salinas de Gortari.
Como gobernador Villanueva gastaba cantidades millonarias en publicidad para glorificar su imagen, pero con la llegada del nuevo gobierno de Ernesto Zedillo comenzó su desgracia.
Lejos, pero muy lejos de lo que ocurría con otros gobernadores, Mario Villanueva se vanagloriaba del poder que ejercía con mano dura. Sus vínculos con Raúl Salinas de Gortari lo hacían sentirse intocable y vaya que lo era.
Tan sólo en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari 17 gobernadores fueron cesados o renunciados. Así, cayeron, entre otros: en Nuevo León, Sócrates Rizzo; en Tabasco, Salvador Neme García; en Michoacán, Luis Martínez Villicaña y Eduardo Villaseñor; en Yucatán, Víctor Cervera Pacheco; en San Luis Potosí, Fausto Zapata Loredo (quien sólo permaneció 13 días) y Gonzalo Martínez Corbalá (quien únicamente estuvo un año); Teófilo Torres Corzo (también otro año); Guillermo Cosío Vidaurri (por las explosiones del alcantarillado de Guadalajara); en Chiapas, Patrocinio González Garrido, Elmar Seltzer Marselle y Eduardo Robledo Rincón.
Mario Villanueva fanfanorreaba por su gran cercanía con el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. Y sobretodo con su hermano Raúl, “Mister ten percent”, como era conocido por pedir el 10 por ciento en cada negocio que el gestionaba con el Presidente.
Las cosas cambiarían drásticamente para Villanueva con la llegada de Zedillo, quien comenzó con mano dura su mandato. Le abrió un proceso y metió a la cárcel a Raúl Salinas de Gortari por el asesinato de Mario Ruiz Massieu.

Caído en desgracia

Así los Salinas cayeron en desgracia y Mario Villanueva quedó desprotegido. Fue entonces que los medios de comunicación nacionales comenzaron a presentar pruebas que lo involucraban con el narcotráfico, señalando que daba facilidades para el transporte de droga de Colombia a Estados Unidos a través de Quintana Roo.
En 1994 la PGR documentó la entrada en operación del cártel de Amado Carrillo Fuentes “El señor de los cielos” en el estado, ese mismo año Villanueva se habría coludido con la organización de Carrillo Fuentes.
Fue la propia investigación difundida por la PGR la que afirma que Villanueva Madrid recibió entre 400 mil y 500 mil dólares por permitir la libre manipulación de cargamentos de droga en la entidad. El contubernio habría durado de 1994 a 1999, años en que la fortuna del mandatario se “volvió sospechosa” para las autoridades. La PGR aseguró que el entonces gobernador, manejó cuentas en bancos de Estados Unidos, Suiza, Panamá y Bahamas.
Villanueva siempre negó los cargos, pero desde el Gobierno Federal se iniciaron investigaciones llegando incluso a interrogarlo en el Palacio de Gobierno de Chetumal.
Ante las pruebas encontradas por la PGR, todo hacía suponer la detención de Villanueva en el momento en que entregara el cargo de Gobernador a su sucesor Joaquín Hendricks Díaz, el 5 de abril de 1999.
Pero Mario Villanueva desapareció dos días antes, llegando incluso a estar ausente en la ceremonia de transmisión de poderes. Permaneció prófugo de la justicia dos años, hasta que finalmente fue capturado el 24 de mayo de 2001 en Cancún en la región de Alfredo V. Bonfil.
Villanueva Madrid enfrenta una sentencia por el proceso penal 101/2003 en el que es acusado de los delitos de delincuencia organizada, asociación delictuosa e intimidación, por lo que habrá de cumplir con una sentencia que como mínimo establecía 22 años en prisión.
La justicia mexicana lo mantuvo preso en la Cárcel del Altiplano en Almoloya de Juárez y luego lo trasladó al Reclusorio Norte en la capital mexicana. Inicialmente un juez lo sentenció en 2008 a 36 años con 9 meses de cárcel. El 8 de mayo del 2010 salió de la cárcel mexicana para ser entregado en el aeropuerto de Toluca a la justicia estadounidense en un proceso de extradición ordenado por el juez Víctor Marrero, de la Corte del Segundo Distrito Sur de Nueva York, para cumplir una condena de 131 meses tiempo que podría reducirse considerando que tenga buena conducta en la prisión de Lexington Kentucky por los delitos de narcotráfico y la lavado de dinero.
Las autoridades en Estados Unidos lo acusaron de haber aceptado millones de dólares en sobornos por parte del cártel de Juárez a cambio de facilitar la exportación de 200 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos. Villanueva Madrid enfrentaría una sentencia mínima de 10 años y una máxima de cadena perpetua por los cargos de tráfico de drogas, y un mínimo de 20 años por cada una de las 14 acusaciones que enfrentaba por lavado de dinero.
Sólo y sin los apoyos de sus protectores políticos, Mario Villanueva enfrentó el proceso penal en su contra. El exgobernador cumplió una condena en prisión de 113 meses por el delito de lavado de dinero en el país norteamericano, impuesta por la Corte Federal de Distrito para el Distrito Sur de Nueva York.
En paralelo, Raúl Salinas de Gortari después de 10 años en la cárcel salía libre, sin que se probara su autoría en el asesinato de su cuñado Mario Ruiz Massieu. A finales del gobierno de Vicente Fox y ya en el mandato de Enrique Peña Nieto el juez XIII de Distrito en Materia Penal exoneraba al hermano incómodo de Salinas. El 19 de julio de 2013 la PGR desistía al no poder lograr acreditar la procedencia ilícita de sus bienes. Ese mismo año la revista Forbes a través de una encuesta de percepción ubicó a Raúl Salinas como una de las “10 Personas más corruptas en México”.

