Puerto Morelos.- El conflicto entre el sindicato de trabajadores 29 del Ayuntamiento de Puerto Morelos y las autoridades municipales que se niegan a reconocerlo ha llegado ya a instancias penales, pues el consejero jurídico de la Comuna, Carlos Ibáñez Alcocer, interpuso una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, en contra de Baldemar Dzul Reyes, dirigente de este sindicato, por supuestas amenazas.
El pasado martes, un grupo de trabajadores inconformes se manifestaron afuera del Palacio Municipal, para denunciar quie Ayuntamiento les exige su renuncia a este sindicato para recibir su pago, por lo que a varios les adeuda hasta cuatro quincenas, o estan con ingresos reducidos.
Un día después de que ocurriera esta movilización, Baldemar Dzul Reyes fue citado por el consejero jurídico, para que firmara un acta administrativa, por unas supuestas faltas injustificadas, del 11 al 15 de octubre.
En entrevista, el líder sindical afirmó que fue a la cita, aunque le aclaró al funcionario que carece de atribuciones para levantar actas, pues eso le corresponde a Oficialía Mayor. También presentó un oficio en el que figura como comisionado en las oficinas del sindicato, por lo que las faltas no estarían injustificadas. Pese a ello, firmó el acta, bajo protesta, pues asegura que tiene otras inconsistencias, como usar a la misma persona como testigo de cargo y de descargo.
Cabe destacar que, como el Ayuntamiento no reconoce a su sindicato, mandó a llamar a un representante del sindicato rival para asistirlo, pero esta persona no acudió al citatorio.
En esta misma acta, el consejero jurídico pidió que se añadiera que había sido objeto de amenazas al ingresar al salón y que acudiría a la Fiscalía General del Estado a interponer su denuncia, tambień aseveró tener los videos de vigilancia que así lo demuestran.
El funcionario cumplió su palabra y ya quedó esta denuncia asentada con carpeta 455/2021, en la que se indica que en esa comparecencia, Baldemar Dzul lo agredió verbalmente y que lo responsabilizaba de lo que pueda ocurrirle a su familia.
El dirigente sindical aseveró que todo esto es mentira, pues ni siquiera alzó la voz en esa diligencia.
“Dice que lo amenacé, le grité e insulté al ingresar al salón; eso es totalmente absurdo. Los que tienen el poder y la autoridad son ellos. El que debiera tener miedo soy yo, pues estoy indefenso”, afirmó.
En los últimos días, comentó, ya ocho agremiados han venido a renunciar al sindicato, pues les bajaron el salario y les informaron que la única manera en que se los normalizarían es si entregaban su oficio de renuncia sellado por el sindicato.
“No es justo que presionen a las personas de esa manera, porque el salario es sagrado. Ahora imagina que ganan cuatro mil pesos y se los reducen a dos… Ellos son libres de pertenecer al sindicato que deseen, pero no se vale que sea de esta manera”, declaró.