El comandante Miguel González. Capítulo 6: Tenis rojos

 

 

Por Pedro Canché

 

17 de Diciembre de 2018

 

En el Puente del Amor en la Plaza la Isla Isabel abrazó fuerte a Antonio. “Te amare toda la vida mi amor, contigo he vuelto a vivir. Cancún es otro Cancún contigo”.

 

Isabel mira hacía el Oeste las tranquilas aguas del Nichupté. Ya casi son las 4 de la tarde. Una niña asombrada le dice a sus padres, “¿papá nos subimos a esa lancha?”.

 

Es la tarde de Diciembre de 2018, cuando el bullicio de la plaza La Isla estaba en su apogeo libre del Covid-19. Isabel de 42 años de edad jala suavemente al campechano Antonio de 25 años de edad. Lo lleva en la figura del Tiburón para sacarse la selfie.

 

Un turista está de espaldas y el tatuador trabaja en ese pequeño espacio que queda de toda esa mancha de tinta en el cuerpo.

 

-¿Sabes Antonio? Quiero pedirte algo para recordarte toda la vida… un tatuaje con nuestro nombre,umm…, no. Que tenga una frase nuestra, dice mientras guiñe esos ojos chicos que resaltan las cejas pobladas.

 

Los rayos del sol golpean suavemente esa piel robusta de tez morena de la mujer enamorada y se acerca en el local de Jimmy el tatuador.

 

Su boca grande muestra unos dientes blancos bien cuidados que resaltan en esos labios gruesos pintados de rojo brillante y se dirige a Jimmy.

 

¿Cuánto me cuesta un tatuaje? No así como del gringo, quiero arriba de las caderas una rosa ? y una enredadera y una frase.

 

-¿Te parece está ? rosa con esta enredadera?

 

-Una rosa la más roja…

 

La mujer coloca su choncha figura de 1.50 centímetros en el camastro con la colcha blanca que tenía una sábana azul y una toalla blanca.

 

Se levanta la blusa e indica a Jimmy el coxis, el lienzo de carne donde el tatuador plasmaría su arte.

 

-Que diga “Antonio Te amo forever”.

 

Antonio mira esas manos hábiles que han dibujado la rosa y una enredadera salvaje, su nombre queda inmortalizado un poco arriba de en medio de esas nalgas morenas. Va por dos ordenes de Big Mac con papas y refrescos ahí en Mc Donalds, cuando acaben ese tattoo invitará a su amor a sentarse y ver el atardecer ahí en el muelle de la Nichupté.

 

*****

-Amor, me rentaron la casa de Paseos Kabah en 4 mil pesos y me dieron dos meses de renta y el depósito. Por fin lo rentamos Antonio. Vamos al Malecón Américas, quiero darte un regalo.

 

-Cariño, la verdad, me gustaría unos tenis, vi unos Nike rojos para correr en mil 200 pesos ahí en la tienda de la entrada del malecón…

 

-También eso mi bebé, mira vamos de shopping y compramos lo que necesites ahí en la tienda de El Perro, me dicen qué hay ofertas.

 

Isabel mira a su hijo Oscar de 13 años y le dice: “Usted fue el primero en tener sus cositas hace una semana, pero te invitaré un helado, mientras compramos, ¿entrarás en el cine?

 

El adolescente contesta afirmativamente y cierra el juego Legends Or Runetter de su celular Samsug negro.

 

Salen los tres y paran un taxi. “60 pesos a la Plaza América, ¿van?”, les dice.

 

*****

Enero de 2019

 

En la Fiscalía General del Estado (FGE) de Playa del Carmen entra con cara de pocas pulgas Blanca Imelda Ávila. Nombrada por el entonces fiscal Miguel Ángel Pech Cen como directora administrativa recorre todo el Estado para poner orden. La borgista Blanca reconoce un rostro entre los comandantes reunidos en la sala.

