En cinco años, los que lleva Carlos Joaquín como gobernador, Quintana Roo ha tenido estabilidad política, el principal pilar para la democracia y las inversiones que siguen llegando al estado aún en medio de la peor pandemia en un siglo, permitiendo la recuperación de la economía, los empleos e ingresos de la población.
La prudencia y la paciencia han sido siempre atributos del gobernador. En ninguna situación, aún de crisis, se le han visto expresiones de intolerancia o abuso de poder.
Desde que rindió protesta, en septiembre de 2016, ha mantenido una relación de colaboración, respeto y trabajo con presidentes de la República emanados de partidos opositores a los que lo llevaron al gobierno estatal.
Todos sus informes como gobernador han tenido el reconocimiento mayoritario de las fracciones políticas en el Congreso local.
En este quinto informe Gustavo Miranda, diputado del Partido Verde, señaló en tribuna que “hemos dejado atrás las prácticas donde veíamos excesos y muchas faltas de respeto y esa madurez ayudó a mantener una estabilidad política, económica y social en esta crisis y en esta pandemia”.
En la misma sesión solemne el diputado de Morena, Efrén Montenegro, dijo que “reconocemos que recibió un estado carcomido por los malos gobernantes del pasado y hoy en Quintana Roo podemos ver a un gobernador liderando su administración en contacto con la ciudadanía a través de medios de comunicación o de manera presencial a través de muchas giras”.
A la capacidad de Carlos Joaquín para conciliar intereses, se suma la de enfrentar y superar adversidades. Y las que le tocaron estos años fueron, además, sin precedentes.
La atención y comunicación constantes hacia la población, las acciones prontas y efectivas para reducir riesgos y la coordinación permanente con todos los órdenes de gobierno han definido, desde que fue alcalde, el trabajo de Carlos Joaquín para enfrentar el impacto de huracanes, reactivar de inmediato la economía y normalizar las actividades aún en medio de la pandemia
Como presidente municipal de Solidaridad, en su primer año le tocó enfrentar tres huracanes, incluido Wilma, sin pérdidas humanas y una recuperación inmediata de la actividad económica y social.
Como gobernador ha tenido que atender el recale cíclico de sargazo, tormentas, huracanes y la pandemia por Covid-19, ante la que su gabinete respondió con el más grande despliegue logístico de la historia estatal para salvar la vida de las y los ciudadanos, además de que invirtió casi 1000 mdp para ampliar en 600% la infraestructura hospitalaria.
El Caribe Mexicano, o sea los destinos turísticos de Quintana Roo, se consolidaron este año como referente de turismo seguro a nivel internacional.
Quintana Roo fue uno de los estados más golpeados por la pandemia; de ser líder turístico de pronto 17 millones de asientos de avión se cancelaron, los 120 mil cuartos de hotel se vaciaron, los cruceros dejaron de llegar y la población ligada a la industria turística se quedó sin ingresos para sostener a su familia.
A más de 16 meses del primer caso positivo de Covid en la entidad, hoy aterrizan un promedio de 500 aviones diarios en el aeropuerto de Cancún; el 62 % de los cuartos de hotel están ocupados; se recuperó el 53% de empleos; se han recibido 10 millones de visitantes en el último año y han ingresado 5,655 millones de dólares de derrama económica.
