Playa del Carmen.- Un grupo de más de 100 trabajadores se congregó afuera del hotel Princess, en la Riviera Maya, para protestar contra una ola de despidos que empezaron hace unos días, de manera individual, sin representación sindical, y con una liquidación por debajo de lo que indica la ley. Los inconformes debieron finalmente derribar el portón de la entrada, para obligar a la empresa que los atendieran.
Desde temprana hora, los trabajadores se manifestaban afuera de este centro de hospedaje, para intentar impedir que se siguiera citando a trabajadores, de uno por uno, para ser despedidos. El hotel de momento no opera, pues su reapertura está agendada para el 15 de octubre.
Edwin Chi López y Humberto Hermida, delegados de la CROC, se quejaron de que no se les permitía el paso, a pesar de que se estaba despidiendo a sus representados, además que se les quita el celular a todos quienes entren.
Esta se trata de la segunda manifestación en este hotel, que anteriormente mandó a descansar a todo su personal sin goce de sueldo, pero fueron obligados a pagar una quincena por un mes, y un bono de mil 500 pesos en el siguiente mes.
Silvia Arana, delegada de camaristas, mencionó que se habría dado de baja a unas 100 personas y se temía que otras 100 estaban por pasar por el mismo proceso, ofreciendo la misma cantidad sin importar antigüedad y amenazando de que si no firman conformidad, luego se les podría dar todavía menos.
En las pancartas de los trabajadores, además de quejas por los despidos, también se denunciaban malos tratos, hecho que confirmó esta delegada, quien dijo que a las camaristas “no se nos trata como seres humanos”.
Otros trabajadores indican que el Princess trae a mujeres de la zona maya, muchas de ellas madres solteras, y se les exige quedarse de lunes a sábado en habitaciones sin aire acondicionado o siquiera agua.
“El trato siempre ha sido malo; los jefes son los mismos y ahora continúa, con pandemia y sin huéspedes”, comentó uno.
Después de un tiempo, y al insistir los guardias en impedir el acceso a los delegados sindicales, se tomó la decisión de ingresar al recinto a la fuerza, por lo que se trató de cortar la cadena que cerraba el portón, pero al fallar eso, el grupo comenzó a empujar el portón hasta derribarlo.
Una vez adentro, la gerencia aceptó hablar con una comitiva de 10 personas, por consideraciones sanitarias. En la reunión no se lograron acuerdos, además que el hotel insistía en que se les debía resarcir el daño a la reja.
Las negociaciones continuarán mañana.
