¿SOMOS PUBLICISTAS DEL CRIMEN ORGANIZADO?

 

En la difusión de los hechos más impactantes los perpetradores del crimen organizado se benefician cuando sólo se viraliza el suceso y disminuye la atención en el seguimiento de los casos que en Quintana Roo han sido resueltos en cuestión de horas o en un par de días con la detención de los responsables.

Dos sonados casos sirven de muestra.

El 27 de agosto se publicó el asesinato de un menor de edad que acompañaba a su padre, también ejecutado y vinculado con el crimen organizado. La noticia, por impactante, atrajo la audiencia. Sin embargo, pocos fijaron su interés en el anuncio, horas después, de la detención de dos involucrados a quienes les aseguraron diversas drogas y cuatro inmuebles.

Lo mismo pasó el miércoles 9 de septiembre con el secuestro videograbado de dos hermanos que, por impactante, alcanzó gran notoriedad. Horas después fueron capturados dos presuntos secuestradores a bordo del mismo carro rojo que aparece en el video, en donde se aseguraron, además, bolsas con cocaína; esto, sin embargo, no tuvo la misma relevancia noticiosa.

En general, la Fiscalía de Quintana Roo puso a disposición del Ministerio Público, durante la semana del 24 al 30 de agosto, a 110 personas, de estas 45 por tráfico de drogas y 20 por robo, entre otros delitos. De ellas, 23 fueron vinculadas a proceso; 6 por homicidio, 2 por violación, 5 por abuso sexual y tres por robo.

La atención fijada en los hechos de sangre sólo por el impacto que provocan en la población, favorece a los criminales que así cumplen con uno de sus objetivos: infundir el terror y desprestigiar a las corporaciones policiales que los persiguen.

En cifras de detenciones, confiscación de bienes, vinculación y encarcelamiento, la Policía y la Fiscalía del estado demuestran un avance en la lucha contra el crimen organizado aunque sea facultad del gobierno federal combatirlo y aunque esas mismas células provengan de otras entidades.

Pedro Canché es un periodista independiente y el fundador de Pedro Canche Noticias. El ha sido perseguido por el Gobierno Mexicano por darle voz al pueblo indígena Maya y los campesinos del Yucatan y pasó 9 meses en la cárcel en un caso de persecución politico que Reporteros Sin Fronteras llamaban absurdo. "Podrán encerrar el cuerpo humano pero nunca podrán encerrar la libertad de expresión." dijó Pedro Canché.

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