Pedro Canché
Como la leyenda de La Llorona, Laura Beristain anda en Ciudad de México llorando los votos que nunca llegaron para su reelección.
Con asesores mediocres crea una cortina mediática para empañar las elecciones en Solidaridad donde perdió por más de 4 mil votos.
Ya fue con Ricardo Monreal, ya fue en la Secretaría de Gobernación, ya hasta fue en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, solo le falta ir al Vaticano a poner su queja ante el Papa Francisco.
¿Vale la pena que su coordinador electoral Emiliano Ramos quede en el mismo nivel que Laura, ahí en la “mendigación” para lograr la reelección vía sus cuates de la 4T?
Emiliano vendió su capital a Laura Beristain pudiendo ser una bisagra en 2022.
Así la grilla en Quintana Roo.
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La coalición Va por Quintana Roo está siguiendo la estrategia Beristaní. Muy mal para Mayuli Martínez.
Es cierto que deben denunciar las trampas y mapacherías de Marciano Dzul, pero ante la sociedad quedan como Laura Beristain.
Víctor Mas por ejemplo ha aceptado que no le favorecieron los votos. No es necesario contrapuntearlo con los berrinches de Laura.
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Por cierto Marciano Dzul Caamal anda muy nervioso porque la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) anda tras sus huesos.
Santiago Nieto de la UIF dijo que AMLO le pidió no operar contra 17 candidatos durante la elección y que se esperara para no enrarecer el ambiente político. Y que ahora ya va contra estos acusados.
Jorge Portilla Mánica, el empresario joaquinista sería el relevo en caso que la UIF detenga y procese a Marciano. Se frita las manos Portilla. Solo así sus sueños se cumplirían.