 

Sucedió que en 2016 el comandante Miguel González simpatizó con el proyecto de Carlos Joaquín mientras que Blanca Imelda y su comadre Gina Gómez, del medio Distrito Centro, simpatizaron como buenas priistas con Mauricio Góngora. Entonces surgieron los roces en la oficina cuando Blanca Imelda era la subprocuradora en Felipe Carrillo Puerto.

 

Blanca Imelda odiaba al comandante Miguel González porque le ordenó ejecutar unas ilegalidades y él comandante se negó. Simpatizantes de Carlos Joaquín colgaron varias lonas y propagandas en las avenidas de Felipe Carrillo Puerto. Dispuso la mujer de figura rellena una patrulla de ministeriales para intimidar a los joaquinistas.

 

-Subprocuradora, nunca me he prestado a las cosas que están fuera de ley y el orden y esta vez menos le haré caso.

 

-Son órdenes de los jefes, ¿qué no entiendes? Gritó la mujer blanca con los ojos rasgados mientras las mejillas se le ponían coloradas y apretaba un lapicero vick entre las manos pequeñas.

 

Esa tarde de los primeros días de Enero la jefa administrativa se fue rápido de la oficina de la Fiscalía ahí en Villamar 1 en Calle Zapote, de Playa del Carmen. Solo tardó una hora. Pero fue suficiente para vengarse.

 

-Comandante, usted se va a Cancún por indisciplinado. Aquí dejó la Blanca Imelda el oficio. Yo no se que broncas tienes pero preséntate mañana en Cancún.

 

En la FGE de Cancún había una pluma de acceso de entrada de vehículos. Miguel González suda la gota gorda. Está en pleno sol pendiente del movimiento de vehículos. Lleva 29 días de “castigo”, de la venganza de la jefa administrativa. Hace un mes llegó el nuevo fiscal, Oscar Montes de Oca, pero no le han podido agendarle una cita para explicarle el problema.

 

-Miguel, mejor no le muevas, esa señora es vengativa. Mejor aguanta vara- le dice el comandante Ramón-. Ya le dije a nuestro superior pero aún no me dice nada.

 

*****

 

En la calle Manuel González del Fraccionamiento Kabak, Jesús y Carmen, dos vendedores de droga observan unas luces de un departamento en bajos. Jesús Le quita el seguro a la pistola negra de 9 milímetros y Carmen arranca la motocicleta azul con blanco. Jesús dispara 5 tiros a la fachada color crema de la casa y tira un narcomensaje en una cartulina naranja: “dejen de invadir nuestro territorio o les daremos piso”.

 

Se pierden en las calles del fraccionamiento Kabah, retornan en la avenida Kabah y se pierden en las regiones de miedo de Cancún.

 

-¿Viste lo que publicó Noticias Cancún? Balearon una casa en el fraccionamiento. Es la casa que rentamos Antonio!, vamos a ver, quien sabe en qué líos estarán los inquilinos, dice Isabel mientras muerde una manzana.

 

Ignacio El Chanclas y su pareja Magdalena suben sus tiliches en una camioneta de mudanzas y se van al otro extremo ahí por Puerto Juárez. Es una pareja de narcomenudistas y por los balazos se apresuran a dejar el Fraccionamiento Kabah. Cierran la puerta abruptamente y tiran la llave por la ventana.

 

-Yo creo que se fueron, no hay nadie Isabel, dice Antonio mientras acecha la casa.

 

-Hasta la luz dejaron prendida, a ver abre con esta llave… no, no, con este…

 

La casa vacía, solo bolsas de basura y pedazos de pizza en la esquina en la caja de cartón le quitaban la soledad.

 

-¿Sabes Antonio? No la rentaremos. Este será nuestro nidito de amor. Me gusta más, está amplia. Aquí Oscar tendrá su propio cuarto y no dormirá en la sala.

 

******

8 de Febrero de 2019

 

-Hola hija, Oscar se fue con su papá a pasar el fin de semana, dormir. Antonio y yo vamos a salir un rato a cenar y pasear por ahí, dice Isabel por el celular.

