Tulum.- Luego de la balacera registrada la noche de ayer en el bar “Satélite 307”, que dejó una persona sin vida y otra más herida, el encargado del establecimiento Miguel Zubieta Arcique protagonizó una agresión contra el reportero Daniel Alpuche, que cubría este hecho frente a los policías municipales quienes solo observaron el actuar de esta persona sin intervenir.
La Fiscalía aseguró el local aunque encontró oposición del gerente rijoso fue echado del lugar para no entorpecer los trabajos de investigación. La Fiscalía aseguró las cámaras de seguridad donde se capta claramente el rostro de dos sujetos, uno vestido de negro y otro de blanco, que accionaron su arma contra 4 comensales. Uno perdió la vida y el otro fue atendido en el hospital local.
Sin embargo, el comunicador no fue el único agredido sino también los elementos de la Secretaria de Seguridad Municipal quienes acudieron al lugar ante el aviso de que al interior del establecimiento se acababa de suscitar una balacera.
El llamado al número 911 provocó que elementos de la policía municipal acudieran en auxilio de las personas que se encontraban en el Bar Satélite 307, quienes al llegar al lugar de los hechos fueron recibidos por un sujeto robusto, quien con total prepotencia y sin respeto alguno hacia los policías los recibió con insultos y amenazas para evitar que realizarán su trabajo. Los elementos policiacos, ante la actitud agresiva del individuo quien se dijo ser el encardado del bar, se mantuvieron a distancia y se alejaron de la entrada del establecimiento.
Inmediatamente de frenar el ingreso de los policías al bar y al percatarse de que un periodista cubría el hecho, el encargado envalentonado se abalanzó contra el reportero, insultándolo y tirándole su teléfono celular, con el que estaba transmitiendo los hechos en vivo, sin que ningún policía, de todos los que ahí se encontraban hiciera algún intento de evitar las agresiones del prepotente encargado y si muy al contrario, los policías frenaron al reportero al momento de que trató de defenderse.
Este vergonzoso momento deja en evidencia la intolerancia y arrogancia del encargado del establecimiento que atento contra la libertad de expresión de un reportero que solamente cumplía con su labor.