El burro habla de orejas: Corrupción arrodilló al PRI, dice Hendricks a Sin Embargo

agosto 18, 2016

Corrupción y olvido de las bases arrodilló al PRI: Hendricks; ni la militancia nos votó en 2016, dice

Sin Embargo*
Por Sandra Rodríguez Nieto* agosto 18, 2016 – 12:05 am • 2 Comentarios
A la hora de asumir culpas por la derrota en las urnas del pasado 5 de junio y por la actual crisis del PRI, pocos han dado la cara. Joaquín Hendricks Díaz, actual Secretario Técnico del Consejo Político Nacional del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor y ex Gobernador de Quintana Roo, reconoce, sin embargo, que su partido está pagando por la corrupción de priistas que hoy desempeñan cargos públicos. Además, dice, los procesos de selección, alejados del priismo tradicional y de quienes trabajan a ras de suelo, también golpearon el ánimo. Por ello, asegura, en algunos estados que se perdieron ni la militancia tricolor votó por el PRI.

El PRI es disciplinado y los priistas obedientes, es cierto, pero hay límites. Foto: Cuartoscuro
La nueva dirigencia nacional del PRI tiene el reto de revertir la caída de junio de 2016, pero si se fracasa en 2017 el panorama para la elección federal “será complicado”, acepta Joaquín Hendricks Díaz. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo).– En el “castigo” electoral que recibió en siete de las 12 entidades disputadas este año, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) considera haber perdido los votos incluso de su militancia.

En Quintana Roo, por ejemplo, no pudo retener ni el Municipio de Solidaridad, de cuya Alcaldía emergió su candidato a Gobernador, Mauricio Góngora Escalante, quien también perdió ante el ex priista Carlos Joaquín González, postulado por una alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD).
Lo mismo ocurrió en el Municipio de Juárez, Chihuahua, donde el tricolor perdió la Alcaldía que había dejado su candidato a Gobernador, Enrique Serrano Escobar, a su vez perdedor ante el panista Javier Corral Jurado.

“En todos los sectores sociales, el priismo tradicional nos dio la espalda”, dice Joaquín Hendricks Díaz, Secretario Técnico del Consejo Político Nacional del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Además de la corrupción atribuida a diferentes administraciones priistas, explica el aún integrante de la dirigencia nacional, el incumplimiento en los estados a las “formas” en la selección de candidatos motivó el “desastroso” resultado en el que perdieron incluso cuatro entidades ­–Durango, Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo– que no habían perdido en toda su historia.

De nuevo, explica quien fuera ex Gobernador de Quintana Roo entre 1999 y 2005, un ejemplo es su propio estado, donde el ex priista Carlos Joaquín González rompió con el tricolor en febrero de este año y, postulado por una alianza entre el Partido Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, ganó con lo que consideran fue el voto de miles de priistas inconformes.

“Que esta circunstancia haya sido dada en función de que el compañero que buscó el cobijo de una coalición como la que mencioné, PAN-PRD, siga teniendo afectos, simpatías, dentro del partido más importante de México, y en este caso de Quintana Roo, eso definitivamente le ayudó a obtener el éxito”, dice Hendricks.

“Me atrevo a afirmar que la mayoría de los votantes en el caso específico de Quintana Roo fueron priistas inconformes que siguieron al inconforme que se fue por la otra candidatura”, agrega.

Nombrado Secretario Técnico del Consejo Político Nacional del PRI por el anterior presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Manlio Fabio Beltrones Rivera, Hendricks dice que el nombramiento de Enrique Ochoa Reza al frente del partido sorprendió en un principio, pero que ya fue “asimilado”.

Ahora, dice el ex mandatario, se espera que el recorrido de cien días que el nuevo dirigente realiza por todo el país, así como su contacto con las voces más críticas de la militancia, consigan la unidad que exigen las elecciones de 2017 en los Estados de México, Nayarit, Coahuila, así como la intermedia en Veracruz.

“Si bien es cierto que las elecciones de 2016 fueron un fracaso para el PRI, hay que reconocerlo, podemos tener una recuperación en las elecciones del 2017, y si hubiera esa recuperación estaríamos en condiciones de ser competitivos al grado de poder retener la Presidencia de la República”, dice.

“Si llegamos a fracasar en 2017, pues el panorama sería muy complicado”, agrega.

LAS CAUSAS DE LA DERROTA

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–¿Cómo se vivió la derrota en el partido? ¿Se esperaba?

–No, definitivamente no. Aun cuando las circunstancias se veían complejas, la verdad es que el resultado sorprendió a la mayoría de los priistas y creo que, en general, a la opinión pública nacional. Se veía difícil el proceso para el PRI, pero no para tener un resultado tan desastroso como finalmente se tuvo.

–¿Cuáles fueron las causas?

–Son muchos los factores. Uno que nos ha pesado muy seriamente, muy gravemente, es el tema de la corrupción. Hay, dentro de las responsabilidades públicas a cargo de priistas, errores, hay omisiones muy graves que nos parece que contribuyeron a que el PRI demeritara su imagen ante la opinión pública. Eso, y los procesos. Me parece que los procesos de selección de candidatos deben de cuidarse mejor, que dentro de los aspirantes a los diversos cargos de elección popular hubo mucha inconformidad. Se esperaba el cumplimiento de algunas formas en la definición de las candidaturas y, desde el punto de vista de las diferentes entidades donde se vivieron los procesos, no se cumplieron con esas formas; entonces esto ocasionó inconformidades y desprendimientos. Es el caso concreto de mi estado, donde un distinguido priista se respaldó en una coalición PAN-PRD y le ganó al Partido Revolucionario Institucional.

–¿Cómo se da esta pérdida, si es un ex priista?

