Por Pedro Canché
El tremendo poder que las masas ratificaron contra Mara Lezama y su equipo en formación exige a la vez voces críticas para el equilibrio sano en una sociedad en el que debemos caber todos.
605 mil votos para Claudia Sheinbaum fueron también para Mara Lezama una ratificación en el poder.
Sin embargo y lo digo yo por el efecto Obrador y 4T: la democracia en manos de fanáticos no es democracia, ahí entra la gran responsabilidad del poder que dieron esas masas. El PRI fue catapultado en los cielos por esas masas “democráticas” y después aplastada por las mismas masas que se fueron por otra vía, en esa Morena que rompió el cascarón del PRD, partido que en estas elecciones se esfumó.
Decía Aristotéles: “Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes…”
La vida de Mara Lezama como activista radiofónica y de denuncia ciudadana preceden su corta carrera política. Es una ventaja. Pero no olvidar que es un peligro en sí porque no faltan los que regalan oídos a cambio de aprovechar los abismos oscuros donde se consiguen más que el poder, lo que el poder tras bastidores busca con ansias, el poder de don Dinero, poderoso caballero.
El ser humano tiene sus límites. También una gobernadora se cansa y estresa al ser la receptora de todo lo bueno y malo que ocurre en el Estado. Debe tener asesores que no tengan miedo al aconsejarla, un mal asesor es aquel que regala los oídos, una para evitar el manotazo y otro porque así puede convenir a sus intereses oscuros.
En estas elecciones ante el monstruo Morena se destaca la valentía de quienes arañaron y asustaron al monstruo electoral: Lidia Fabro con escasos votos, si acaso los 800 sufragios que dicen la Yensunny, aún por verse; los 3 mil de Joaquín Delbouis y los 40 mil votos de Lili superados por 27 mil votos por Estefanía Mercado. María Luisa Poot Ake en Felipe Carrillo Puerto fue respaldada y menos de 3 mil votos alcanza a la triunfadora Mary Hernández.
Estas voces de oposición hay que dejarlos crecer para el equilibrio democrático y no engullirlos como sucedió con Paoly Perera, Nivardo Mena, Víctor Mas y otras ex figuras discordantes.
La prensa analítica y de investigación hay que alentarla como hacía ella con las denuncias sociales. Los periodistas que bucean las aguas profundas y encontramos de todo debemos tener la garantía de ese poder marista tan fortalecido de no solo respetar sino de escuchar y alentar la libertad de expresión.