Cancún.- Una mujer fue arrastrada varios metros, luego de quedarse atorada en la puerta de una combi de la empresa TTE (Transporte Terrestre Estatal), en la Región 260 de esta ciudad, lo que le ocasionó lesiones de consideración.
El calvario de esta mujer y de su hijo no terminó ahí, pues aunado a que la ambulancia tardó casi una hora en llegar, se sumó la negativa del chofer y del seguro de esta empresa en hacerse responsables de lo ocurrido, al alegar que por no haber ingresado del todo al vehículo, no era una pasajera.
El accidente ocurrió a eso de las 11 de la mañana, en la esquina de la avenida 3 con Arco Vial, fraccionamiento Prado Norte, cuando Susana “N”, subió con su hijo a esta combi, con número económico 285, de la Ruta 44. El chofer avanzó sin percatarse o importarle que la mujer todavía estaba abordando el vehículo, lo que hizo que cayera y se atorara con la puerta.
La van acanzó varios metros, arrastrando a la mujer contra el pavimento, hasta que los pasajeros le alertaron al chofer de lo que ocurría. Aunque se detuvo de inmediato, el daño ya estaba hecho, quedando la pasajera con raspaduras en su cuerpo y extremidades, además de diversos golpes.
Ahí inició la larguísima espera por los paramédicos, mientras el chofer trataba de convencer al hijo que él no tenía la culpa de lo ocurrido, lo que repitió el representante del seguro, cuando llegó.
También acudió al lugar la hija de la lesionada, Alexa, quien llorando se quejaba de la lentitud en la atención.
“No es posible que ya pasó una hora que pedimos ayuda al 911 y no llega ni la autoridad ni los paramédicos, y el responsable se quiere ir porque dice que no tiene la culpa. Estos sinvergüenzas hacen lo que quieren, porque no hay autoridad capaz de ponerles un alto, todo lo arreglan con corruptelas y es por eso que manejan como animales; yo necesito que la empresa y el chofer me respondan por las lesiones de mi madre”, declaró
Cerca de las 12:30 del mediodía, doña Susana fue atendida por paramédicos de una empresa privada y trasladada al Hospital General de Cancún, para que le hicieran la valoración pertinente, mientras un oficial de la Dirección de Tránsito y el representante de la aseguradora trataban de convencer a los familiares de la agraviada de que el operador no tenía la culpa “porque la mujer no había subido complemente a la unidad de transporte público, por lo que aún no era pasajera”.