–La pérdida existe formalmente. En el caso de Quintana Roo hay una coalición diferente a la nuestra que ganó la elección. Que esta circunstancia haya sido dada en función de que el compañero que buscó el cobijo de una coalición como la que mencioné PAN-PRD, siga teniendo afectos, simpatías, dentro del partido más importante de México, y en este caso de Quintana Roo, eso definitivamente le ayudó a obtener el éxito. Me atrevo a afirmar que la mayoría de los votantes en el caso específico de Quintana Roo fueron priistas inconformes que siguieron al inconforme que se fue por la otra candidatura.
–Es decir, ¿ni los priistas votaron por el PRI en Quintana Roo?

–Sí, esa es una circunstancia que no podemos negar.

–¿Ni la burocracia?

–En todos los sectores sociales, el priismo tradicional nos dio la espalda.
–¿Cómo operaron los Comités Ejecutivos Estatales? ¿Permitieron que ocurriera?

–No, me parece que, como es natural, el ciudadano tiene el derecho de decidir por sí mismo, y no necesariamente de publicitar lo que está pensando. Tan es así que, veamos, sería interesante saber lo que dicen las encuestadoras, porque las encuestadoras en el caso del PRI, y no sólo de Quintana Roo, sino en otros estados, auguraban el triunfo del PRI con base en estudios que se supone son muy formales, muy serios. ¿Qué fue lo que pasó? Que la ciudadanía, nuestra militancia le volteó la espalda hasta a los propios profesionales de estas investigaciones de campo; mintió en función de preservar su decisión de no publicitar lo que iban a hacer, y al final el resultado no fue el que se auguraba…

–¿Cómo se vieron todos estos movimientos de la administración estatal [de Quintana Roo], de nombrar magistrados, fiscales anticorrupción, esto que se conoció como estrategia de blindaje del Gobernador Roberto Borge Angulo?

–Me parece que desde el Gobierno de la República se actuó a buen tiempo (al interponer recursos de inconstitucionalidad); habrá que ver qué resuelve la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero creo que, junto con ello, también en el PRI hay cuestiones preventivas que también debiéramos cuidar. Me parece que en el planteamiento que hacen algunos compañeros de suspenderle garantías a algunos distinguidos compañeros nuestros [a los gobernadores César Duarte Jáquez, de Chihuahua; Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz; y Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo], habría que hacer un análisis muy objetivo. Me parece que no es tiempo ni de juzgar anticipadamente ni de exonerar de la misma manera. No se trata de prejuzgar; no se trata de exhibir a nadie solo por el deseo de hacerlo. No hay que juzgar anticipadamente pero tampoco podemos desechar denuncias que se nos presentan por parte de la militancia.

–¿Qué tratamiento se le está dando en el partido a estas peticiones de iniciar estos procedimientos de suspensión?

–Pues estos asuntos los está conociendo la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, y ésta deberá, estatutariamente, darle respuesta a quienes están haciendo los planteamientos que se están haciendo de manera pública…

–¿Cómo cayó la designación de Enrique Ochoa Reza en el partido? Ha habido expresiones públicas…

–De inconformidad. Pero institucionalmente, aunque reconozco que en un principio hubo alguna sorpresa, pero se ha asimilado, y el presidente Ochoa está obviamente haciendo un gran esfuerzo por realizar el trabajo que le toca de mayor cercanía con el priismo; está recorriendo todo el país, ya lleva varias entidades federativas visitadas; en cien días prometió hacer presencia en todo el país, y obviamente eso debe ayudar a que las aguas tomen su nivel, y debe estimular la participación. Lo está haciendo me parece, al escuchar las voces más críticas en su recorrido, yo creo que puede mejorar las condiciones para que mantengamos la unidad del priismo y vayamos a enfrentar con éxito los procesos electorales del Estado de México, de Coahuila y de Nayarit, y las intermedias en Veracruz, que son muy importantes. Todos estos procesos son muy importantes, y son un anticipo de lo que puede acontecer en el 2018. Si bien es cierto que las elecciones de 2016 fueron un fracaso, hay que reconocerlo, para el PRI, podemos tener una recuperación en las elecciones del 17, y si hubiera esa recuperación estaríamos en condiciones de ser competitivos al grado de poder retener la Presidencia de la República. Si llegamos a fracasar en 2017, pues el panorama sería muy complicado…

–¿Cómo podemos ver que ni aun la militancia votó por el PRI?

–Lo que pasa es que cada vez tenemos una ciudadanía más informada, y me parece que, más allá del fanatismo, como acontece en el futbol, el tener mayores elementos para informarse y conocer lo que puede ofrecer cada partido político, esto da al electorado mayor capacidad de discernir entre lo que más le conviene y ya no otorgar un cheque en blanco a ningún candidato, así sean del partido al que pertenezcan, y lo digo no sólo en el caso del PRI, también en el caso de otros partidos y coaliciones. En el caso de Oaxaca, por ejemplo, ahí hubo voto de castigo en contra de la coalición PAN-PRD; en Sinaloa igual, así como nos castigaron a nosotros en varios estados.
–¿En Quintana Roo hubo un castigo a Borge?

–Obviamente hubo un voto de castigo a la administración actual.

–¿Qué tanto se repitió esto en el país?

–Lo percibimos en el caso de Veracruz, donde percibimos también ese rechazo. Donde no había señales claras de que eso podía suceder fue Chihuahua, por ejemplo, y sucedió. Donde tampoco se esperaba mucho que hubiera ese rechazo fue en Tamaulipas, y también ahí aconteció. Otro estado donde se veían las cosas, cuando menos los sondeos de opinión reflejaban otra cosa, fue Durango, y nos fue muy mal, aun en el municipio de donde era el candidato, en la capital, nos fue muy mal.

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