 

-Si mami linda, cuidaste mucho, tu nieta Camila te manda un abrazo, dijo Jenifer, la hija mayor.

 

Cenaron unos tacos de arrachera en La Parrilla de la avenida Yaxchilán. Enfrente hay música y fueron a bailar al ritmo de Matute. Los tenis rojos brillaban con las luces del bar y se movían al compás de la ‘Negra Tomasa’.

 

Y tarareaba Antonio en los oídos de su amada.

 

“Estoy tan enamorado,

de Isabel la preciosa,

que todos los viernes,

Con ella bailo… tan, tan, tan.

Mi Isabel preciosa…”

 

Isabel se aferraba de la cintura de Antonio mientras la motocicleta devoraba los kilómetros de la Avenida Portillo y Kanah.

 

-Nunca te soltaré Antonio, le gritó mientras cambiaba el semáforo a verde en la ruta 4.

 

Isabel estaba inspirada. Sin Oscar, su hijo adolescente en casa, esa madrugada del 9 de Febrero, sábado ya, prometía ser una noche de pasión que haría sudar el coxis y derretiría el tatuaje “Antonio Te amo forever”.

 

Entran a la casa del fraccionamiento Kabah y se dan unos besos apasionados, mueven las almohadas de la sala y escuchan unos golpes fuertes en la puerta. “Deben ser esos inquilinos que regresaron por su depósito, pero se fregaron. Dejaron toda sucia la casa y rompieron el lavabo”, dice Isabel, furiosa por la interrupción de su momento pasional.

 

Entra Carmen y Jesus, los pistoleros que balearon en Enero la casa. Entran furiosos y le ponen la pistola en la boca a Antonio y ponen de rodillas también a Isabel.

 

-Te advertimos hijo de la *##^+ que se fueran y dejen de venir a nuestro territorio.

 

-Muchachos está casa lo teníamos rentado, apenas lo desocuparon. A lo mejor a ellos buscan.

 

-No te creo ni madres vieja gorda, a ver, vamos con Yanira para que le expliques. Oye Carmen tómale la foto a este par de tórtolos y énvialo al jefe.

 

-¿Quien es Yanira? Pregunta Isabel.

 

Y van a 10 cuadras en el mismo fraccionamiento Kabah; dos motocicletas surcan las calles desiertas a esa hora, 2 de la madrugada.

 

Sale una mujer gorda, despeinada. “Pásenlos”, ordena.

 

-No Jesús, ellos no son…

 

-Eso le dije- dice llorando Isabel- que esa casa la teníamos rentado a una pareja pero se fueron. Dijeron que se llamaban Diego y Karla…

 

-Carmen, ¿qué dijo el patrón?

 

-No contesta, su WhatsApp. Debe estar durmiendo. Vamos a llevárselos a ver qué ordena.

 

Suben a Isabel con Jesús y Antonio con Carmen atrás de las motocicletas y vuelven a rugir las máquinas en el pavimento y toman la avenida Paseos Nikté. Ninguna patrulla en esas regiones miserables. Isabel siente ganas de vomitar al oler el cuerpo sudoroso de Jesús. Se agarra para no caerse y mira a Antonio aferrado en la parrilla y piensa: “no tengas miedo mi amor” y musita una oración.

 

En el fraccionamiento Paseos Nikté ahí en el 2134 abre un tipo corpulento. Y los hace pasar.

 

-Ya te contesté por WhatsApp coño que ellos no son. Ahora estamos en una situación. Déjame pensar. Quítales los zapatos y enciérralos en el baño, dice malhumorado el jefe malandro.

 

Jesús toma los tenis rojos y se los pone.

 

-Voy a estrenar estos Nikes y son mi color favorito. Tu Carmen ponte las sandalias de la vieja, dice bromeando.

 

Y ordenó el jefe:

 

-Pues ni pex, la cajetearon, llévenselos otra vez antes que amanezca. Señora y muchacho disculpa a este par, son medio idiotas… y ya váyanse y déjenme dormir. Mañana buscas por cielo y mar a El ?Chanclas y su vieja.

