Por La Palabra del Caribe
El Réquiem al despojo de las 900 hectáreas al Ejido de Puerto Morelos, Requiesce in pace.
Félix Arturo González Canto, Ivonne Ortega, y diversas familias notables de la Península de Yucatán, a punto de ser exhibidos
PUERTO MORELOS.- Cuando el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador escuchó sobre las muchas denuncias que pesan sobre la llamada “Mafia Agraria” y los operadores en la pretensión de despojo de 900 hectáreas al Ejido Puerto Morelos, Antonino y su hermano Juan Pastor Almazán Arteaga, su expresión no se altero un ápice, sabía a detalle de lo que le estaban hablando.
Aun cuando se le develó la participación del director de Fonatur en Cancún, el celebérrimo “Lord Fonatur”, Raúl Bermúdez Arreola, el titular del Ejecutivo Federal sabía exactamente de lo que se le estaba hablando y solo corroboraba como, aun sus propios correligionarios, peor aun, paisanos, worst, gente de su principal círculo de colaboradores, son proclives a la corrupción, a la transa, al vulgar cochupo.
Sin sorpresas porque, como ya lo habíamos anticipado en La Palabra del Caribe, la federación, por instrucciones precisas del presidente de la República, investigaba ya los hechos, las denuncias y el enorme entramado de todos y cada uno de los “notables”, las familias, los políticos y funcionarios públicos involucrados en La Mafia Agraria, así como de sus esbirros y operadores.
BERMÚDEZ ARREOLA, EL INSIGNIFICANTE PEÓN QUE SOÑÓ CON SER ‘DAMA’
La Mafia Agraria había invertido cuando menos 10 años para fraguar y operar el despojo; claro, mucho del tiempo perdido se debió a los zozos esfuerzos de los hermanos Almazán Arteaga, pero el paso del tiempo potencializó el valor de las tierras que pretendieron despojar, más aun cuando el proyecto del Tren Maya fijó sobre ellas, una estación de transferencia.
Es allí donde se involucra a Bermúdez Arreola, como representante local del Fideicomiso del Tren Maya. Sólo requerían del funcionario, sus “buenos oficios” para reconocerles como legítimos propietarios, a fin de negociar el precio de las tierras que habrán de contener la estación de transferencia.
Y fueron mas lejos con sus sueños de humedales al planear el desarrollo de complejos habitacionales de súper lujo aledaños a la estación de transferencias, para lo cual hicieron explotar con dinamita cavernas y cenotes, a fin de crear lagunas artificiales para acrecentar la plusvalía de los terrenos que, ni siquiera tenían en posesión aún, gracias a los “buenos oficios” de los hermanos Almazán Arteaga, quienes fallaron en sus estrategias de obligar a la Asamblea del Ejido a entregar las 900 hectáreas a cambio de una gestión que nunca se hizo.
Por eso, el contacto con el tabasqueño sólo requerían de las gestiones que les permitiera negociar con el gobierno federal y especular a fin de sacarle la mayor cantidad de “jugo”, toda vez que no hay opción.
Pero Bermúdez pretendía llegar más lejos, quiso ser lo que en Ajedrez se conoce como “coronación del peón”, el que llega al extremo contrario del tablero para trasmutar de peón, en Dama, pieza que erróneamente se le denomina “Reina”.
Será muy complicado que a Bermúdez se le reconozca algo más allá de las corruptelas que le preceden.
ROMÁN MEYER FALCÓN, HABILITADO POR AMLO PARA PONER TODO EN ORDEN
El secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer Falcón, fue designado por el propio Andrés Manuel López Obrador para dar seguimiento a las denuncias de los ejidatarios de Puerto Morelos, a fin de darles, de una vez por todas, el reconocimiento jurídico a su legal posesión de sus tierras, y establecer las investigaciones sobre las más de mil hectáreas que ya tiene en su poder el “Capo di tutto Capi” de la Mafia Agraria, Félix Arturo González Canto y cancelar, o mejor dicho, ponerle el último clavo al ataúd de la Mafia Agraria.
REQUIESCE IN PACE