Isla Mujeres.- El hábito de abandonar latas de cerveza y refresco en las playas es un mal que sigue presentándose en muchos balnearios del Caribe mexicano, pero que a su vez representa para los recolectores de aluminio una oportunidad para ganarse el sustento de cada día.
Tal es el caso de Alan Ricardo, un recolector que todos los días transita por los arenales de Isla Mujeres, para guardar en una bolsa de plástico todos las latas que se encuentra a su paso, y que dejan a su suerte los cientos de bañistas, locales e internacionales, que disfrutan a diario de las playas de este destino turístico.
De acuerdo con este recolector, a pesar de que cuenta con una fuerte “competencia” en esta labor, todos los días logra recolectar entre 30 y 35 kilos de latas, mismos que, al venderlos en una zona de acopio y reciclaje, le queda como resultado un ingreso justo para poder llevar comida a casa.
Dicha labor, asegura Alan Ricardo en entrevista, al mismo tiempo demuestra que muchos bañistas “no saben valorar la riqueza natural que ofrece la isla”.
Y es que demás de aluminio, la mayoría de las veces, el entrevistado dice encontrar decenas de colillas de cigarro, corcholatas, bolsas de plástico, cáscaras podridas, entre otros desechos dañinos no solo para los arenales, sino para la vida marina de la isla.