 

Sin su tenis Antonio se vuelve a montar atrás de la motocicleta de Carmen y vuelve a sentir el frío revolver cuando su mano roza sin querer la escuadra.

 

-Hey, quieto veneno, vuelves a tocar mi arma y te vuelo la cabeza, amenazó el sicario Carmen mientras enfilaba en la avenida Paseos Nikté.

 

Asustada por la amenaza y perdidos por la zona, Isabel ya le ha ganado la desesperación y tiene la adrenalina a flor de piel.

-Ya le hemos visto la cara a esos bandidos y ahora han amenazado a mi Antonio, ahora es cuando, pensó.

 

Isabel empuja a Jesús y le hace perder el equilibrio y ambos caen al pavimento. La mujer se incorpora mientras Carmen y Antonio frenan bruscamente.

 

Isabel grita con todas sus fuerzas mientras corre tratando de dejar el pavimento y alcanzar la selva.

 

-Corre Antonio, correee.

 

Antonio salta ágil de la motocicleta y corre sin zapatos en el monte. Mil heridas en los pies no lo detienen y una bala pasa rozando su cadera y otra casi le pega en el hombro. Cae y silban las balas en su cabeza. Busca desesperadamente a Isabel pero una de esas balas que escuchó partió en dos el corazón de Isabel que cayó con la cara al cielo.

 

El cuerpo de Isabel queda sellado en el pavimento qué tal vez su tatuaje “Antonio Te amo forever” haya quedado impregnado en esa avenida Paseos Nikté.

 

Lo último que vio fue que su amor que la hizo vibrar y vivir su segundo aire había logrado brincar en la tupida selva.

 

******

 

-Comandante Miguel, acompáñame reportan un feminicidio en Paseos Nikté y aún no llega el flojo de Daniel, le dijo Ramón al operador de la pluma.

 

-Puesto compañero, pa luego es tarde…

 

Los comandantes llegan a las 7 de la mañana y saludan a Gabriel y René, policías que custodian el aérea.

 

-Es una pobre tía, nadie vio nada, un taxista dio aviso al 911, dice René.

 

El comandante Miguel camina por el pavimento y ve unas sandalias ? a 3 metros del cuerpo. Los médicos forenses calculan que hace una hora fue asesinada y recogen el cuerpo.

 

En eso el comandante Miguel ve moverse las hierbas ahí del otro lado del pavimento y saca su arma. “Quédate quieto”.

 

-No disparen gritó Antonio- y corrió y abrazó el cuerpo llorando amargamente. “Mi Isabel, mi chavelita, ¿por qué Dios mío, por qué?, gritaba. No importaba que su cara y pies sangrara por el corte de las ramas y troncos cuando corrió al monte.

 

-Explícanos hijo qué pasó acá y te ayudaremos, le dice el comandante Miguel a Antonio en la sede de la policía ministerial ahí la avenida Xcaret.

 

-¿Nos puedes llevar a esas casas?

 

-Sí, conozco el aérea. La difunta y yo vendíamos ropa por ahí y me grabé esas casas de seguridad de los malditos narco asesinos. Solo déjame recuperar el cuerpo y hacerle su funeral y te llevo.

 

En el panteón de Cancún hay una lápida ? “Isabel, te amo forever”.

 

******

 

Antonio despertó, había dormido profundamente en la sala del comandante Luis, un pequeño cuarto de 4×5 con su baño. El café ☕️ humeaba en la mesa con un pan tostado y unos huevos revueltos con tocino.

 

-Animo muchacho, ánimo hoy me mostrarás las casas de esos asesinos, dijo el agente Miguel, lo veía con ternura, era un chico de tan solo 25 años que vino a probar fortuna en Cancún. Quería regresar a abrazar a su madre en Campeche, pero tenía mucho que explicar a la policía.

 

 

-Está es la casa ? de la tal Yanira, una señora gorda que dijo que nos llevaran con el jefe, dijo Antonio.

