Por Pedro Canché
Así es. Ambas mujeres al principio del sexenio tenían ese ponch para aspirar a la candidatura del 2022 por el partido donde pusieron sus aspiraciones iniciales, el PAN.
Perla Tun, mujer guerrera que empezó bien pero se aisló en su isla (literal) y no vio más allá del continente, su corta visión se convirtió en obsesión repetir como alcaldesa de Cozumel y ahí gastó sus baterías.
Ruda con los medios y sus enemigos políticos y todo aquel que sospechara le metieran el pie le arrebató la careta política.
Y se le cayó la carcasa. No brotó la pollita del huevo. Se esfumó prácticamente del escenario superada incluso por Juanita Alonso en la 4T donde fue a refugiarse en el Partido del Trabajo.
A Cristina Torres le pasó lo mismo. Cobijada por el PAN y PRD llegó a la presidencia municipal de Solidaridad donde puso orden con matices.
Arañó la reelección donde perdió por unos cuantos votos contra Laura Beristain.
Y se obsesionó con la presidencia municipal de Solidaridad. Esa obsesión le costó salirse incluso del partido que la catapultó al poder incluso como diputada plurinominal.
Se lo pregunté directo en su despacho en en la sede del Congreso:
-¿No crees que es mejor irte de candidata a diputada federal y de ahí aspirar a la gubernatura en 2022 que intentar repetir como candidata a la presidencia municipal de Solidaridad?
-No me interesa la gubernatura. Me interesa volver a gobernar Solidaridad.
Cristina creía que ella y solo ella podría ganar el municipio que tiene como sede Playa del Carmen.
Lo dijo Miguel Ramón Martín en una ocasión:
-Solidaridad lo puede ganar hasta Yohanet Torres.
Y así fue. Lili Campos le demostró a Cristina Torres que no era la última coca cola del desierto.
La obsesión de Cristina Torres la llevó a despreciar la candidatura a la diputación federal en donde Estefanía Mercado logró 59 mil votos en su primera incursión política e inició su carrera en el mundo de la grilla.
La obsesión de Cristina Torres sacrificó su gratitud hacía el partido que le dió todo, el PAN, que le dio la alcaldía de Solidaridad y la diputación plurinomimal y fue ingenuamente a refugiarse en Morena donde fue despreciada y no le dieron tampoco la candidatura para la alcaldía que después perdió Laura Beristain ante Lili Campos.
Brotó la pollita del cascarón pero fue devorada por el gavilán de la obsesión.
