Por Pedro Canché
Desde su mansión en Mérida, la aún panista Patricia Sánchez Carrillo llora sus desgracias y despotrica contra sus compañeros y contra su otrora aliado, el gobernador Carlos Joaquín.
Buscando influir en la renovación de la dirigencia del panismo en Quintana Roo desde la Ciudad yucateca, agrede y hace berrinches.
La panista está enojada por un negocio suculento que se le fue de la mano: su prestanombre de la Notaría 1 en Cancún perdió esa Fe Pública porque paralelamente tenía otra notaría en su natal Tabasco. Félix González Canto le otorgó la patente Número 1 por sus servicios prestados como subprocuradora y para no verse tan descarada puso al tabasqueño Aníbal Pedrero Loaíza como titular de la notaría 1 en Cancún donde le reportaba ganancias de al menos el 40 por ciento.
Cuando el gobernador llegó en 2016 corrigió las irregularidades en las notarías, descubrieron que Aníbal, su prestanombres, tenía su domicilio en Tabasco. Y adiós al negocio de Patricia.
El regalo que le dio Félix González Canto quedó en añicos. Y le dolió muchísimo. Entonces emprendió una campaña contra el gobernador y sus compañeros panistas, quienes eran bloqueados y despreciados por Félix y Borge mientras que Patricia servía al gato ?⬛ Félix en un puesto público y recibía el premio.
Aún así el panismo la premió con una diputación federal en 2015. Y en 2016 quiso que le siguieran pagando el departamento en la Ciudad de México donde tenía a su pareja de nombre Débora, descubrió que no era como antes con Félix y Borge. No obtuvo el dinero de las rentas y con su notaría perdida empezó a agredir a diestra y siniestra presentándose como la “panista pura”.
Es más, su prestanombres Aníbal fue aprehendido en 2009 según el expediente 427/2011-A, de la justicia en Jalisco Aníbal Alejandro Pedrero Loaiza fue detenido en Quintana Roo por recibir por adelantado un millón de dólares para la tramitología de compra-venta de un predio en Bahía de Banderas pero este mismo predio ya había sido vendido. Este terreno tiene una extensión de 27,916,195 metros cuadrados y se valuó en 12, 268,888 de dólares, este iba a ser destinado al desarrollo de un complejo turístico.
Hasta para eso fue “inexperta” la Patricia escogiendo a un prestanombres con antecedentes según puede observarse en internet.
Como regidora panista en Cancún y luego como diputada federal quiso más. Soñó con ser senadora y el hígado le dolió más cuando la candidatura se la dieron a su compañera Mayuli Martínez.
Para Patricia Sánchez Carrillo todos son corruptos.. menos ella.
Y además se alió con Laura Beristain. Mientras aún se contaban los votos (en 2018) ella estaba declarando el triunfo de la morenista Laura Beristain. Una traición de la panista Patricia a su compañera Cristina Torres quien ese año no pudo ganar su reelección.
¿Entonces quien le cree a la “pura” y “honesta” de Patricia?