Se declara culpable de lavado de dinero

Mientras el calvario para Mario Villanueva continuaba después de que el gobierno del presidente Ernesto Zedillo se había comprometido a terminar con los políticos intocables. Así en el mandato de también fueron renunciados los gobernadores de Morelos, Jorge Carrillo Olea y Jorge Morales Barud; el de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, debido a la matanza de Aguas Blancas, y Julio César Luis Ferro, en 1998 después de la masacre de Acteal.
Villanueva estuvo seis años y siete meses encarcelado en Estados Unidos, pero un juez decidió concederle la libertad al considerar su buena conducta y los nueve años pasados en una prisión de México.

Durante su proceso en Estados Unidos, la corte del distrito de Manhattan, N.Y., le otorgó el acceso al expediente para que analizara y tradujera los cientos de libros de pruebas así como grabaciones de voz que se le hicieron cuando fue gobernador del Estado de Quintana Roo.
La demanda firmada por el abogado James B. Comey, en representación del gobierno de americano, estableció que Mario Villanueva Madrid y su hijo Luis Ernesto Villanueva Tenorio y la Sra. Consuelo Márquez participaron en lavado de dinero en instituciones financieras de los Estados Unidos, y realizaron movimientos ilegales por cerca 30 millones de dólares los cuales insertaron en el sistema financiero de ese país de manera fraudulenta.
El exgobernador Villanueva se declaró culpable ante la Corte Americana el 2 de agosto de 2012: “De 1993 al año 2001 participé en una conspiración para organizar transacciones financieras, sabiendo que se trataba del producto de una actividad ilícita, para ocultar el carácter y el origen de ese producto”, declaró ante el juez de la causa Víctor Marrero. Así lo difundió el diario Reforma, El Universal (http://www.eluniversal.com.mx/notas/862491.html) y la revista Proceso. De acuerdo con la carpeta de investigación, las autoridades de EU aseguraron 19 millones de dólares de Mario Villanueva, producto de actividades ilícitas.
De acuerdo con la revista Contralínea, Mario Villanueva, utilizó el sistema financiero mexicano, para lavar al menos 100 millones de dólares, mismos que utilizó en complicidad con el ex alcalde de Cancún, Rafael Lara y el ex Secretario de Finanzas, Chejin Pulido. Este último, Testigo protegido de la DEA.
Para evitar que esos fondos fueran rastreados y se localizara su origen ilícito, tuvieron la asistencia de Consuelo Márquez que, en su calidad de representante registrada de Serfin Securities y Lehman Brothers, coordinó el establecimiento de esas cuentas off shore.
Algunas cuentas estaban a nombre de Carlos Patiño, Brígida Patiño y Felipe Patiño, que Consuelo Márquez abrió utilizando información falsa de los beneficiarios. Abrió otra cuenta en Banamex, Inc, en Nueva York, a nombre de Lehman Brothers Private Clients Services, sin conocimiento de Lehman Brothers. Otra más, abierta en esa firma, a nombre de Bank One Investment Management and Trust Group, que utilizó Consuelo Márquez para depositar los recursos procedentes del narcotráfico como una cuenta temporal antes de transferir sus fondos a otras cuentas.
Después de cumplir su sentencia
En junio de 2013 un juez de Nueva York sentenció a Mario Villanueva a pasar 11 años en prisión. Lo culparon de confabularse para importar cientos de toneladas de cocaína y de lavar millones de dólares en sobornos. Mario Villanueva se declaró culpable del delito de lavado de dinero. La fiscalía de Manhattan, de Nueva York le retiró 13 de los 14 cargos por los que lo acusaba.