 

El comandante le compró otros tenis a Antonio ahí en un local del crucero. Unas playeras y un par de pantalones. El joven tenía miedo de regresar a la casa que fue el nido de amor. Apuntó el policía el número de la casa ahí en el fraccionamiento Kabah y después enfilaron a una gasolinera cercana.

 

-Póngale 100 pesos, hoy andamos brujas, le dijo al viejón de la estación de gasolina.

 

Antonio le mostró la casa en Paseos Nikté donde fueron llevados con el jefe. Se estacionó a prudente distancia y caminó para apuntar la dirección para poder pedir a un juez una orden de cateo.

 

Temblaba Miguel González mientras apuntaba el número de la casa. Garabatos en su libreta. Se escuchaba claro las risas y los cuentos. Los narcos reían. “El mosca no aguantó vara y cantó, ya le dimos piso”, “acuérdate del Cilantro cuando salió de la cárcel, cobró para matar al custodio y se peló, también lloraba y suplicaba y este cabrón tomaba su coca cola y apretaba el gatillo”… en fin charla de asesinos.

 

El comandante se sintió muy solo y le entró el pánico. Puso casa 2135 en vez de 2134. Quiso caminar y los pies estaban sembrados en la acera.

 

El juez ordenó el cateo de la casa 2135. Era la casa equivocada.

 

-Es aquí comandante le dijo Miguel al jefe del grupo.

 

-Aquí dice 2135.

 

-Pero esta es.

 

-¿Qué mierdas buscan acá? Carmen salió de su casa y empujó al agente Ramón.

 

Ramón lo tomó del pelo y le ordenó sentarse. En eso observó unas bolsitas blancas en la mesa de la casa 2134.

 

-Acá compañeros.

 

Una señora Gorda, que se identificó como Yanira fue la primera en ser revisada. José traía los Nike rojos y se acercó a averiguar por qué tanto ruido. En total detuvieron 3 hombres y una mujer por narcomenudeo. Tenían 50 bolsas de coca, una báscula y armas. Eran Yanira, José, Carmen y su patrón.

 

Los 4 fueron turnados por narcomenudeo y los llevaron a la celda de la fiscalía en la región 89.

 

-Antonio, levántate y acompáñame. Anoche cateamos la casa que me dijiste, a ver si son ellos los que les secuestraron y asesinaron a Isabel.

 

Antonio acechó la celda y Jesús saltó del susto.

 

-No te conozco cabrón, que me miras.

 

Tienes mis tenis Nike rojos, tu y ese chaparro mataron a mi mujer. Es él comandante, es él.

 

Jesús se quitó enseguida los tenis rojos y los arrojó por la ventana del baño que da a un terreno baldío.

 

-Para qué te lo quitaste, estás adentro maldito, ya te reconocieron. Tráigale otra vez esos tenis y que se lo ponga, ordenó el comandante Miguel.

 

-Usted resolvió este caso de feminicidio, te felicito, ¿quién carajos mandó a un buen policía en la pluma? Dijo su superior el comandante Andrés Valencia. Regrese e integrarse al grupo de homicidios.

 

-¿Ninguna palmadita del fiscal Oscar Montes de Oca? Preguntó Miguel.

 

 

5 de Febrero de 2021

 

El comandante Miguel González se come las empanadas de pollo que Juanito le trajo. Y abre su correo, se encuentra notificado por un juez.

 

“En atención al expediente 29/2020 sírvase comparecer el 8 y 9 de Febrero de 2021 en el juzgado oral de Cancún en calidad de testigo por el homicidio de Isabel y privación ilegal de la libertad de Antonio en contra de Jose, Carmen y Yanira…”.

 

Miguel se toma un café ☕️ y piensa:

 

-La justicia se tarda mucho. Muy larga esa mano de la justicia pero ya espero que sentencien de una vez a los asesinos y haya justicia para los enamorados.

 

-Comandante -interrumpe Juanito-, reportan un cuerpo en una laguna

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