Por Eduardo Macías
SE IMPONE LA LÓGICA
Como lo adelantamos en días pasados, la candidatura del actor Roberto Palazuelos, como precandidato por el partido Movimiento Ciudadano (MC) a Quintana Roo era insostenible, debido, entre otras cosas, a todos sus negativos.
Se dio a conocer por parte de MC que ya no será su candidato, su lugar lo ocupará el exsenador por Morena, José Luis Pech. En su momento el actor busco la candidatura en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), mismo que cerró sus puertas debido a todos los escándalos protagonizados por el llamado “diamante negro”, antes y después de manifestar su intención de contender por la gubernatura de Quintana Roo.
El aspirante a gobernador tensó la relación con el partido que lo postuló, tras una serie de escándalos un día sí y otro también, que lo señalaban por corrupción y un video antiguo donde confesaba un asesinato.
Su paso en la política fue efímero en beneficio de los quintanarroenses. Nadie esperaba que este personaje acostumbrado a ocupar las portadas en revistas de espectáculos decidiera un día contender por una gubernatura, en donde inevitablemente se mancharían las siglas de cualquier partido que decidiera postularlo.
Dante Delgado dejó a un lado su pragmatismo, hizo recuento de daños y decidió postular a otro candidato. Uno con una trayectoria totalmente diferente, dedicado a la política por décadas y alejado de escándalos.
Era obvio que el pasado y presente de Palazuelos se unirían en un momento y terminarían con sus sueños, pensó que con retractarse de sus dichos sería suficiente, no, su trayectoria lo marcaría. Creyó que sería como otro programa más de telerrealidad a los que nos tenía acostumbrados.
Incluso, hubo voces dentro del mismo MC que pedían su retirada por no cumplir con el perfil que ha venido construyendo el propio partido.
La estocada final fue el audio que se filtro en el que el propio Palazuelos habría contratado a un asesor del expresidente Enrique Peña Nieto por unos diez millones de pesos para limpiar su nombre.
Debemos todos dignificar la política, ya que en cada elección es más evidente el grado de degradación que ha sufrido la práctica política. Habrá que devolver seriedad y credibilidad a una vida política que parece haberse convertido en un circo de tres pistas.
Hoy en día los políticos ya son considerados en algunos casos un problema para la ciudadanía. Falta de propuestas, groseras descalificaciones y mentiras como forma de ejercer el poder. Ya no se trata de servir a los ciudadanos sino servirse de ellos.
Muchos parecen dar por sentado que una mentira o un eslogan repetidos hasta la saciedad, acaban por convertirse en verdad. La hipocresía parlamentaria de llamar “señor” o “señora” a quien antes se ha insultado no devuelve dignidad a la política.
Hoy la política se encuentra en el desprestigio más profundo, su degradación no es casual, han sido muchos años en donde se pretende que los intereses de los políticos y sus partidos prevalezcan sobre los de la mayoría de los ciudadanos.
Por lo menos en el caso de Roberto Palazuelos, se impuso la lógica. Quién tomaría en serio a un personaje que dice admirar al “Chapo” Guzmán, incluso comparó la fuga del narcotraficante con un acto de Houdini.
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