Julio César Silva escribe en sus redes su despedida como director de comunicación social de la ex alcaldesa Laura Fernández. “Los gobiernos son hechos por seres humanos con virtudes y defectos”, dice.
Todo lo que empieza tiene que terminar y terminar bien.
Hoy llegamos al final de un proyecto de cinco años que encabezó Lau Fernández
actual diputada federal, a quien agradezco la oportunidad que me dio de formar parte de su equipo de trabajo.
Hasta antes de integrarme a este proyecto, toda mi carrera profesional se había desarrollado en el sector privado, con una visión y objetivos diferentes.
Incursionar en el servicio público fue una experiencia enriquecedora, que me nutrió de otros conocimientos que me complementan como profesional de la comunicación.
Me permitió conocer la otra cara de mis compañeros de gremio, me permitió fortalecer amistades y recuperar relaciones profesionales, me permitió conocer personas comprometidas con el servicio público, para el que se han preparado y siguen preparándose.
Los gobiernos de cualquier orden, los gobernantes y los funcionarios públicos en general están, como debe ser, sujetos al escrutinio y a la crítica pública.
Algunos dirán que en cinco años no se hizo suficiente, otros argumentarán que se pudo hacer más y unos más remarcarán errores o dirán que hubo omisiones.
Los gobiernos son hechos por seres humanos con virtudes y defectos, pero puedo afirmar que cada acción, cada decisión se tomó con la mejor de las intenciones.
Puedo asegurar que hoy Puerto Morelos está mejor que nunca, que cuenta con infraestructura de la que no se le pudo dotar a lo largo de su centenaria historia.
Que hay personas que nacieron y envejecieron sin calles pavimentadas y que hoy caminan sobre asfalto, aceras y guarniciones.
Durante estos cinco años conté con el apoyo, el respaldo, lecciones de política y el liderazgo de Laura.
Desde luego con el respaldo y apoyo de mi familia que toleró largas ausencias, que afrontó huracanes conmigo afuera participando en las tareas para atender la emergencia desde el centro de mando.
Destaco la paciencia, el don de gente y la capacidad de conciliación de mi amigo Luis Pablo Perez Torre.
La invaluable amistad y apertura de Miguel Angel Zetina Cuevas, el hombre historia, caballero de mil batallas.
Conocí la capacidad administrativa y organización de Hector Alcaraz, que me dispensó un trato cordial. Trabajamos en equipo y nos hicimos amigos.
Eligio Sierra me compartió su gran cultura política y financiera y Raymundo Martínez hizo gala de su profesionalismo y gran capacidad de organizar junto con su equipo miles de hojas de documentos para entregar cuentas claras.
Formé parte de un equipo que contó con la expertiz, la pericia de Rolando Melo Novelo y el activismo experimentado y tozudo de Jony de la Cruz.
Hector Tamayo hizo lo que le correspondió y su trabajo se refleja en la presencia de Puerto Morelos como novedoso producto turístico.
Y desde luego, conté con la amistad, el afecto, las charlas y la animosidad de Nacho Sánchez, con quien compartíamos proyecto y que nos fue arrebatado una mañana de febrero que será inolvidable.
En el equipo hubo trabajo. Mucho trabajo y más trabajo.
Mis tareas en particular no hubiesen llegado a buen puerto sin la capacidad de J Ricardo Navarro Madera, un redactor de gran calidad, con un dominio del lenguaje excepcional; del talento del “bro” Bruno Tapia, a quien se le puede olvidar un micrófono, pero nunca pierde la calidad en sus ediciones de video.
La prestancia de Francis Córdoba en las labores administrativas fue fundamental, siempre al filo de la navaja, siempre en el límite. Y siempre pendiente Fanny Morales.
La experiencia de Gaby Escamilla, la colaboración callada pero efectiva fe Andres Catzin y los conocimientos de Israel Rosas Camarena en fotografía, aportaron calidad.
Los conocimientos de Daniel E. Santiago fueron básicos, fundamentales en la cobertura vía streaming de muchos eventos especiales.
Muy importante el aporte callado, pero efectivo y eficiente de Gera Canul Mas
El apoyo de Lalo Ochoa en los últimos meses me dio la oportunidad de volver a trabajar con mi maestro del Diario de Yucatán, hoy mi amigo.
El equipo de redes sociales merece un apartado especial por su dedicación, su compromiso de estar pendiente sin importar la hora. Al pie del cañón siempre Lizbeth Olivares Cárdenas, la única sobreviviente de principio al final, con el liderazgo de Zacil Rosado.
A todas y todos, incluyendo a quienes por falta de tiempo y espacio no pude enumerar, ¡MUCHAS GRACIAS!
Estoy seguro que seguiremos juntas y juntos.
