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Cementeros de corazón ilusionados por final de la ‘Copa por México’

Cancún.- Con 23 años sin ganar un Torneo, aunque solo tres años si consideramos la Copa Mx, fanáticos del Cruz Azul están ansiosos y optimistas por tener a su equipo de finalista en la “Copa por México”, aunque admitan que sea una copita de “corcholata”.
Tal es el caso de Fernando Rojas, mejor conocido como “Don Fer”, uno de los taqueros más famosos y populares de Cancún, con un puesto cerca del palacio municipal que funciona desde 1987 y donde con orgullo ondea una bandera de “La Máquina”, con la leyenda “despacio, zona azul”.
Entrevistado mientra atendía a clientes, “Don Fer”confirma que él es un cementero de “hueso colorado” y que tras años de apoyo, es una alegría ver a su equipo en una final.
“En medio de todo esto, es bueno salir un poco de temas de COVID y disfrutar algo en buen ánimo”, mencionó. “Es un poco de distracción, muy necesaria, para muchos mexicanos”.
Admitió que se trata de una “copa de corcholata”, pero defendió señaladno que es una competencia entre ocho equipos profesionales y no deja de ser deporte.
“Este fin de semana somos campeones”, dijo confiado. “Aunque sea amistoso, se le echa todo el ánimo”.
Cruz Azul ayer derrotó en penales a Tigres y con eso se instaló en la final de esta competencia amistosa, creado como preparatoria para el Torneo oficial. Hoy se define quien será el contrincante, si Guadalajara o el América, para que este domingo se juegue la gran final.

Cruz Azul en la final del balón pie mexicano

MÉXICO (Iván Cañada | ESPN ) — El sueño cementero está más vivo que nunca. Cruz Azul apeló a la épica, a su fortaleza en casa y a dar una vuelta al marcador para alejar un poco más a esos fantasmas que tanto los han perseguido desde 1997. Contra Rayados rompieron un maleficio como fue derrotarlos por fin en Liguilla y llegar con ello a una nueva oportunidad para levantar un título de Liga. Un gol bastó para eso.

Milton Caraglio pasó de villano a héroe en cuestión de minutos. El argentino vivió el contraste de emociones en el encuentro. Primero por errar un penalti en el primer tiempo que ahogó el grito de gol en miles de aficionados cementeros y luego porque fue el más astuto de la clase para aprovechar un mal rechace de Barovero y empujar el balón a las redes para el glorioso gol de La Máquina.

Caraglio fue la gran sorpresa de Caixinha en la alineación de la vuelta frente a Rayados. Mucho de ello se debió a la capacidad de remate que tiene desde cualquier distancia que, por ejemplo, no posee Martín Cauteruccio. Esa razón causó el penalti sobre Roberto Alvarado, de hecho.

El delantero argentino disparó desde fuera del área y causó un mal rechace de Barovero que terminó en penalti de Nicolás Sánchez sobre Roberto Alvarado. El ‘9′ celeste tomó el balón y en lugar de sacar provecho de su fuerza, prefirió la colocación y su decisión le pasó factura al fallar desde los once pasos. El mejor gesto que recibió a cambio fue que sus propios compañeros le dieron unas cuantas palmadas para levantarlo anímicamente.

Para el segundo tiempo, por obra del destino, Caraglio tuvo su revancha y por una jugada similar a la que él generó en los primeros 45 minutos, solo que ahora fue un disparo a la distancia de Adrián Aldrete en el que Barovero volvió a fallar y fue el atacante quien aprovechó para empujar a las redes. El problema de inicio para los celestes fue que la anotación fue inicialmente anulada por un supuesto fuera de lugar, que instantes después se descartó gracias al video arbitraje. Bendita tecnología, pensó el Cruz Azul.

La Máquina tenía la labor hecha, pero para completar la misión quedaba lo más importante: cuidar la ventaja. Es algo que históricamente le ha pesado al equipo, pero que para esta ocasión dieron una muestra más que han aprendido de sus lecciones.

Rayados, de pronto, recordó que en el futbol no solo hay que defender, sino también atacar y el gol recibido los obligó a ello. No tuvieron la iniciativa en la primera hora de juego y lo buscaron ya con la desventaja, pero no tomaron en cuenta que Cruz Azul era la mejor defensiva y que en su cancha, no recibieron un solo tanto en los últimos 30 minutos de juego.

Por más que intentaron con el típico más corazón que futbol, los regios estaban contras las cuerdas y nunca supieron salir de esa situación. Al final fue el costo de un planteamiento mezquino que apostó más por defender su único gol de la ida en lugar de buscar uno de visita que complicara a los celestes, que se defendieron con todos sus atributos y cada uno de sus hombres para alcanzar su primera Final en cinco años. El sueño del campeonato sigue vivo.

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