Pide el arresto domiciliario

En México, en contra de Mario Villanueva Madrid está pendiente una Sentencia Condenatoria emitida, en segunda instancia, dentro del proceso penal 101/2003 del Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México.
Según el juicio radicado en el Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, Villanueva, también fue acusado del delito contra la salud, sin embargo, en 2007, se le dictó sentencia absolutoria por este delito en particular.
Después de cumplir su condena en Estados Unidos, acabado políticamente y enfermo Mario Villanueva fue liberado a mediados de enero de 2017 y trasladado a México por autoridades migratorias de Estados Unidos que repatriaron a Villanueva, quien fue recibido en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por personal de la Agencia de Investigación Criminal, adscrito a Interpol México, y del Instituto Nacional de Migración.
Tan pronto pisó territorio mexicano Mario Villanueva Madrid fue trasladado al Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial ubicado en el municipio de Ayala, Morelos.
Entonces Mario Villanueva movió las pocas influencias que tenía. Le pidió a un periodista abogar por él y este le dio focos y cámara a nivel nacional. Mario Villanueva, en entrevista con Ciro Gómez Leyva pedía pasar el resto de su condena en prisión domiciliaria.
Villanueva no cumple con los requisitos para obtener este beneficio, sin embargo fue trasladado a Quintana Roo al penal de Chetumal. De cumplirse la pena, el exgobernador debería cumplir su pena y salir de prisión a los 91 años de edad.
Pero don Mario quiere apelar a la misma suerte con la que corrió el narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” quien salió de la cárcel a los 86 años de edad al terminar su sentencia de 40 años y por motivos de salud.

Trasladan a Mario Villanueva a una clínica privada

 

AGENCIA SIM

Chetumal.- El ex gobernador Mario Ernesto Villanueva Madrid fue trasladado hoy viernes a una clínica privada de esta ciudad, al determinarse que requiere observación médica y estudios complementarios a los que se le realizaron hace unos días en el Hospital General.

La información fue confirmada por el hijo del ex gobernador, Carlos Mario Villanueva Tenorio quien dijo que, con base en los resultados de los estudios médicos, el especialista solicitó que su padre se mantenga en observación médica.
También dijo que estará en espera que le practiquen otros estudios.
“Desconozco cuánto tiempo estará ahí y tampoco sé qué estudios le harán. Solo pidieron, por el cardiólogo, mantenerlo tranquilo y con pocas visitas. Estará bajo observación médica”, concluyó.

Mario Villanueva queda internado
en una clínica particular

AGENCIA SIM
Chetumal.- El ex gobernador del estado, Mario Villanueva Madrid, se quedará internado en una clínica particular de Chetumal.
Trasladan de nuevo a Mario Villanueva a una clínica privada
Horas antes había sido fue trasladado al determinarse que requiere observación médica y estudios complementarios a los que se le realizaron hace unos días en el Hospital General.
La información fue confirmada por el hijo del ex gobernador, Carlos Mario Villanueva Tenorio quien dijo que con base a los resultados obtenidos de los estudios médicos recientes en el Hospital General, el médico especialista solicitó que su padre se mantenga en observación médica.
También dijo que estará en espera que le practiquen otros estudios.

OBSERVATORIO: El quita y pone de Carlos Joaquín

Con la aprobación de UBER en el Congreso Carlos Joaquín afecta a todos sus caballos buscando el voto popular al menos en el gremio taxista, pero los coloca en la percepción de los que quieren un mejor servicio de las plataformas digitales de transporte.

Con la gestión de traer a Mario Villanueva Madrid a Chetumal (como dijo Carlos Mario Jr) Carlos Joaquín se echa a la bolsa a los sufridos chetumaleños que a falta de identidad tienen a héroes de ese nivel. Y con esto trae simpatía a sus caballos que por cierto andan en su mayoría muy arriba de las encuestas a comparación de sus rivales del PRI que refuerzan MORENA y otros partidos y algunos independientes.

Qué cosas, ¿no?

OBSERVATORIO: Dos ratas duermen el el Ceferepsi: Mario Villanueva y Roberto Borge

En el Centro Federal de Rehabilitacion Psicosocial (Ceferepsi) del Estado de Morelos dos delincuentes, ex gobernadores de QRoo duermen en la misma prisiòn a partir de esta noche. Ninguno de estas lacras se ha disculpado con la sociedad quintanarroense.

Al confeso por lavado de dinero por cerca de 20 millones de dólares en los Estados Unidos, Mario Villanueva Madrid había sido trasladado al Reclusorio Norte por un amparo que hoy fue desechado por un tribunal de apelaciones y en la madrugada fue llevado a la prisión que lo alojó cuando llegó de los EUA, donde Borge ha dormido los últimos 5 meses.

Estas ratas que disfrutaron del exceso de poder y se sirvieron de ello, duermen juntos. Una vergüenza para sus paisanos quintanarroenses que estén como embajadores en la cárcel

Y no vaya el delincuente Mario Villanueva a contestar esta columna: Es un delincuente y punto. Y no se ha disculpado con QRoo ni con Mexico por avergonzarnos a nivel internacional.
Ambos por cierto, uno Juzgado en los Estados Unidos y otro que cumplió el 31 de Mayo un año de ser detenido en Panamá.