Quienes participaron del “Paquete del Blindaje” de Roberto Borge, cuando hubo mayores ataques a la prensa, buscan ahora enquistarse en la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
La diputada Judith Rodríguez Villanueva, que por todos los medios ha intentado ser electa, ahora puso a su ex pareja, César Paniagua Cervera como candidato.
Por Luciano Núñez
“Olvídalos y volverán por más”, dice una canción de Hermética cuando habla de políticos. Según datos del informe “Situacional de los Derechos Humanos 2021: una radiografía estatal”, publicado por la CNDH, el peor año para Quintana Roo fue el 2011, un año después de que asumiera el gobierno Roberto Borge Angulo. Durante todo su quinquenio fueron elaborados 86 expedientes y, en lo que va de la administración de Carlos Joaquín, 51.
La principal razón de las quejas son las faltas a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficacia en el desempeño de funciones, empleos, cargos o comisiones (75).
Hasta ahí están los números. Durante la administración anterior, cuyo primer mandatario continúa preso, la prensa de Quintana Roo sufrió ataques en varios frentes. Acaso el más aberrante sea en el que se usó a un sector de la prensa y los periodistas, para menoscabar la imagen de colegas y de otros medios.
Basta recordar que, durante este período, la revista Luces del Siglo fue clonada en decenas de ediciones (48), hubo periodistas autoexiliados, un encarcelado por un año (Pedro Canché) y varios que sufrieron autocensura o, directamente, censura con la imposibilidad de ejercer opiniones.
Como colofón de dichos excesos, el gobierno promovió una Ley de Medios para intentar torcer una imagen de ultrajes y barbarie que ya trascendía a medios nacionales, para lo cual, varios periodistas también la apoyaron abiertamente.
Esta ley fue abrogada por el clamor de quienes, en carne propia, sufrieron los atropellos del poder, que con recursos públicos persiguió a un sector de comunicadores, empresarios y profesionistas.
El final de toda esta sinrazón fue el operativo legislativo llamado “Blindaje”, con el cual, fueron designados, en una sesión oculta y desarrollada en un hotel, cargos transexenales como magistrados, el fiscal, contralor y otros de Transparencia. Como parte de lo mismo, 48 notarías fueron obsequiadas a quienes apoyaron este modo de extender un poder que no acabaría de retroceder.
Hoy, estos mismos grupos han regresado para tomar una de las instituciones más necesarias para la salud de una democracia: la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, cuyo proceso de nueva designación se ha visto trastocado, tal como lo hemos dado a conocer desde este portal.
Los candados que contenía la ley para impedir que, quienes tienen conflictos de interés, puedan beneficiarse con ella, han sido rotos, vulnerados en el más silente movimiento del que se tenga memoria reciente.
Es el caso de la diputada Judith Rodríguez Villanueva, quien recibió del gobierno de Borge la Notaría 44 como premio a su voto como diputada de aquel entonces, y quien ahora, como presidenta de la Comisión en el Congreso del Estado hasta hace unos días, ha sido parte de la elaboración de la convocatoria para la elección.
Después de dar a conocer este “autopase” en el argot futbolero y, violando el llamado conflicto de interés, ha buscado a su ex pareja y quien fuera titular de la Notaría 44, César Paniagua Cervera, para que ese mismo grupo siga detentando una herramienta primordial para ciudadanos y, sobre todo, comunicadores, uno de los eslabones más débiles de este momento histórico para México.
Desde este portal no promovemos a ningún candidato a dicho espacio, porque la tarea es informar y revelar, hacerlo de manera veraz y apegado a las máximas del oficio periodístico. Sobre todo, porque quien escribe esta columna es uno de los 40 periodistas en el Mecanismo de Protección Federal, amenazado justamente por un político. Y la única instancia que logró equilibrar la balanza, por un lado con dinero y poder; y del otro, sólo con la pluma, fue la Comisión Estatal de Derechos Humanos encabezada por Marco Toh Euán.
Debe decirse también, el gobierno de Carlos Joaquín ha resistido la crítica aunque duela y no es un mérito menor, sobre todo a la luz de nuestra historia reciente, con gobernadores que han hecho todo para silenciar, como la Ley de Medios y el llamado Blindaje del que Rodríguez Villanueva fue parte.
En conclusión:
Lo hemos expresado en más de una ocasión, el Estado requiere un organismo autónomo, encabezado por especialistas y personas con trayectoria en la materia, y no por quienes han participado de las horas más oscuras del gobierno de Quintana Roo, donde los Derechos Humanos fueron no sólo fueron violentados, sino parte de una estrategia que pretende, hoy, regresar y trascender como si nada hubiera pasado.
El bloque legislativo de Morena hoy tiene la mayoría en el Congreso del Estado y tiene jefa política, que es, o debería serlo, la alcaldesa Mara Lezama, candidata de ese partido a la próxima gubernatura; por lo que hacemos un llamado para que dicha elección sea apegada a derecho, sin eludir lo que a la trayectoria se refiere, para éste sea un espacio vital para el futuro del Estado que comienza a trazarse desde hoy.